Falta estudiar el comportamiento de las nuevas construcciones ante sismos, dice
A 20 años no hay una investigación oficial del terremoto: Cinna Lomnitz
Se requiere invertir "mucho más" en la materia, señala el especialista de la UNAM
Ampliar la imagen En varios predios de la colonia Roma todav�hay campamentos con viviendas de l�na, donde habitan decenas de familias FOTO German Romero/ Cuartoscuro Foto: German Romero/ Cuartoscuro
Cinna Lomnitz, investigador emérito del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y uno de los expertos más prestigiados en sismología, destacó que cuando se olvida un sismo viene el siguiente, por lo que recalcó la importancia de no soslayar el terremoto de 1985.
El especialista indicó que en caso de que se presentara otro movimiento telúrico de gran magnitud no se parecería al de hace dos décadas, porque la ciudad de México es otra, sus construcciones y su gente son diferentes.
El investigador enfatizó también que en México no se ha realizado una investigación oficial sobre el sismo del 19 de septiembre de 1985 ni se ha publicado un informe al respecto.
La información que se conoce, añadió, es que se cayeron 371 edificios de una altura de entre siete y 18 pisos y la mayoría eran construcciones de concreto armado. Sin embargo, dijo, lo que realmente sucedió aún no está claro, porque hubo diversas causas para la debacle.
En la conferencia El gran sismo del 19 de septiembre de 1985: lo que no se ha dicho, Cinna Lomnitz señaló que se desconoce cómo se comportarían los nuevos edificios si se registrara otro sismo de gran magnitud, aunque todos confían en su resistencia.
Manifestó que existen cinco hipótesis sobre los posibles escenarios: no pasa nada; colapso de los edificios que no se cayeron en 1985; caída de las nuevas construcciones; desplome generalizado, salvo las infraestructuras amortiguadas, y la última es que es imposible saber. Sin embargo, consideró que algunas de las edificaciones que se mantuvieron incólumes hace dos décadas podrían venirse abajo y las nuevas sufrirían daños estructurales.
El experto recordó, por otra parte, que en Japón se determinó por la vía experimental y teórica que cuando se olvida un sismo viene el siguiente, por lo que no se puede soslayar el siniestro de 1985.
En dicho sismo, agregó, acontecieron una serie de circunstancias en apariencia inconexas, pero que unidas colaboraron para producir el fenómeno. Por ejemplo, apuntó, el origen fue en las costas de Michoacán, a 400 kilómetros, y en la zona epicentral hubo pocas víctimas y daños.
La onda sísmica se propagó hasta la ciudad de México, pero sólo en la parte baja, donde cayeron las construcciones ubicadas en zonas con suelo blando. En las áreas altas, como Las Lomas, no pasó nada, agregó. Es decir, todo lo puesto en pie bajo el esquema del reglamento de construcción vigente entonces se vino abajo, y las edificaciones antiguas, en las que no se emplearon esas normas, no resintieron daños.
Por otra parte, destacó que se requiere conocer mucho más sobre sismología. Esto depende de la voluntad de los ciudadanos para organizarse, de la habilidad de los políticos y empresarios para dictar normas de construcción e invertir en edificaciones más seguras, de la firmeza de la economía, de la cohesión social y del desarrollo de la ciencia en México.
Expresó que la contribución social a la sismología ha sido mínima, pese a su importancia. Por ello, se debe invertir más en esta disciplina, así como en la ingeniería sísmica, finalizó.