Algunos reconocieron cierto hechizo en las dos coreografías con la compañía cubana
La propuesta de Danza Teatro Retazos no alcanzó a cuajar en el festival de SLP
San Luis Potosí, SLP, 10 de octubre. Las reacciones fueron del desencanto a la decepción, inclusive algunos manifestaron abiertamente enfado. Eso ocurrió entre quienes de plano no gustaron de la función. Otros, más mesurados, reconocieron cierto hechizo y belleza en algunos momentos o imágenes. Pero fueron pocos los que se mostraron satisfechos y aceptaron haber disfrutado la obra en su totalidad.
Ese es el balance del impacto que la compañía cubana Danza Teatro Retazos tuvo entre algunos asistentes al teatro del Centro de Difusión Cultural Raúl Gamboa para presenciar las dos coreografías del espectáculo Al filo exacto, presentado anoche por el grupo isleño en el contexto de la versión 25 Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
La velada abrió con la pieza Imágenes y suspiros, sucesión de cuadros en los que el abatimiento y la melancolía van tornándose de manera progresiva menos densos hasta casi extinguirse.
Un transitar de la oscuridad a la brillantez emocional, pero sin perder ese sabor agridulce de la nostalgia, atmósfera anímica que se ve reforzada por la selección musical, que comienza con la saudade de un fado de Amalia Rodrigues y cuya languidez se va haciendo más tersa con un bolero de Lara, luego un tango de Gardel y por último una canción de la nueva trova.
Son 25 minutos en los que ocho bailarines, cuatro mujeres y cuatro hombres, ofrecen una serie desigual de evoluciones, en cuanto al dominio técnico, sea en los solos, duetos, tríos, cuartetos o en conjunto, con una propuesta dancística muy apegada a movimientos sobre el piso.
La gestualidad es un aspecto que dominan bien y ciertas escenas son alucinantes, conmovedoras, como la que da comienzo a la obra, cuando un bailarín emula una relación amorosa con una escultura, encarnada por una bailarina desnuda.
Metáfora del dolor por el desencuentro, de la pasión feneciente, tormentosa, hecha evidente por movimientos sutiles y etéreos por parte de él y la rigidez sorprendente, en verdad estatuaria de ella
Graves fallas técnicas
Después llegó el turno de Al filo exacto, coreografía de la directora de Retazos, Isabel Bustos, al igual que el trabajo anterior. Una pieza más colorida, cuando menos en el manejo de diferentes vestuarios y el diseño de luces, así como música en vivo, que realza los homenajes que la autora rinde al folclor cubano.
Treinta minutos de escenas un tanto surrealistas, en la que los bailarines parecen nadar merced la ayuda de una patineta en la que posan su cuerpo en horizontal, o bien algunas de las bailarinas ataviadas de estrambóticos vestidos (cual quinceañeras) son paseadas inmóviles sobre patinetas.
Violín, bajo, guitarra y maracas; bailables al ritmo del son, del bolero y ciertas insinuaciones al tango y al flamenco, con varios momentos muy cachondones, aunque no terminan nunca por definir una propuesta narrativa concreta, si bien el propósito manifiesto de la compañía caribeña está lejos de querer presentar historias lineales y apuestan por lo intimista y lo introspectivo.
Desde la mitad, algunas personas comenzaron a salir del recinto, otras se echaban una pestañita y también se percibía cierta impaciencia o aburrimiento.
Otras personas, en tanto, comentaban en el vestíbulo sobre las escenas que más les gustaron, pero sólo se referían a aspectos aislados, con lo que quedó de manifiesto que la propuesta no terminó de cuajar en el agrado de gran parte de la concurrencia.
''No dicen algo nuevo; son cosas ya muy viejas y vistas, aparte de que tienen graves fallas técnicas", comentó el crítico Gustavo Emilio Rosales al término de la función.
Antes de la presentación fueron inauguradas tres exposiciones con las obras ganadoras de los premios de fotografía, artes plásticas y pintura Infantil que llevan los nombres de Walter Reuter, Anna Sokolow y Emma Báez, respectivamente.