Culminación del homenaje a Adolfo Sánchez Vázquez
Socialismo, realidad y utopía en la última mesa en la UNAM
En la séptima y última mesa -Socialismo: realidad y utopía- del homenaje a Adolfo Sánchez Vázquez en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue reiterada la vigencia y necesidad de los planteamientos teóricos del filósofo para entender y modificar la problemática social, política y económica en el mundo contemporáneo.
El historiador Adolfo Gilly centró su ponencia ''La realidad, la utopía y el deseo" (ver texto íntegro en estas páginas) en analizar los ensayos reunidos en el libro de Sánchez Vázquez, Entre la realidad y la utopía. Ensayo sobre política, moral y socialismo.
Bolívar Echeverría habló de la importanica que la obra de Sánchez Vázquez tuvo para los jóvenes intelectuales latinoamericanos de comienzos de los años 70:
''Sus trabajos sobre estética marxista y después su trabajo sobre los manuscritos juveniles de Marx, dieron voz a un marxismo desconocido, vital, creativo, revolucionario, cuya rica historia reprimida por el marxismo oficial del imperio soviético, ellos averiguarían un poco más tarde."
Para ellos resultaba obvio que ''eso que se hacía llamar marxismo" carecía ''de una propuesta teórica capaz de reactualizar para los nuevos tiempos esa visión crítica de la civilización capitalista en la que se había empeñado Marx".
Sólo a la luz ''de esta necesidad apremiante de una teoría compartida por todos los que impugnaban el orden establecido, puede entenderse y apreciarse la importancia que tuvo para esos jóvenes intelectuales la aparición de un marxista como Adolfo Sánchez Vázquez".
Entonces como ahora -expuso Echeverría- ''la obra de Sánchez Vázquez insistía en los contenidos esenciales de la teoría de Marx, íntimamente conectados entre sí: el carácter creativo de la praxis humana y en la necesidad de una orientación esencialmente humanista y democrática de la actividad política socialista".
Pilar de los estudios marxistas en México
El historiador Enrique Semo se refirió a Adolfo Sánchez Vázquez como ''uno de los tres refugiados españoles que influyó decisivamente en mi vida académica. El segundo fue Wenceslao Roces, maestro desaparecido de esta misma facultad (de Filosofía y Letras), quien introduciéndome en la historia clásica, fijó definitivamente mi vocación de historiador".
Luego de señalar a Sánchez Vázquez como ''uno de los pilares de los estudios marxistas en México, en su ponencia dedicada al filósofo, Semo hizo una glosa del surgimiento y evolución de los conceptos ''socialismo" y "comunismo".
El primero surgió entre los años de 1825 y 1832 en una revista inglesa y Paul Leroux lo introdujo a Francia como ''un neologismo necesario" para oponerlo al individualismo.
El concepto ''comunismo" es más tardío: ''Aparece probablemente por primera vez" en 1840. Ocho años después, Marx y Engels lo utilizan en el título de su célebre panfleto Manifiesto comunista.
Así, Semo hace un recorrido histórico hasta llegar al derrumbe de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Concluyó: ''El capitalismo necesitó varios siglos para constituirse como modo de producción dominante y que varios intentos terminaron en el fracaso (...) No quiero decir que necesitemos el mismo tiempo para construir una sociedad igualitaria y justa, aun cuando no se llame socialismo. Pero si sé una cosa, estamos al principio y no al final de un proceso".