La tortuga carey, una joya del mar
Raúl de J. González Díaz Mirón
Acuario de Veracruz, AC Correos electrónicos:
[email protected]
[email protected] [email protected]
Tortuga Carey, FOTO Isaac Michán Arzate
|
La tortuga carey, Eretmochelys imbricata, fue un animal muy abundante en México y que tiene una larga historia entre nosotros. Su explotación y uso data de las culturas prehispánicas; los aztecas y los mayas las aprovechaban para realizar diversos adornos con el material de su concha.
Este quelonio, como miles de otras especies animales puestas en riesgo por la voracidad humana, no se ha salvado de esta carrera hacia la desaparición. Su sobreexplotación, décadas atrás, ha causado tal disminución en el tamaño de sus poblaciones que a la fecha, de acuerdo con la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), estos reptiles se encuentran incluidos en el Libro Rojo de la lista de especies amenazadas y en peligro de extinción.
Esta especie de tortuga es una de las más hermosas; en su estado adulto tiene los colores más atractivos que existen. Los escudos dorsales presentan brillantes manchas jaspeadas en forma radial, cafés, amarillentas y rojizas.
Lamentablemente, esta belleza ocasionó su captura desmedida para elaborar diversos artículos (joyas, peines, peinetones, cajas, etc.) por lo que se encuentra a punto de desaparecer. Las crías tienen el dorso de color oscuro con márgenes claros y la parte ventral del mismo color, con manchas más claras. Alcanzan un peso promedio de 60 kilos y pueden vivir hasta 50 años.
La tortuga carey vive solitaria o en pequeños grupos alrededor de casi todas las costas rocosas y coralinas continentales e insulares; se distribuye dentro de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. En el Atlántico oeste se la encuentra desde el sur de Florida hasta Brasil.
Su temporada de anidación abarca de abril a septiembre. En el transcurso de la noche, la tortuga hembra busca playas solitarias para poner sus huevos en la cálida arena, proceso conocido como desove.
Después de una ardua labor en la construcción del nido, deposita lentamente entre 77 y 230 huevos que crecerán con ayuda del calor generado por esa incubadora natural de arena. En aproximadamente 55 días saldrán cientos de tortuguitas que iniciarán un largo camino hacia el mar; muchas morirán en ese trayecto atacadas por sus depredadores y aun las que logren llegar a la orilla tendrán que luchar dentro del mar para sobrevivir a los ataques de aves, peces y tiburones.
. Tortuga Carey poniendo huevos, FOTO Raúl de J. González Díaz Mirón
|
Pasarán dos largos años antes de que se empiecen a observar a las jóvenes sobrevivientes, las cuales comenzarán a alimentarse en los arrecifes principalmente de esponjas, su alimento preferido.
Cuando alcancen la madurez sexual, regresarán frente a la playa para continuar con su ciclo reproductivo, proceso que repetirán durante 25 o 30 años. Es todavía un misterio para los científicos qué mecanismo las impulsa a regresar con una exactitud asombrosa a la misma playa que las vio nacer.
Después de haber sorteado miles de anzuelos en aguas abiertas, de haber salido victoriosas de las redes que amenazaban con capturarlas, de intentar engullir aquel alimento extraño sin saber que era una bolsa de plástico mortal, las tortugas se encuentran ahora con la destrucción de su hábitat por la cantidad de hoteles construidos en la franja costera, los grandes volúmenes de aguas negras saliendo sin parar hacia las playas y la cantidad de luces que afectan la orientación de sus crías al emerger del nido provocando con ello su muerte.
Sin embargo, nada las detendrá y buscarán el sitio más adecuado para excavar sus nidos sin reparar en el ser humano, esa extraña criatura que intentó capturarla en el mar y que aprovechará la oscuridad reinante para matarla y extraerle sus huevos. El instinto de conservación de la especie es más fuerte que todo y las tortugas saben que tienen que lograr su objetivo.
No todo está perdido para esta extraordinaria criatura; México es uno de los principales países que inició campañas de protección para lograr la supervivencia de estas especies estableciendo para ello una veda permanente.
El estado de Veracruz cuenta con 15 Centros para la Protección y Conservación de la Tortuga Marina, en los cuales, año con año, grupos de personas pasan más de cinco meses en las playas protegiéndolas y cuidando sus nidos para garantizar que las tortuguitas tengan su oportunidad de vida.
Tortuguitas, FOTO Raúl de J. González Díaz Mirón
|
En nuestro estado, el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano es zona de refugio y de alimentación de ejemplares de tortuga juveniles y adultos. A partir de 1990 se instalan los primeros campamentos para ayudar a su recuperación. Se protegen las tres principales islas (Verde, Sacrificios y Enmedio); a la fecha, Isla de Sacrificios es la más importante con 51 nidos registrados, 6 mil 893 huevos protegidos y 4 mil 449 crías liberadas.
Con esto se pretende que, en un futuro no muy lejano, se puedan recuperar las poblaciones de tortuga carey que poblaban los mares del mundo desde hace más de 250 millones de años, mucho antes de que el hombre apareciera y modificara el entorno.
|