Usted está aquí: martes 11 de octubre de 2005 Economist Intelligence Unit Inversión brasileña: de la materia prima al intermediario

Inversión brasileña: de la materia prima al intermediario

La fortalecida confianza en las empresas y la fuerte demanda de exportaciones sostienen compromisos para producir más manufacturas de valor agregado en Brasil

Economist Intelligence Unit /The Economist

Ampliar la imagen F�ica en Curitiba, Brasil, donde se trabajan l�nas de madera para construcci�Los exportadores de productos manufacturados han sido castigados por la continua revaluaci�el real FOTO Ap Foto: Ap

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La resistencia de la economía brasileña, a pesar de una crisis política potencialmente desestabilizadora, favorece la recuperación de la confianza en las empresas. Apuntaladas por una fuerte demanda global y el financiamiento del gobierno, varias firmas planean invertir, entre este año y 2011, casi 30 mil mdd en la producción de mercancías intermedias tales como pulpa y papel, acero, cemento y productos petroquímicos.

Muchos de estos proyectos, planeados o en marcha, son financiados en parte por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), institución gubernamental que apoya la inversión y concede préstamos con las tasas de interés más bajas del mercado. En forma muy reciente, el BNDES, considerado un pilar de la política industrial brasileña, anunció nuevas líneas de crédito para la industria automotriz con el propósito de sostener su actual ímpetu de exportación.

Aun sin ayuda del BNDES, y a pesar de las prohibitivas tasas de interés locales, la salud financiera y las ganancias de las empresas locales y de las subsidiarias de grupos multinacionales han mejorado de manera considerable. En consecuencia, las compañías han recuperado un poco de vigor financiero y están en mejores condiciones de buscar una expansión.

Durante varios años, el desarrollo de la industria brasileña ha sido impulsado por una fuerte demanda mundial de mercancías, en particular soya y mineral de hierro. Pero la inversión está cambiando a la construcción de grandes plantas manufactureras, en especial para la fabricación de productos intermedios.

La industria del acero planea invertir 12 mil 700 mdd antes de 2015. La disponibilidad de abundante mineral de hierro atrajo compromisos fuertes de Arcelor (Luxemburgo/Francia/España) y de Thyssen Krupp (Alemania). Nippon Steel (Japón) es también un inversionista estratégico en Usiminas, beneficio de metales de propiedad privada. Mientras tanto, Gerdau, productor de acero en rollo largo con sede en el sur, ha llegado a ser lo bastante fuerte para invertir en el exterior (incluyendo EU) y en la actualidad opera como una verdadera compañía multinacional brasileña.

El 23 de septiembre, Alcoa (EU) anunció una inversión de mil 600 mdd durante tres años en aluminio y minas. La Compañía Brasileña de Aluminio (CBA), parte del conglomerado brasileño Votorantim, ha prometido invertir mil mdd para duplicar su producción antes de fines de 2007.

La planta despulpadora con valor de mil 200 mdd de Veracel, empresa de riesgo compartido 50%-50% entre Aracruz y Stora Enso (Finlandia/Suiza), fue inaugurada oficialmente al este del país a finales de septiembre. Stora Enso ha invertido otros 100 mdd para plantar árboles de eucalipto en el sur y también invierte en el vecino Uruguay. La producción de Veracel se exporta a EU, Europa y China.

Bajos costos de producción y competitividad internacional han sido factores decisivos para la inversión en esos sectores industriales. El tipo de cambio también ha favorecido a algunas empresas.

La divisa brasileña, el real, depreciada de manera notoria -cayó a casi 4 por dólar- ante las elecciones presidenciales de finales de 2002, quebrantó las hojas de balance de muchas empresas. Sin embargo, la moneda se recuperó fuertemente durante 2004 y 2005 y el 26 de septiembre alcanzó su valor más alto desde mayo de 2001, cuando se cotizó a 2.25 reales por dólar. Esto ha beneficiado a los proyectos de inversión cuyas cadenas de suministro están casi por completo dolarizadas, lo que hace que esas importaciones sean relativamente más baratas. Braskem, fabricante de productos petroquímicos, busca un proyecto de inversión de mil 500 mdd cuyos costos están en dólares, aunque 80% de sus ventas se dan en el mercado local.

Además, la volatilidad de la tasa de cambio ha perjudicado casi por costumbre los proyectos de muchos inversionistas. Los exportadores de productos manufacturados han sido penalizados por la continua revaluación del real. Sobre algunos de los sectores menos competitivos, tales como calzado, se ha ejercido una presión especial. Los fabricantes de automóviles han advertido que sus contratos de exportación están por terminar y su renovación es incierta.

Las ventas de vehículos extranjeros continúan creciendo -arriba de 39% en los primeros ocho meses de 2005- y se espera que este año alcancen la cifra sin precedente de 10 mil 800 mdd. Sin embargo, el crecimiento de las exportaciones de los fabricantes de autos es lento.

No es de sorprender que la industria automotriz, la cual se ha beneficiado por una serie de apoyos gubernamentales durante los pasados 50 años, haya recibido apenas otro incentivo. El BNDES ofrecerá líneas de crédito a los fabricantes de vehículos ligeros para financiar hasta 30% de su producción exportable. Los fabricantes brasileños de camiones ya han gozado de este incentivo durante varios meses.

 
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