Reveló que "al parecer" ya hay un acuerdo para no aplicar ISR a prestaciones
STPS: todo mundo admite que las pensiones del IMSS son insostenibles
Preocupa a la UNT que el gobierno imponga reformas a la legislación laboral
Tras asegurar que el gobierno de Vicente Fox no exige "incondicionalidad a los sindicatos", el secretario del Trabajo y Previsión Social, Francisco Xavier Salazar Saénz, habló ayer del caso de los trabajadores del Seguro Social y dijo que todo mundo reconoce que es insostenible su régimen de pensiones y jubilaciones (RPJ), por lo que este esquema se tiene que ajustar gradualmente.
En el contexto de la 30 convención anual del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), el funcionario apuntó que el gobierno foxista no promueve el corporativismo, ni exige lealtades a los sindicatos, mucho menos impide el derecho a huelga.
Por ello, dijo, esta administración ha mantenido relaciones con todas las organizaciones sindicales legalmente reconocidas y constituidas por la legislación laboral, sin importar filiación, ideología, origen o preferencia partidista.
Cuestionado sobre las negociaciones entre el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) y las autoridades del instituto por su revisión contractual, explicó que ya se establecieron las mesas en la secretaría y las partes sesionan tres veces a la semana.
En cuanto a la iniciativa que presentará esta semana este sindicato para proponer que se dé marcha atrás a la reforma a la Ley del IMSS, el funcionario dijo que independientemente de lo que determinen los legisladores sobre este proyecto, la realidad es que el esquema de jubilaciones y pensiones fue diseñado para otro perfil demográfico y ahora es insostenible. Planteó que "todo mundo" reconoce, incluso el sindicato, que se tiene que ajustar este régimen y que hay voluntad de todas las partes para ajustar este esquema de manera gradual. "Hay voluntad para llegar a un acercamiento y tener un esquema que funcione no a cinco años sino a más y así sacar del atolladero financiero al Seguro Social", dijo.
También se refirió a la reforma al impuesto sobre la renta (ISR) prevista para enero de 2006 y adelantó que al parecer ya hay un acuerdo de todos los partidos para dar marcha atrás a esta propuesta, lo cual es muy positivo porque gravar las prestaciones generaría una fuerte presión sobre los salarios e incluso sobre la inflación el próximo año.
El acto fue presidido por el líder del STRM, Francisco Hernández Juárez, quien planteó que el régimen democrático del país tiene todavía grandes vacíos e insuficiencias que podrían convertirse en factor de conflicto y un obstáculo para continuar el camino de la transición en los próximos años.
Por ello, sostuvo, los telefonistas, junto con otras organizaciones sindicales como la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), están trabajando intensamente en la construcción de un "acuerdo político nacional" que en principio, y teniendo como base una agenda de consenso, comprometa al gobierno, partidos y organizaciones políticas y sociales a lograr procesos electorales pacíficos, participativos y transparentes, pues sólo de esta forma habrá condiciones favorables de gobernabilidad en el país para los próximos años.
Dijo al secretario del Trabajo que a este sector le preocupa la posibilidad de que el gobierno siga alentando en el Congreso la imposición de reformas a la legislación laboral sin los consensos, sin la transparencia y sin los acuerdos necesarios que den sustento, viabilidad y legitimidad.
"En un momento político delicado como el que vivimos, persistir en este propósito que ha sido una amenaza constante para los trabajadores en los años recientes no sólo se convertiría en un indeseable factor de conflicto, sino que enviaría señales equivocadas en el sentido de que la democracia laboral sigue siendo la más atrasada de todas en el edificio inconcluso de la democracia", planteó el dirigente.
Luego envió un mensaje al Presidente, de que no se permitirá bajo ningún concepto un atentado más contra los derechos de los trabajadores y se podría llegar hasta la confrontación.