Usted está aquí: lunes 31 de octubre de 2005 Sociedad y Justicia Escasa ayuda oficial en la zona costera de Yucatán: pescadores

Las despensas, raquíticas; no hay luz ni agua, se quejan

Escasa ayuda oficial en la zona costera de Yucatán: pescadores

LUIS A. BOFFIL GOMEZ CORRESPONSAL

Mèrida, Yuc., 30 de octubre. A más de una semana de que el ciclón Wilma devastó Quintana Roo y dejó graves destrozos en la región oriente de Yucatán, las poblaciones costeras de esta entidad todavía resienten la escasa ayuda oficial y sobreviven a base de despensas raquíticas, sin luz, sin agua y con sus viviendas dañadas por el meteoro.

Así permanecen las comunidades de El Cuyo, Río Lagartos, Las Coloradas, San Felipe y Dzilam de Bravo, de acuerdo con denuncias de sus habitantes, quienes padecen hambre y sed. Son aproximadamente 8 mil 500 personas de esa región las que atraviesan dificultades extremas.

Los víveres distribuidos hace apenas tres días se agotan rápidamente; los padres de familia, en su mayoría pescadores, están imposibilitados de salir a trabajar porque sus pequeñas embarcaciones quedaron averiadas. Sin ayuda gubernamental las naves no podrán ser reparadas; algunas se perdieron totalmente.

Según denuncias de familias afectadas, como las de Braulio Cocom y Josefina Chan, oriundos de El Cuyo y San Felipe, respectivamente, las despensas llegaron a cuentagotas a través del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y sólo distribuyeron un paquete por cada tres personas.

El problema es que las familias, con sus excepciones, están integradas por cinco o seis miembros. Con dos despensas apenas comen. Cada paquete contiene arroz, frijol, azúcar y algunas latas. Nada más. El agua potable no siempre está a disposición y hay que buscarla donde se pueda.

''A falta de leche, pues agua''

Braulio, de unos 40 años de edad, y de oficio pescador, reveló que el apoyo es ''muy poquito'' y no es suficiente para mantener a las familias que sufrieron daños en sus propiedades.

''No tenemos luz ni agua; tampoco podemos cocinar porque carecemos de gas. Entonces, ¿qué vamos a hacer?'', se pregunta

A su vez, Josefina, ama de casa de unos 27 años, está angustiada porque sus tres hijos padecen hambre. ''A falta de leche, pues agua, si es que la encontramos'', lamenta. Dice que ella se priva del alimento para que sus pequeños coman aunque sea dos veces al día.

 
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