El nuevo libro del periodista analiza el suceso

Scherer repudia el silencio ante los crímenes de la dictadura chilena

FABIOLA PALAPA QUIJAS

El tema de la traición y el heroísmo en el libro de Julio Scherer García, El perdón imposible. No sólo Pinochet, editado por el Fondo de Cultura Económica, refleja que el 11 de septiembre de 1973 sigue vigente para el pueblo chileno, que denuncia y exige justicia.

En su más reciente obra, el periodista repudia el silencio y la pasividad frente a los crímenes de lesa humanidad, pues le interesa un paisaje de principios y un principio es la lealtad.

La escritora Elena Poniatowska señaló en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, que Scherer García "tiene algo de niño en su forma de ver la vida, ya que insiste y se obsesiona de una manera wagneriana por la magnitud de sus emociones y cuando un tema, una pasión, un conflicto, un ser humano lo toca, no cesa en su intento de persecución".

El perdón imposible, agregó la escritora, se hizo a lo largo de 30 años con entrevistas, declaraciones, crónicas y opiniones de quienes viven y reviven palabra a palabra el desarmado periodo de la historia que hace que para los latinoamericanos el 11 de septiembre de 1973, siga siendo el día más triste de la historia.

Durante la presentación de la obra, a la cual no asistió Julio Scherer, Poniatowska aseguró que hasta hoy "el pueblo chileno denuncia y exige justicia, como exigieron el Partido Comunista, el Partido Socialista y los partidos de obreros y campesinos, quienes presenciaron cómo los chilenos eran llevados al estadio nacional, considerado como la cárcel más grande del mundo."

El escritor Carlos Monsiváis expresó que el trabajo de Scherer "es un reportaje con un trasfondo ético, ya que el reportero no es indiferente a lo que pasó y piensa que el lector tampoco, puesto que le interesa el tema, está comprometido de antemano y al estar comprometido desarrolla la sucesión de reacciones que se le piden a la indignación moral".

Indicó que Scherer García en su libro reitera la idea de que el régimen de Augusto Pinochet fue totalitario al principio y poco después, cuando ya habían "fusilado lo suficiente", se convirtió en dictatorial.

También asistió la periodista Denisse Dresser.