El internado data de 1919 y atiende a 300 estudiantes pobres, dice su directora

Pretende Eduardo Bours derruir edificio histórico para edificar plaza comercial

En su mandato, Fabio Beltrones emitió decretó que impide tirarlo y modificar su construcción

CRISTOBAL GARCIA BERNAL CORRESPONSALES

Hermosillo, Son., 4 de septiembre. El internado Coronel J. Cruz Gálvez, que semeja una pequeña ciudad, opera en esta capital desde 1919; de él han egresado importantes políticos sonorenses, como el ex gobernador Samuel Ocaña García. Planeado por el general Plutarco Elías Calles para albergar a niños huérfanos de la Revolución Mexicana, e incluido en el catálogo de edificios históricos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el inmueble hoy enfrenta el riesgo de ser demolido para edificar un centro comercial.

El 29 de octubre de 1915, en plena contienda bélica, el entonces gobernador Elías Calles expidió el decreto número 12 en Agua Prieta, Sonora, para ordenar la construcción del internado Cruz Gálvez, institución que daría "pan, asilo, educación y completa protección a todos los niños desamparados cuyos padres sucumbieron en la Revolución".

El internado atiende actualmente a 300 estudiantes originarios de diferentes partes de Sonora: 180 niños y 120 niñas, todos "marginados económica y socialmente", indicó la directora del plantel, Teresa Amelia Flores Dessens, quien ha servido en la institución durante 30 años.

En entrevista con La Jornada, explicó que los estudiantes reciben por la mañana educación primaria; por la tarde son capacitados en talleres de peluquería, panadería, corte y confección, educación artística, bordado y manualidades, serigrafía, electrónica, electricidad, carpintería, así como herrería.

Refirió que el internado depende de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC) estatal, que le canaliza un subsidio mensual de 165 mil pesos para la alimentación de los alumnos, cantidad que resulta insuficiente, por lo que recurre a la ayuda de patronatos y de la comunidad en general.

El plantel se ubica en pleno centro de Hermosillo. Tiene una superficie de 31 mil 636 metros cuadrados, de los cuales 6 mil 709 corresponden a dormitorios, baños, talleres, áreas de descanso y oficinas administrativas.

Según peritos valuadores, el metro cuadrado en el centro de la ciudad cuesta unos 300 dólares, por lo que las 3.5 hectáreas del internado se cotizarían en cerca de 100 millones de pesos.

Sin embargo, el edificio que alberga el internado tiene algo más que valor económico: forma parte del Catálogo de Edificios Históricos de la Nación. Por su condición, el ex gobernador Manlio Fabio Beltrones emitió durante su mandato un decreto que impide no sólo tirarlo, sino siquiera modificar la construcción.

No obstante, el gobierno de Eduardo Bours "pretende derrumbar un edificio que forma parte de la historia de Sonora", lamentó la directora Flores Dessens. La pretensión -explicó la profesora- es reubicar el internado en la colonia Gómez Morin, asentamiento irregular de pequeñas casas construidas con cartón y lámina porque, según escuchó decir al gobernador, "los pobres tienen que estar con los pobres".

El subdirector del internado, Daniel Bañuelos Flores, dijo a su vez que la demolición del edificio es sólo parte del megaproyecto que Bours Castelo planea desarrollar, y sostuvo que propietarios de viviendas aledañas al plantel han recibido ofertas de compra por parte del gobierno estatal.

Esta situación mantiene al personal y a la comunidad estudiantil en zozobra, al no descartar la inminencia del fin del internado Cruz Gálvez. "En estos momentos tenemos calma, como si no ocurriera nada, pero existe el temor por una decisión arbitraria y unilateral del gobernador Bours", dijo el profesor Bañuelos Flores.

Al respecto expresó que se espera una respuesta del presidente Vicente Fox Quesada a la petición de que emita una orden federal para que ninguna autoridad realice cambios a la infraestructura del inmueble, y mucho menos pretenda destruirla, como planteó en su momento el mandatario sonorense.

"Gracias a la colaboración de la sociedad hermosillense, el inmueble se ha mantenido vigente, y la funcionalidad del internado se revela en la atención a los 300 menores que reciben educación primaria", afirmó Daniel Bañuelos, quien ha dedicado 31 años de su vida a la institución.

Reconoce el INAH valor del Cruz Gálvez

Con base en un dictamen técnico elaborado por la delegación en Sonora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el conjunto arquitectónico del internado es considerado con trayectoria y vinculación con la historia de la nación, por lo cual debería ser declarado "monumento histórico y artístico" conforme a los términos de los artículos 1, 2, 3, 4, 19, 44 y 46 de la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas.

Según la investigación realizada por un equipo de antropólogos del INAH, el internado Coronel J. Cruz Gálvez representa la primera escuela de enseñanza pre industrial y de asistencia social en el estado de Sonora, y una de las primeras edificadas después de la Revolución Mexicana, indicó Raúl Andrés Méndez Lugo, director del centro INAH-Sonora.

Agregó que el inmueble, aunque erigido a principios del siglo XX, corresponde a la periferia urbana de la ciudad histórica en el siglo XIX, por lo que sus edificaciones recogen aportaciones arquitectónicas de ambas centurias: es representativo de una etapa de transición entre la arquitectura histórica y la modernidad en la ciudad de Hermosillo.

"El conjunto arquitectónico deberá ser conservado, protegido y restaurado, salvaguardando su integridad física, rehabilitando los espacios dañados y proporcionando el mantenimiento necesario, de acuerdo con las fábricas constructivas, a los elementos ornamentales y a la integridad e identidad propia de cada edificio, respetando el medio natural existente", indicó Andrés Méndez.