Usted está aquí: lunes 12 de septiembre de 2005 Estados Niños jornaleros de Ensenada presentan desnutrición aguda

Conjuntivitis y diarrea, otras enfermedades presentes

Niños jornaleros de Ensenada presentan desnutrición aguda

ANTONIO HERAS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen M�de 120 mil ind�nas de la zona sur de Ensenada alquilan su mano de obra FOTO Cortes�de El Vigia Foto: Cortes�de El Vigia

Ensenada, BC., 11 de septiembre. Médicos especialistas alertaron de la situación que viven niños indígenas de la zona sur de Ensenada, toda vez que presentan cuadros agudos de desnutrición y otras enfermedades. Con escasos años, estos hijos de trabajadores migrantes forman parte de la fuerza laboral agrícola, sin que parezcan importar sus condiciones precarias de salud.

Ante esta situación, los médicos hicieron un llamado a la Secretaría de Salud de Baja California a mejorar la calidad de vida de los menores jornaleros. Especialmente los que radican en Ojos Negros, una de los poblados donde habitan más de 120 mil indígenas, que alquilan su mano de obra en campos de esta entidad.

"Son los rasgos de la miseria extrema", define el pediatra Jaime García Frenkel, quien luego de participar de voluntario en una jornada médica asistencial en esa comunidad advierte del apremio para atender a ese sector de la población.

"La salud institucional no llega a fondo, y de no atenderse directamente a estos niños no habrá jornada médica suficiente para hacer frente a esa tarea", se-ñala, e informa que gracias a la actividad asistencial del hospital Las Californias se ha logrado atender a medio centenar de menores de edad.

Según Frenkel, los datos son alarmantes, puesto que nueve de cada 10 niños atendidos padecen desnutrición aguda, siete conjuntivitis infecciosa y cinco cuadros diarréicos.

Los niños indígenas cosechan cebollín y cobran 3.50 pesos por costal; habitan cuartuchos de dos por dos metros, proporcionados por los dueños de ranchos, con piso de tierra, en los que cohabitan ocho personas en promedio.

En contraste con las estadísticas oficiales, en la región agrícola bajacaliforniana -Ensenada, Tecate y Mexicali- es una realidad la incorporación de niños, niñas y adolescentes a la población económicamente activa desde los 10 años de edad.

Además la situación económica de los menores y sus familias es factor importante para que éstos abandonen la escuela.

A sus 14 años, un adolescente -cuya identidad se mantiene en reserva para evitar represalias laborales- narra que en la pizca de cebollín llena 20 sacos de ese producto a diario, en jornadas extenuantes, lo que le reditúa en 70 pesos.

Con los estragos del sol en la piel y los ojos enrojecidos e hinchados por un brote de conjuntivitis, el menor sabe que su ayuda es determinante para la supervivencia de su familia, sobre todo de su madre, que lleva a cuestas al séptimo de sus hijos, mientras hace faenas de labranza.

De acuerdo con García Frenkel, la conjuntivitis infecciosa se origina por las condiciones insalubres, lo que se recrudece con la pobreza. En Ojos Negros los servicios sanitarios se limitan a fosas sépticas, que se instalaron de manera artesanal sin la vigilancia necesaria.

 
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