Usted está aquí: domingo 11 de septiembre de 2005 Opinión El precio del petróleo a exportar en 2006

Antonio Gershenson

El precio del petróleo a exportar en 2006

Antes del huracán Katrina, el Departamento de Energía (DOE, por sus iniciales en inglés) estadunidense pronosticaba un precio promedio para el petróleo crudo, para 2006, de 56.70 dólares por barril. Luego de evaluar los daños causados por este evento, su previsión aumentó en promedio a 63.50 dólares.

Ya este hecho contrasta con las posiciones que se han hecho públicas en nuestro país. El precio equivalente de la mezcla mexicana de exportación correspondiente a la previsión más reciente del país vecino y nuestro principal comprador es de poco más de 48 dólares por barril, nuestro precio promedio de agosto fue de más de 50 dólares, y el de lo que va de septiembre es de unos 52 dólares, mientras en el proyecto oficial de Ley de Ingresos se fijan 31.50 dólares, y hay "opositores" que reclaman 36. ¿Se trata de regatear migajas, o de tomar en cuenta la realidad? ¿Acaso no basta la polémica, que a estas alturas es evidente que estaba fuera de la realidad, entre 23 dólares por barril, posición oficial para 2005, y la posición de la mayoría de los diputados, de 27 dólares?

El cambio en la posición del DOE no fue casual. De por sí había escasez, en buena medida porque la capacidad mundial de producción petrolera estaba ya casi en el límite. Con el huracán, salieron de operación 15 refinerías, y el miércoles pasado, casi dos semanas después, seis de ellas seguían sin funcionar. En ese mismo día, seguía fuera de servicio 58 por ciento de la capacidad de extracción de crudo y 42 por ciento de la de gas natural del Golfo de México estadunidense. Y esa misma autoridad calcula que la casi normalización será en diciembre, mes en el que, obviamente, ya habrá aumentado la demanda, por el consumo invernal de energía para la calefacción.

Hay que considerar que estamos en una época de huracanes excepcional. Katrina fue la cuarta tormenta que afectó la producción en esa misma zona. Antes pasaron, y redujeron la producción en diversos grados, los huracanes Dennis y Emily, y la tormenta tropical Cindy. Esto lleva, entre otras, a la siguiente reflexión: instalar refinerías en esa zona -con la ventaja económica para las empresas respectivas de que por ahí pasan la producción terrestre y marina de esa parte de Estados Unidos, y buena parte de sus importaciones- no fue lo correcto, porque era poner "todos los huevos en la misma canasta". Pero no hay una planeación de largo plazo de la industria en su conjunto.

El faltante de producción, con el invierno a la vista, tiene un efecto acumulativo, no sólo el inmediato. Los inventarios se reducen y, con la capacidad productiva mundial al límite, es previsible que haya precios elevados en el invierno. Y con ese punto de partida, también a lo largo de 2006 los tendremos. Por lo pronto, los primeros meses de ese año son, obviamente, parte del promedio anual. Si el promedio enero-marzo (los meses invernales de nuestros vecinos del norte) es de 64 dólares el crudo de referencia, o sea, de 50 dólares aquí, y luego tuviéramos una baja sostenida, que no se ve de dónde pueda provenir, ¿cuál sería el precio del cuarto trimestre de 2006 para tener 35 dólares de promedio anual? 20 dólares. Así de ridículo. En el primer trimestre 50 dólares, 40 en el segundo, 30 en el tercero y 20 en el cuarto. Promedio, 35 dólares, si buscamos un valor "intermedio" entre posiciones publicadas.

Esto no es sólo la repetición del espectáculo de finales de 2004. Es algo peor, porque 2006 es año de elecciones. Los ingresos derivados de la diferencia entre el precio real del crudo de exportación y el "pronóstico" que quede en la Ley de Ingresos no estarán presupuestados, no serán aprobados por la Cámara de Diputados y serán manejados a su antojo por la Secretaría de Hacienda. No sólo el dinero de las exportaciones. Todo, pues en el precio oficial se basan los cálculos de todos los ingresos petroleros, y los derechos que por ellos se cobran, no sólo el aprovechamiento sobre el excedente exportado. Insisto, en año de elecciones, en el que la manipulación incluye, obviamente, la que tenga fines electorales.

Si la previsión oficial -en un escenario que, en el regateo, llegue a la mitad del camino- es de 34 dólares, y la realidad es la que corresponde al pronóstico del DOE, o sea, 48 dólares por barril para la mezcla exportada, tenemos una diferencia de 14 dólares. La recaudación adicional, sólo por derechos de extracción y por excedentes de exportación, es superior a 16 mil millones de dólares, lo que equivale a unos 180 mil millones de pesos, casi 10 por ciento del presupuesto federal para 2006.

Los partidos que no están en el poder son mayoría en ambas cámaras. Quienes acepten precios bajos para la estimación en la Ley de Ingresos, será bajo su propia responsabilidad.

 
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