Usted está aquí: domingo 11 de septiembre de 2005 Economía Tentación de usar remesas como botín político o económico: Sela

Insta utilizar la banca comercial y reforzar la vigilancia para evitar lavado de dinero

Tentación de usar remesas como botín político o económico: Sela

Recomienda compensar económicamente a los migrantes por sus aportaciones

Considera necesario la participación del Estado para reducir el costo de los envíos de dinero

DAVID ZUÑIGA

El crecimiento de las remesas es una tentación cada vez mayor para los gobiernos y otros sectores de América Latina que pueden tratar de explotarlas económica o políticamente, advirtió el Sistema Económico Latinoamericano (Sela).

En el estudio Las remesas de migrantes en América Latina y el Caribe, el organismo advierte que esta fuente de ingresos "ha despertado el interés de muchos actores gubernamentales y privados por obtener una cuota de estas millonarias sumas. Es importante insistir en que el envío de dinero de un migrante a su familia y, sobre todo, el uso y destino final de esos recursos es un asunto privado".

En cambio, agrega el Sela, se deben promover más activamente los servicios de la banca comercial entre los migrantes y sus familias, reforzar la vigilancia para evitar el lavado de dinero y diseñar alternativas para evitar que estos envíos alimenten a la economía informal.

El documento del Sela destaca que las remesas tienen un impacto creciente en las condiciones de vida de millones de familias.

En México se calcula que el monto de los envíos ascenderá este año a cerca de 20 mil millones de dólares y se consolidarán como la segunda fuente de divisas del país, superada sólo por las exportaciones de petróleo.

El análisis señala que si bien ha aumentado la competencia entre empresas remitentes de dinero se requiere la participación del Estado para reducir aún más el costo de estos servicios, pues "sería ingenuo pensar que el mercado por sí mismo corrija sus propias imperfecciones".

El Sela considera prioritario fomentar programas de bancarización de los migrantes en el extranjero, pues aquellos que tienen una cuenta bancaria tienen más posibilidades de enviar dinero a sus países de origen. El organismo sugiere estudiar el caso de la matrícula consular mexicana, que ha sido aceptada como documento válido para abrir cuentas bancarias.

Paralelamente, el Sela recomienda impulsar la bancarización entre la población receptora de remesas para que tenga acceso a otros servicio financieros, como cuentas de ahorro y cheques, créditos para vivienda o micronegocios.

Asimismo, considera necesario hacer las reformas legales que permitan la expansión de microfinancieras que ofrezcan el servicio de remesas, principalmente en zonas rurales y suburbanas.

Otra sugerencia del Sela es simplificar la regulación para alentar el desarrollo de la banca electrónica y de los servicios financieros trasnacionales para las remesas.

El organismo destaca que aún son insuficientes los programas para informar tanto a los remitentes como a los receptores de remesas sobre los costos y beneficios que ofrece cada opción para el envío de dinero.

Hasta hace unos años, recuerda, las transferencias desde Estados Unidos estaban concentradas en unas cuantas empresas que cobraban comisiones excesivas y la información oficial era escasa o nula. Las autoridades, insiste, deben tomar en cuenta que la experiencia financiera de quienes recurren a estos servicios es, en general, muy limitada.

El documento propone realizar un monitoreo continuo de los flujos de reservas, pues en países poco industrializados como Jamaica, El Salvador, Nicaragua o Guatemala estas transferencias equivalen a más de 50 por ciento del valor de sus exportaciones y una reducción puede causar desequilibrios graves.

Asimismo, el Sela considera que se debe otorgar una compensación económica a los migrantes por la contribución que hacen a sus respectivos países. Para ello, propone analizar mecanismos como un tipo de cambio preferente para las remesas, facilidades para importar menaje de casa y herramientas pequeñas y acuerdos entre los países de la región para facilitar el retorno seguro de los migrantes y de sus pertenencias a sus países de origen. Esta cooperación internacional, agrega, también es necesaria para evitar el lavado de dinero por medio de las remesas.

El documento destaca que en la región se distinguen dos tipos de remesas: las individuales y las colectivas. Las primeras se destinan a la familia de cada migrante y las segundas para cubrir las necesidades de una comunidad.

El Sela señala que las autoridades deben ofrecer a los receptores de divisas opciones de gasto e inversión, asistencia técnica, capacitación e información sobre financiamiento y experiencias exitosas para emprender micronegocios.

 
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