Las Aguilas igualaron su propia marca de 24 partidos consecutivos sin perder

América y Chivas, en cerrado clásico que terminó sin goles

El club de Coapa, que falló claras oportunidades, perdió el liderato general ante Cruz Azul

Bajo un intenso aguacero, el empate fue con sabor a triunfo para el Guadalajara

MARLENE SANTOS A.

En un vibrante y emotivo partido América y Chivas empataron sin goles, en el clásico de clásicos. Para el Guadalajara el punto obtenido fue casi un triunfo, mientras para los de casa, unas auténticas águilas mojadas, resultó un día de tan mala puntería que no hubieran anotado ni ante un arco iris.

Ni siquiera la marca de 24 partidos de liga sin perder, que empataron a la de los torneos 70-71 y 71-72, pareció conformar a los americanistas que hoy como nunca estuvieron peleados con el gol, y que con este resultado perdieron el liderato general ante Cruz Azul.

El coloso de Santa Ursula mostraba impresionante lleno y el primer tiempo resultó trepidante, intenso y no apto para cardiacos, a pesar de que al minuto dos el silbante Hugo León amonestó en forma rigorista a Juan Pablo Alfaro, por un contacto con Cuauhtémoc Blanco.

Chivas se acomodó bien en el medio campo para intentar contener el caótico ataque amarillo, que en forma desesperante comenzó a desperdiciar infinidad de oportunidades de anotación.

Apenas al minuto cinco Oswaldo Sánchez tuvo que aplicarse en gran atajada para impedir la anotación de Claudio Piojo López. Los jueces de línea debieron estar muy atentos para marcar posiciones adelantadas, mientras el técnico visitante, Xabier Azkargorta, con las manos pedía calma a sus pupilos.

El portero americanista Guillermo Ochoa hizo un buen rechazo ante un disparo de Rafael Medina, pero este tiro y un cabezazo de Omar Bravo fue lo poco que produjo la delantera chiva.

Cuauhtémoc Blanco empezó a mostrar su calidad y privilegiado toque con excelente servicio hacia Kléber, el Piojo López e inclusive a Germán Villa, para que la afición rojiblanca, minoría en el pletórico estadio, continuara sufriendo un viacrucis al borde de las butacas.

Al 22 de acción Kléber echó a un lado la pelota; luego, en otra acción de alarido, el brasileño bombeó sobre Oswaldo; el balón pegó en el travesaño y al contrarremate llegó el Piojo, que lo echó a un lado en mal cabezazo.

Enseguida el mismo argentino descolgó a velocidad por el costado izquierdo y obligó al Maza Rodríguez a hacer un gran sprint, con lo que finalmente impidió que el americanista disparara. El grito de "¡Chivas, Chivas!" surgió como catarsis entre los fanáticos del Rebaño Sagrado, pero de inmediato fue acallado por los cánticos americanistas.

Las Aguilas estaban volcadas al frente y el Cuau brindó otro destello con un pase de lujo al Piojo López, quien en forma infame cruzó de más su remate.

Azkargorta relevó a Alejandro Vela por Alberto Medina, pero todavía sufrió otro par de sustos: un balón al travesaño de Claudio López y luego una extraña jugada en la que Villa sacó de su marco a Oswaldo Sánchez y sobre la línea de meta se vistió de héroe Carlos Salcido al desviar el balón.

Un cabezazo de Blanco se fue por encima del larguero y entonces el bigotón Azkargorta decidió mover piezas; metió a Miguel Sabah por Omar Bravo, y poco después salió Rafael Medina y entró Ramón Morales.

El cambio provocó festejo en el público de Chivas como si hubiera caído un gol, y de nuevo se escuchó el "¡Chivas, Chivas!", mientras al 62 se presentó una acción polémica, cuando el Bofo Bautista logró una anotación, en jugada que ya había sido anulada por jalón de playera a Davino.

Un aguacero vino a enfriar los ánimos y la mente de Carrillo, quien decidió sacar al errático Kléber y echó mano de su amuleto, Aarón Padilla, aunque éste tampoco pudo hacer nada.