Usted está aquí: sábado 22 de octubre de 2005 Cultura Un goya a toda voz selló el homenaje al maestro Adolfo Sánchez Vázquez

Conmovido, el filóso agradeció el reconocimiento y la crítica a su obra

Un goya a toda voz selló el homenaje al maestro Adolfo Sánchez Vázquez

Cuando salí de España tenía ante sí ''el horizonte de la cárcel o la muerte'', rememoró

Agradeció a la UNAM por ofrecerle las libertades de cátedra, pensamiento e investigación

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ampliar la imagen Adolfo S�hez V�uez (al centro), durante la sesi�inal del homenaje que el pensador y acad�co recibi� la Universidad Nacional Aut�a de M�co FOTO Carlos Cisneros Foto: Carlos Cisneros

El hombre de pelo cano, anteojos gruesos sobre mirada vivaz, escuchaba conmovido el aplauso largo y el goya a toda voz que le regaló la audiencia apretujada en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De pie ante el estrado sonreía, levantaba el bastón que lleva en la mano derecha y, a manera de saludo, lo agitó en el aire.

Era el fin del homenaje que la casa de estudios le ha rendido -a él, Adolfo Sánchez Vázquez, figura insigne del exilio español- para celebrar sus 90 años de vida. Durante tres días, de miércoles a viernes -alumnos, catedráticos, investigadores y escritores se reunieron para analizar y reivindicar su obra.

Antes de la ovación, Sánchez Vázquez había hablado -improvisado- con palabra elocuente, con emoción, con lucidez:

''No puedo negar que me siento muy contento con este reconocimiento; todo aquel que realiza un esfuerzo, sea un intelectual, un obrero, un campesino o un artesano, aspira naturalmente a que ese esfuerzo sea reconocido, y eso se convierte obviamente en un motivo de gran satisfacción."

Los filósofos sabemos -continuó- ''que Hegel consideró, en un capítulo famoso de su Fenomenología del espíritu, que el reconocimiento era parte esencial de la condición humana y que todo hombre aspira siempre a este reconocimiento".

Por tanto, ''al desearlo yo y sentirme satisfecho, no hago ninguna excepción sino que comparto lo que cualquier ser humano desearía para su esfuerzo".

El reconocimiento ''se opone a algo que ha quedado gráficamente expresado en el lenguaje mexicano: el ninguneo, que es precisamente la negación del reconocimiento".

Lo que más satisfacción causó a Adolfo Sánchez Vázquez fue la forma que ''este reconocimiento ha tomado de una atención, de un estudio, de una consideración a una obra".

Aclaró, no obstante, que ''reconocimiento no es sinónimo ni mucho menos, de halago, impostamiento, elogio, sino que el reconocimiento no excluye la crítica, la discusión de ideas. Lo hemos podido ver a lo largo de estas mesas redondas.

''Aquí se ha expresado también la crítica, el distanciamiento, el cuestionamiento de ideas. Me vienen a la memoria las intervenciones de Roberto Escudero, de Luis Villoro y de Javier Muguerza."

Ese -enfatizó el autor de Filosofía de la praxis- es el verdadero reconocimiento, ''el tomar en consideración, ser objeto de atención, el poner a discusión, a examen, las ideas que se reconocen".

Inolvidable gesto de Cárdenas

Desde sus vitales 90 años, Sánchez Vázquez se remontó a aquellos días en que salió de España hacia Francia, cuando tenía ante sí ''el horizonte más oscuro, un horizonte que no era más que el de la cárcel o el de la muerte".

La obra que ahora se reconoce -explicó- fue posible ''gracias al gesto generoso, hospitalario, del general Lázaro Cárdenas, quien no puede ser para nosotros los exiliados, y para mí en lo particular, en ningún momento olvidado".

Con esa hospitalidad ''que brindó el general Cárdenas, apoyado por su pueblo, con la solidaridad de los intelectuales más representativos, fue que yo pude rehacer mi vida e iniciar esta obra".

Otra expresión de gratitud fue para la UNAM: ''Que no sólo me ofreció las condiciones materiales para sobrevivir, limitadas como lo eran para todos los universitarios de entonces, sino las condiciones más importantes: libertad de pensamiento, libertad de cátedra, libertad de investigación".

En seguida agradeció a todos los asistentes y participantes. Después siguieron el aplauso largo y el goya a toda voz.

 
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