Usted está aquí: jueves 22 de septiembre de 2005 Cultura Las mujeres debemos reírnos del machismo para que éste se acabe

Alondra de la Parra rechaza todo sometimiento en la música de concierto

Las mujeres debemos reírnos del machismo para que éste se acabe

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen La directora Alondra de la Parra durante su ensayo con la Orquesta Sinf�a Nacional, en el teatro Regina, del Centro Hist�o FOTO Mar�Luisa Severiano Foto: Mar�Luisa Severiano

La música de concierto vive una época de revolución. De forma paulatina comienzan a superarse los modelos y las convenciones decimonónicas que aún la rigen. Ejemplo de ello es que el machismo prácticamente ha desaparecido en las orquestas, al igual que los directores tiranos.

Tal es la visión de Alondra de la Parra Borja, quien a sus 24 años hará este fin de semana su debut en México como directora al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), como parte de los Conciertos Juveniles de Otoño que la agrupación ofrece en el Palacio de Bellas Artes. El primero será el viernes a las 20 horas y el segundo, el domingo, a las 12:15 horas.

Graduada también como pianista y con estudios de chelo, la artista mexicana opina que están dadas todas las condiciones en la música de concierto en el mundo para que una mujer irrumpa como la gran figura de la dirección orquestal. Inclusive afirma que ese lugar podría ser ya ocupado por la estadunidense Marin Alsop.

''Ser mujer ya no es un obstáculo en la música. En mi caso no he tenido problemas por ello. Creo que las mujeres debemos entender que no podemos seguir jugando el juego del machismo; debemos reírnos ante eso y así se acabará", sostiene.

''El trabajo, la seriedad, el respeto son un común denominador de lo que la gente quiere, y si uno actúa bajo esos parámetros, el resultado será bueno."

De acuerdo con De la Parra, resulta muy difícil determinar hasta qué punto el género determina o puede condicionar cierta sensibilidad en la concepción y la expresión de la música.

''Lo qué sé es que cualquier director, sin importar el sexo, necesita de su lado femenino para desarrollar su trabajo, tanto como necesita su lado masculino", precisa.

''Todas las personas tenemos un poco del otro sexo. Sin embargo, en cuanto al manejo y la expresión de la sensibilidad, las mujeres llevamos ventajas por el factor social, pues desde pequeñas se nos alienta a sonreír, cantar, bailar, tener gracia y delicadeza, aspectos que al hombre, por el contrario, generalmente se le prohíben."

En cuanto a sus premisas como directora de orquesta, De la Parra subraya que éstas se basan en el respeto, la no soberbia y mantener de manera constante el diálogo y el intercambio de pareceres con los atrilistas.

''Desde que comencé a estudiar, lo primero que mi maestro Kenneth Kierler me enseñó fue no a la tiranía ni al sometimiento en una orquesta. El director es sólo un colega más, un indicador, un ayudante, un inspirador cuando se le requiere y un fantasma cuando no se le necesita, cosa que es muy frecuente", indica.

''Muchas veces los músicos saben más que uno, casi siempre, y es muy importante tomarlos en cuenta. Esa es la filosofía del liderazgo que he aprendido y creo que no existe otra manera de hacerlo; es la única que sobrevivirá en el mundo, en todos los ámbitos. El sometimiento no funciona; pensar en dictadores, ahora es ridículo."

 
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