Países socios presionan al organismo regulador de energía atómica: Ana María Cetto
El Nobel debe cimentar la objetividad de la AIEA, afirma directora adjunta
La investigadora egresada de la UNAM estima que debe fomentarse la confianza internacional para evitar confrontaciones
Primordial que predomine la diplomacia, declara
Ampliar la imagen Aspecto de la sede de la ONU en Viena, donde se ubica la oficina central de la Agencia Internacional de la Energ�At�a FOTO Ap Foto: Ap
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2005, enfrenta el reto de continuar realizando su labor con independencia, y que algunos de los 135 países miembros no ejerzan presiones que desvirtúen su trabajo de favorecer el uso pacífico de la energía nuclear, afirmó Ana María Cetto, directora adjunta del organismo e investigadora egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Complacida no sólo porque el organismo para el que trabaja y su director general, Mohamed el Baradei, obtuvieron el máximo galardón mundial por sus esfuerzos en favor de la paz, la académica subrayó, por una parte, que se trata de un reconocimiento internacional al sistema de la Organización de Naciones Unidas y, por el otro, la importancia de preservar la objetividad de una institución cuya responsabilidad es vigilar en todo el mundo, por medio de la supervisión, inspecciones y control, que la energía atómica sea utilizada con fines pacíficos y para el desarrollo social de los pueblos.
En conversación telefónica con este diario desde Viena, Austria, donde está la sede del organismo internacional, consideró necesario que los países que pueden crear energía atómica "deben ser transparentes y deben informar no sólo a sus sociedades o sus vecinos, sino al mundo entero de los usos que le dan". Explicó que la mayor amenaza que enfrenta el organismo es, precisamente, "la presión que puede recibir de los países en sus tareas de inspección y control".
Además, consideró importante que los países que forman parte de la junta de gobernadores del organismo continúen con las negociaciones diplomáticas, "no dejen de hablar entre ellos y que se pongan de acuerdo, porque cuando se rompe el diálogo es cuando empiezan los problemas". Subrayó: "en la mayoría de los casos se ha logrado mantener un buen diálogo, y existe lo que se conoce como el espíritu de Viena, que busca llegar a acuerdos y soluciones por consenso, sin votaciones. Espero que siga siendo el caso en el futuro, y que este premio Nobel confirme el respeto que se le debe al organismo".
Construir confianza
Ana María Cetto agregó que es necesario seguir construyendo la confianza necesaria para impulsar ese tipo de energías para proyectos sociales y productivos en todo el mundo, confianza que, agregó, deben ganarse países como Corea del Norte e Irán. En el primer caso, explicó que el organismo espera que al gobierno de Pyongyang se le permita desarrollarse "como ha declarado, es decir, hacer uso de la energía nuclear con fines pacíficos pero, por otro lado, también tiene que demostrar que está dispuesto a abrirse, que no está haciendo nada incorrecto, y abrir sus puertas a los inspectores para que esto se pueda comprobar. Tiene que restablecerse un régimen de confianza, que actualmente no existe.
"Es el mismo caso con Irán. También allí se requiere restablecer la confianza, que actualmente está rota", añadió. También es importante "que los otros países le permitan desarrollarse sin cortapisas. Se requiere cooperación de todas las partes". Allí, dijo, "nosotros estamos entre la espada y la pared. Realmente son los países los que deciden. Nosotros hacemos nuestro trabajo, y nos toca la parte profesional, digamos, química. Seguiremos trabajando en el desarrollo de instrumentos de normatividad, los códigos de conducta, convenciones, es decir, los instrumentos que se utilizan para que los países que contraen compromisos los cumplan".
Por otra parte, señaló que las instituciones públicas de educación superior, como la UNAM, constituyen un pilar fundamental para la formación de cuadros necesarios para organismos internacionales a cargo de supervisar las políticas públicas con objetivos sociales. Doctorada en física por esa casa de estudios, reconoció la formación adquirida, y sostuvo que de alguna manera el galardón es extensivo a la UNAM, donde mantiene la plaza como investigadora del Instituto de Física, además de ser profesora de la Facultad de Ciencias, de la que fue directora.
Felicitaciones del rector
Tan pronto como conoció la noticia, el rector Juan Ramón de la Fuente se comunicó con ella para expresarle, junto con la comunidad universitaria, sus felicitaciones. De la Fuente le dijo que es un honor para la UNAM y para los universitarios que "una muy destacada integrante de la comunidad, maestra de muchas generaciones de científicos, sea copartícipe del Premio Nobel de la Paz".
Apenas el pasado 27 de abril, el titular de la AIEA y la propia Ana María Cetto estuvieron en la UNAM, donde el primero dictó una conferencia y firmó un convenio de colaboración con esa casa de estudios para la aplicación de la energía nuclear, por ejemplo, en medicina, "proyectos que han sido recibidos muy bien, y en los que la UNAM está haciendo un excelente papel, como siempre lo hace", añadió la investigadora, por lo que el galardón es, por extensión, un reconocimiento a los resultados de la colaboración y el trabajo que se hace con instituciones como la universidad.
Ana María Cetto ha sumado a su trayectoria académica responsabilidades internacionales como secretaria general del Consejo Internacional de Uniones Científicas, miembro de la Junta de Gobierno de la Universidad de Naciones Unidas, y colabo-radora en la organización de la Conferencia Mundial sobre la Ciencia, organizada por la UNESCO y el ICSU en 1999.
También pertenece a la Academia de Ciencias del Tercer Mundo, y participa en varios organismos científicos internacionales, además de haber presidido el comité ejecutivo de las Conferencias Pugwash, que obtuvieron el Nobel de la Paz en 1995.