Usted está aquí: viernes 28 de octubre de 2005 Mundo Llama Cindy Sheehan a detener al gobierno criminal que sigue asesinando estadunidenses

Pide empezar la desobediencia civil para frenar la matanza en Irak

Llama Cindy Sheehan a detener al gobierno criminal que sigue asesinando estadunidenses

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen La pacifista es arrestada el mi�oles anterior por un oficial en las afueras de la Casa Blanca FOTO Ap Foto: Ap

Nueva York, 27 de octubre. Cindy Sheehan rehúsa dejar en paz a George W. Bush mientras continué la guerra. "Nosotros en Estados Unidos hemos permitido que este gobierno criminal siga asesinando durante demasiado tiempo. Ya basta. Es hora de empezar a practicar la desobediencia civil no violenta en una gran escala", declaró en Washington.

El miércoles fue arrestada junto con otras 26 personas después de realizar un simulacro de muerte frente a la Casa Blanca, y esta noche regresaron -como todos los días de la semana- para recordar que los muertos en Irak son resultado de una política criminal. "Llamo a que el presidente Bush responda a mi pregunta: ¿cuál noble causa? No hay absolutamente ninguna. Nuestros hijos y el pueblo iraquí están muriendo y sufriendo por ninguna causa más que el poder y la avaricia de criminales", afirmó.

Desde su vigilia frente al rancho de Bush en Texas en agosto hasta esta semana en la Casa Blanca, ha sitiado al presidente la madre de un soldado muerto en Irak que se ha convertido en la figura más reconocida -y peligrosa para el gobierno- del movimiento contra la guerra.

Pero los actos de desobediencia civil de Sheehan esta semana son más que sólo una expresión simbólica de protesta. Representan una amenaza real para Bush, ya que son expresión del surgimiento de un movimiento de oposición a la guerra que ahora incluye a disidentes militares y sus familias.

El hecho de que Sheehan sea madre de un soldado muerto en la guerra ha tenido respuesta entre los mismos militares y las comunidades de familias castrenses del país. Mediante Sheehan y otros parientes de soldados muertos en Irak que se han sumado a su campaña, se está estableciendo un vínculo entre el movimiento de paz y las filas militares, algo que no ocurrió sino casi hasta el final en el caso de Vietnam.

Ese nexo es un talón de Aquiles para este gobierno, dice un activista de la lucha antiguerra a La Jornada. El gobierno ya no puede acusar tan fácilmente de "antipatrióticos" a los opositores a la guerra, pues es imposible caracterizar de traidor a la "causa" a un soldado o a una familia que sacrificó un hijo o hija en esta guerra.

Sheehan encabeza la organización Familias de Estrella de Oro por la Paz. El gobierno otorga a una madre o familia una "estrella de oro" cuando sus hijos mueren en combate. Decenas de familiares de militares y veteranos de ésta y otras guerras se han sumado a la lucha con Sheehan.

Esta semana, ella y otras familias "estrella de oro" visitaron el cementerio nacional militar de Arlington, se han reunidos con senadores y representantes e instaron al electorado a votar en contra de todo legislador que apoye la guerra. Sheehan hizo un llamado a votar contra la senadora Hillary Clinton, ex primera dama y posible candidata presidencial, declarando que un voto para la legisladora es un voto por la guerra.

Sheehan señaló que esta lucha es resumida por lo dicho por Gandhi: "La desobediencia civil se convierte en un deber sagrado cuando el Estado es ilegal y corrupto". Hoy dijo que al ser arrestada se le informó que si vuelve a ser detenida podría quedarse en la cárcel, y no sólo ser fichada y multada.

Sin embargo, dijo que como todas las noches de esta semana acudiría otra vez frente a la Casa Blanca, y que no le importa la advertencia. "No puedo vivir libremente en un país donde a la gente se le permite cometer asesinatos y quedar libre para cometer más locuras mientras otros que ejercen sus derechos de libre expresión son encerrados en una cárcel. No puedo vivir libremente en un país donde a otros se les permite mentir para desquitarse con una persona que tuvo la temeridad de retar esas mentiras", afirmó en referencia al embajador Joseph Wilson, cuya esposa es Valeria Plame, en torno a la cual la Casa Blanca está bajo investigación por un fiscal especial.

Sheehan, cuyo hijo Casey murió en Irak en 2003, revivió este verano el movimiento de oposición a la guerra cuando se presentó en las afueras del rancho de Bush y demandó una entrevista con el presidente para que le respondiera sobre la razón real por la cual su hijo y miles de estadunidenses e iraquíes más han muerto en su guerra.

Cuando decidió permanecer ahí hasta obtener una respuesta -insistió en que no permitiría que el presidente gozara de vacaciones mientras más jóvenes morían en la guerra-, otros familiares militares, veteranos de guerra y cientos de activistas establecieron el "campamento Casey" durante todo agosto. Los medios, con poco que cubrir durante las vacaciones de Bush, la hicieron noticia nacional y la Casa Blanca no encontraba la forma de controlar el fenómeno.

En septiembre, el "campamento Casey" fue trasladado a Washington, y fue epicentro de las actividades en los tres días de acción nacional donde participaron más de 250 mil personas. En el trayecto entre Texas y Washington, Sheehan y una caravana visitaron decenas de ciudades, y su mensaje continuó encontrando eco entre otros familiares militares y comunidades que tradicionalmente se consideran parte de "un movimiento", y eso ha continuado transformando y ampliando la demografía de la oposición a la guerra.

Sheehan, al calcular que esta semana llegarían a 2 mil los soldados estadunidenses muertos en Irak, decidió realizar estas acciones diarias frente a la Casa Blanca. Tras condenar la política de Bush por "asesinar" a tantos jóvenes estadunidenses y miles de iraquíes en una guerra lanzada, según ella, con base en "engaños", ha insistido en que no se pueden tolerar más sacrificios. "¿Con cuál número están cómodos?", preguntó. "Para mí, uno fue demasiado".

"Hasta ahora, más soldados estadunidenses han muerto en acción en los primeros 32 meses de Irak que en los primeros cuatro años de Vietnam. Este no es otro Vietnam, es peor. Es hora de ejercer nuestro deber sagrado de seres humanos. Tenemos que radicalizarnos pacíficamente", declaró Sheehan al exhortar a una intensificación del movimiento pacifista.

Un día después de anunciarse la muerte 2 mil, se realizaron actos de protesta en todo el país, empezando por el encabezado por Sheehan frente a la Casa Blanca. Según cálculos de diversas coaliciones y organizaciones antiguerra, más de 100 mil personas participaron el miércoles en mil 354 vigilias, en los 50 estados de la nación, contra la guerra y para conmemorar a los muertos.

La presencia de militares y sus familias entre los pacifistas es lo que provoca escalofríos entre los comandantes civiles de esta guerra, casi todos nunca fueron soldados en batalla (incluyendo al comandante en jefe, su vicepresidente y el secretario de Defensa). Ahora buscan evitar a toda costa enfrentarse con la madre de un soldado muerto que los espera ahí afuera de sus rejas.

 
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