Usted está aquí: sábado 3 de septiembre de 2005 Cultura Duel ofreció una interminable sucesión de gags ante la hilaridad del público

Culmina en la UNAM el séptimo Festival Internacional Música y Escena

Duel ofreció una interminable sucesión de gags ante la hilaridad del público

PABLO ESPINOSA

Ampliar la imagen Una escena de Duel, espect�lo que se present� el teatro Juan Ruiz de Alarc�del Centro Cultural Universitario FOTO Cuauhtemoc Valdiosera Foto: Cuauhtemoc Valdiosera

La sesión se inicia como empiezan los conciertos, salvo una variante: los procedimientos de afinación de los instrumentos han pasado de la rutina a lo extraordinario. Además del do perfecto en sus artefactos sonoros, los músicos en escena logran afinar también las carcajadas del público, que no cesarán hasta que termine el concierto.

El rumano Paul Staicu toca el piano hasta cuando está dormido, mientras su paisano avecindado en Francia Laurent Cirade hace sonar el violonchelo como tal, pero también como guitarra de rock pesado, contrabajo de jazz; lo levanta en vilo como bailarina sin tutú, desnuda y bella.

Ha empezado así el espectáculo Duel, ejecutado de manera epopéyica por estos músicos extraordinarios, dirigidos escénicamente por la señora Agnes Boury.

Violonchelista pide la nota para afinar a pianista, quien se la concede. Violonchelista afina pero como un tic ahora pide otra vez la nota y vuelve a afinar pero pide otra nota afinatoria y vuelve a rasgar las cuerdas y así en una sucesión de gags hasta el slapstick hasta la carcajada hasta la emulación sutil de una partitura de Erick Satie, que tituló Preludios para un perro flaco, donde repite a manera de parodia una serie interminable de codas finales, como el tan-tarán, tantan de los marichis cuando terminan una rola.

Se suceden más gags, más slapsticks, más bromas musicales, más juegos eclécticos, algunos para melómanos avanzados, trivias exquisitas, que no dejan fuera nunca a los no iniciados, pues la concepción del espectáculo integra la celebración de la vida y la demostración de que el arte de la música, arte supremo, es el arte de compartir, de disfrutar, de reír y vivir, ideas contrarias a lo que los lugares comunes, la ignorancia y el destino manifiesto ''han querido definir" como música, conciertos: algo solemne, serio, desprovisto de vida.

Pleno, antisolemne, preñado de vida, Duel recorre distintas maneras de disfrutar la música, mediante un entramado narrativo que apela a lo pueril, lo sencillo, lo espontáneo, la imaginería. La libertad.

Eso, así como la verdad os hará liebres, la música os hará libres. Esa es la consigna no dicha, porque es un espectáculo sin palabras, además, de los músicos en Duel.

En escena, Mozart tocando acostado en el piso la primera de las Gimnopedias de Satie; chelista canta jazz con voz aguda hasta que sorbe un largo trago de whisky y ahora su voz suena rasposa y aguardentosa, como la de Tom Waits. Uno de los momentos más bellos de este espectáculo inconmensurablemente bello es cuando se funden en una sola pieza La vida en rosa, esa pieza que inmortalizó Edith Piaf, y La Consagración de la Primavera, a partir de una idea genial: a pianista le viene en gana poner un disco, pero al elegirlo encuentra dos que quiere oír en un viejo gramófono. Su decisión salomónica se escucha alucinante: como decidió poner los dos discos al mismo tiempo, suenan entonces al mismo tiempo la pieza de la Piaf y la obra maestra de Stravinsky, en un alarde técnico de imaginería, control absoluto del teclado del piano y capacidad de fantasía.

Fuera de los cauces tradicionales

Duel fue uno de los actos que constituyeron la séptima versión del Festival Internacional Música y Escena, que se realizó bajo los auspicios de la Dirección de Música de la UNAM en distintos escenarios del Centro Cultural Universitario, Centro Nacional de las Artes y Teatro Helénico.

Este sábado y domingo culminará este acontecimiento cultural, que reúne obras que difícilmente se pueden conocer en vivo, dada la singularidad de las propuestas que muchos artistas en el mundo desarrollan fuera de los cauces tradicionales.

Las últimas funciones de Música y Escena se efectuarán hoy sábado a las 20 horas en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000, entre Rectoría y Perisur) y mañana domingo a las 18 horas en el mismo foro, con El horizonte, espectáculo de secuencias interactivas entre la bailarina equilibrista Solaine Caillat y las flautas del Trio D'Argent.

Como probadita, los títulos de las secuencias interactivas: Coyoacán, Frida, Los voladores, Carrito de camotes, Zócalo.

En la secuencia titulada Frida, una voz en off (la compositora Marcela Rodríguez) murmura un poema de Frida Kahlo. Mediante dos receptores: un ultrasónico y un potenciómetro sobre el resorte de la cuerda donde baila la equilibrista, la mano al alejarse o acercarse al receptor ultrasónico transforma en tiempo real el sonido de la voz que murmura el poema de Frida. Al hacer tracción sobre la cuerda, la bailarina modifica en tiempo real los sonidos emitidos por un piccolo.

Por último, un fragmento del poema de Frida Kahlo:

La vida callada
dadora de mundos

venados heridos.

Ropas de Tehuana.

Rayos, penas, soles

Ritmos escondidos.

 
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