Usted está aquí: martes 13 de septiembre de 2005 Economía El verdadero impacto del huracán

El verdadero impacto del huracán

A pesar de los graves daños, se prevé que no afecte el crecimiento de EU

Economist Intelligence Unit /The Economist

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El huracán Katrina está destinado a convertirse en el desastre natural más costoso en la historia de Estados Unidos, al causar la muerte de varios cientos de personas y cortar el suministro de electricidad de al menos dos millones. Para la economía estadunidense, sin embargo, el desastre casi no repercutirá en el crecimiento anual del PIB: su impacto negativo en una de las regiones menos dinámicas del país se equilibrará por los pagos de los seguros y el fondo federal para atención de desastres.

A esacala nacional, Katrina arrojará una sombra sobre la economía en forma de precios más altos para los productos del petróleo, que más adelante afectarán el consumo privado y atizarán la inflación.

El huracán golpeó las costas del Golfo de México a finales de agosto, causando inundaciones masivas y daño extenso a Luisiana, Mississippi y (en menor proporción) Alabama. El costo humano es considerable: muchas personas perdieron sus casas y se presume que el índice de muertes será de al menos varios cientos. Además, alrededor de 2.6 millones de personas se quedaron sin suministro de electricidad y, de acuerdo con algunos reportes, el restablecimiento total del servicio podría tardar dos meses.

Como industria, el petróleo ha sido la más afectada. El huracán golpeó 2 mil 800 plataformas en el Golfo; dicha región representa 30% del suministro de petróleo crudo de Estados Unidos y 20% de la producción de gas natural; en los días posteriores al desastre se perdieron aproximadamente 4.6 millones de barriles. Esto fue suficiente para lanzar el crudo West Texas a un nivel récord de 70 dólares por barril, aunque posteriormente ha ido bajando.

La reconstrucción

A pesar de la escala de la devastación, es improbable que Katrina tenga un impacto grande en el crecimiento económico de EU. Esto se debe en parte a que las áreas afectadas no son centros industriales ni financieros importantes; a escala nacional, el impacto en el desempeño trimestral se limitará. El desempeño de julio fue muy bueno y agosto estaba en plena desaceleración antes del huracán. Incluso un mal septiembre, por lo tanto tendrá sólo un impacto amortiguado. En los lugares afectados, desde luego, las operaciones de negocios enfrentarán severas interrupciones por varios meses. La actividad económica de las regiones del interior también se verá afectada debido a los daños al gran puerto de Nueva Orleáns y otras terminales marítimas, con lo cual las exportaciones (por ejemplo, el grano que se produce en el oeste medio y se transporta en pequeñas embarcaciones por el río Mississippi) y las importaciones podrían enfrentar retrasos o la necesidad de encontrar rutas alternativas que incrementarán sus costos.

En el ámbito regional, mientras la actividad del tercer trimestre decrecerá, podría compensarse por un repunte en el último (que continuaría hasta principios de 2006), debido a los pagos de seguros y al programa de reconstrucción y reparaciones que pondrá en marcha el fondo federal para ayuda en caso de desastres. Esto creará empleos adicionales e incrementará las adquisiciones en el sector de la construcción. De acuerdo con el Wall Street Journal, se estima que el nivel de pérdidas que cubrirán los seguros es de 28 mil mdd, muy arriba de los 21 mil mdd que costó pagar los daños del huracán Andrés, el cual golpeó Florida en 1992.

Como resultado, EIU no cambia su pronóstico para 2005 en cuanto al crecimiento real del PIB de EU, el cual permanece en 3.5%.

El problema de la gasolina

Sin embargo, la debacle causada por Katrina tendrá efectos a escala nacional en la economía de EU, sobre todo debido a su impacto en el sector de las refinerías, el cual operaba a su capacidad total o cerca de ella antes de que azotara el desastre. Al menos ocho refinerías, que en conjunto representan más de 10% de la capacidad de refinación del país, están fuera de servicio, y cuatro de ellas producen gasolina. La pérdida de este combustible se estimaba a principios de septiembre en 30 millones de barriles, con una alta probabilidad de largas tardanzas antes de que las refinerías regresen a su actividad normal, lo cual disparará las especulaciones acerca de una escasez nacional de combustible. Como resultado, es casi seguro que los precios al público pasen del nivel sicológicamente significativo de 3 dólares por galón (0.79 centavos por litro).

Esto tendrá dos efectos en el país. Primero, lastimará el gasto doméstico, pues muchos estadunidenses son muy afectos a usar el automóvil y gastan todos sus ingresos en lugar de ahorrar una parte. De manera significativa, los altos costos de la gasolina podrían provocar recortes en otros aspectos, pero pronto podrían conducir a la reducción en el uso del automóvil o propiciar el cambio a modelos más pequeños y de gasto más eficiente de combustible.

Segundo, el aumento de precios de la gasolina y del combustible para la calefacción en el invierno que se aproxima provocará inflación. Ya de por sí era muy probable que la Reserva Federal continuaría elevando las tasas de interés, pero la perspectiva de que las alzas eleven aún más la inflación impulsa las probabilidades de un estrechamiento monetario que no tendría para cuándo acabar.

Ambos factores serán una traba para la economía de EU a finales de 2005 y 2006. En cualquier caso, se esperaba que el consumo privado disminuyera debido al aumento en las tasas de interés, lo cual desaceleraría el crecimiento, pero los precios más altos de los energéticos y la cada vez más fuerte presión inflacionaria actuarán como un obstáculo extra. Desde el punto de vista humano, nunca es buen momento para la llegada de un huracán; desde el económico, sin embargo, el momento que escogió Katrina no pudo ser peor, dada la situación sin precedente del difícil abastecimiento en el mercado mundial de petróleo.

FUENTE: EIU

Traducción de textos: Jorge Anaya

 
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