Usted está aquí: domingo 23 de octubre de 2005 Opinión La memoria de la ciudad

Angeles González Gamio

La memoria de la ciudad

Uno de los palacios barrocos más bellos que conserva la ciudad de México es el del conde de Heras Soto, situado en la esquina de las calles de Cuba y Donceles. Curiosamente se desconoce el nombre del arquitecto que lo diseñó, utilizando los materiales característicos de la época para ese tipo de edificaciones: avinado tezontle, decorado en marcos de ventanas y puertas con cantera plateada; aquí se tuvo la distinción de decorar también con fina piedra color de rosa, lo que le imprime una particular elegancia.

El marco del enorme portón original y la talla de la esquina constituyen una auténtica filigrana pétrea, cuya hermosura se corona con la escultura de un niño parado sobre la cabeza de un león, sosteniendo en la cabeza un canasto con frutas; es una auténtica obra de arte.

En este sitio privilegiado, alrededor de sus bellos patios se resguarda el Archivo Histórico del Distrito Federal, que contiene la memoria de la ciudad desde el siglo XVI. Aquí se encuentran, entre otras joyas, la primera acta de cabildo que levantó Hernán Cortés al crear el ayuntamiento de la ciudad de México.

Bajo la dirección del doctor en historia Carlos Enrique Ruiz Abreu, custodia importantes fondos documentales, que van de 1524 a 1928, que fue cuando se terminó la vida del antiguo municipio de México y surgió el Distrito Federal. Aquí se conserva su historia administrativa, referente a los servicios públicos, procesos urbanos, desarrollo de la ciudad, vigilancia, seguridad pública y muchos más que permiten conocer a detalle la vida de la ciudad de esos siglos.

También tiene los archivos históricos de Tlalpan, San Angel, Tacuba, Coyoacán y Mixcoac, que hasta fechas más o menos recientes eran pueblos aledaños, carácter que todavía conservan algunas zonas de esas añejas municipalidades que ahora son delegaciones políticas y están totalmente integradas a la ciudad de México.

Al impresionante cúmulo de documentos se agregan planos que se encuentran en salas con temperatura especial, y una fototeca que hasta hace unos meses tenía un acervo de tres mil fotos. Ahora acaba de recibir el archivo fotográfico del Gobierno del Distrito Federal, con más de un millón de imágenes en diferentes formatos, con lo que los historiadores van a poder tener la información documental, la imagen y el plano, un verdadero tesoro.

Esta memoria fundamental de la capital ha tenido vida azarosa; la primera acta de cabildo tiene fecha de 8 de marzo de 1524, esto es, sólo un año después de la conquista; sin embargo no fue sino hasta 1570 que surgió el archivo, con la declaración que se hizo en la sesión de cabildo: "...que se notifique a los escribanos en cuyo poder están los libros y papeles del ayuntamiento o diputación que los entreguen..." Como primer paso se realizó un inventario, respetando alfabéticamente cada documento y colocándolo en un salón especialmente destinado para ese fin, en el palacio municipal. La creación oficial del archivo fue el 5 de octubre de 1573, ante el escribano público del cabildo, Tomás Justiniano.

Año con año fue creciendo, gozando y padeciendo de organizaciones y desorganizaciones, según quien estuviese a su cargo, hasta que llegó el fatídico año de 1692, en el que un motín provocado por la población hambrienta ocasionó un incendio en el palacio municipal, sitio en el que se encontraba el archivo, custodiando la memoria histórica de 168 años de vida municipal. Ante el inminente peligro de destrucción de los valiosos papeles resguardados, el distinguido don Carlos Sigüenza y Góngora, secundado por su amigo Antonio Ocaña, pusieron en riesgo sus vidas para salvar gran parte de los libros de actas de cabildo originales y muchos otros expedientes que estaban a punto de ser consumidos por las llamas.

Muchos otros personajes ilustres pusieron su granito de ideas y trabajo a través de los siglos, para clasificar, cuidar y restaurar el importante acervo; entre ellos podemos mencionar a Vicente Riva Palacio, que elaboró un catálogo, clasificado por materias, con un riguroso índice alfabético. En 1921 don Francisco Gamoneda fue nombrado jefe de la dependencia, iniciando la modernización; entre otras cosas, organizándolo para brindar un servicio archivístico; trabajó con un ejército de capturistas y encuadernó todo el fondo del ayuntamiento.

Para la pausa gastronómica, a unas cuadras, en la calle de Bolívar 12, se encuentra Primer Cuadro, atractivo concepto que combina librería, tienda de arte popular y restaurante con buena comida mexicana. Los jueves, viernes y sábados por la noche tienen sabroso son cubano y buena botana para acompañar el copetín.

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