Usted está aquí: sábado 17 de septiembre de 2005 Política Corrupción, impunidad y delincuencia propician violencia en México: el Papa

"Afán de poder" en algunos ambientes, base de los males que aquejan al país

Corrupción, impunidad y delincuencia propician violencia en México: el Papa

Recomienda a obispos una atención religiosa "más personalizada" hacia los fieles

ALMA E. MUÑOZ

Benedicto XVI expresó su preocupación porque el "afán de poder" en algunos ambientes mexicanos "deteriorara las sanas formas de convivencia y la gestión de la cosa pública", además de propiciar un incremento en los "fenómenos de la corrupción, impunidad, infiltración del narcotráfico y del crimen organizado". Consideró que todo ello deriva en "diversas formas de violencia, indiferencia y desprecio del valor inviolable de la vida".

Tras recibir al segundo grupo de obispos mexicanos en Castelgandolfo, su residencia de verano, quienes le externaron preocupaciones diversas sobre la situación en el país, Joseph Ratzinger consideró que México "tiene ante sí el reto de transformar sus estructuras sociales para que sean más acordes con la dignidad de la persona y sus derechos fundamentales". Puso énfasis en la pobreza y el riesgo que representa la migración al extranjero, porque "muchos trabajan en condiciones precarias, en un estado de indefensión y afrontando con dificultad un contexto cultural distinto a su idiosincrasia social y religiosa".

Recordó que la exhortación apostólica posinodal Iglesia en América denuncia "claramente los pecados sociales de nuestra época, los cuales ponen de manifiesto una profunda crisis debido a la pérdida del sentido de Dios y a la ausencia de los principios morales que deben regir la vida de todo hombre".

Sin una referencia moral, parafraseó el documento, "se cae en un afán ilimitado de riqueza y de poder, que ofusca toda visión evangélica de la realidad social". Por eso, el Papa insistió en la necesidad de que se acreciente la colaboración de los católicos, y así la separación entre la fe y la vida cotidiana no se considere "como uno de los errores más graves de nuestro tiempo".

En México, apuntó, "se vive frecuentemente en una situación de pobreza", lo cual fomenta la migración y pone en riesgo los valores de "hospitalidad, hermandad y solidaridad". Sin embargo, resaltó que a propósito de la movilidad humana, la fe favorezca la comunión fraterna y solidaria, por encima de factores económicos y sociales, "lo que es una prioridad pastoral en las relaciones de cooperación con las iglesias de Norteamérica".

A los arzobispos de Morelia, Alberto Suárez Inda; de Monterrey, Francisco Robles Ortega, y de San Luis Potosí, Luis Morales Reyes, así como los obispos de Saltillo, Raúl Vera; de Nuevo Laredo, Ricardo Watty, entre otros -como parte del segundo grupo de religiosos mexicanos que le rinden cuentas sobre sus diócesis-, Benedicto XVI dijo que enfrentan como desafío pastoral las consecuencias morales y espirituales que producen los pensamientos y costumbres, indiferentes a los valores del Evangelio.

Les mencionó que los fieles requieren una atención religiosa "más personalizada, consolidando las estructuras de comunión y proponiendo una religiosidad popular purificada". Implica en la práctica pastoral, abundó, "la necesidad de revisar nuestras mentalidades, actitudes y conductas; y ampliar nuestros territorios comprometiéndonos a compartir y trabajar con entusiasmo para responder a los grandes interrogantes del hombre de hoy".

El nuestro es un tiempo de continuo movimiento, que "a menudo desemboca en el activismo", precisó el Papa. "Como Iglesia misionera, todos estamos llamados a comprender los desafíos que la cultura posmoderna plantea a la nueva evangelización del continente. El diálogo de la Iglesia con la cultura de nuestro tiempo es vital para la Iglesia misma y para el mundo", subrayó.

 
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