Usted está aquí: miércoles 31 de agosto de 2005 Capital Reclusos hallan en el boxeo una herramienta para su rehabilitación

Provenientes de 4 cárceles, se fajaron en el Centro de Sanciones Penales Oriente

Reclusos hallan en el boxeo una herramienta para su rehabilitación

AGUSTIN SALGADO

Ampliar la imagen Cerrada pelea durante la funci�e boxeo realizada ayer en el Centro de Ejecuci�e Sanciones Penales Varonil Oriente FOTO Agust�Salgado Foto: Agust�Salgado

Internos provenientes de cuatro reclusorios capitalinos se enfrascaron a golpes ayer por la tarde. Clasificados de acuerdo con su peso y bajo la mirada estricta de tres jueces y un réferi, 24 presos se "fajaron" en un cuadrilátero. Al final únicamente 12 pugilistas mantuvieron la posibilidad de participar en el Torneo Guadalupano de Box, pero "el placer de romperse la cara" fue para todos.

Tres asaltos de dos minutos cada uno, descansos de 60 segundos y protección obligatoria fueron las reglas establecidas durante el primer Encuentro Deportivo de Box que organizó la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del Gobierno del Distrito Federal.

La sede fue el Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Oriente, que antes funcionaba como reclusorio femenil. Luego de que las presas fueran trasladadas el nuevo penal femenil de Santa Martha Acatitla, esas instalaciones se destinaron a internos que están a punto de cumplir sus condenas.

La primera pelea fue en peso completo y en ella participó "uno de casa". Con el apoyo de sus compañeros, Sergio Zúñiga Valadez se "fajó" infructuosamente ante Luis Roberto Rebollar. Más de 90 kilos, los gritos a su favor y utilizar en dos ocasiones el antebrazo de manera ilegal no le fueron suficientes a Sergio para vencer a su contrincante.

El triunfador proviene de la penitenciaría de Santa Martha Acatitla. De 85 kilos y guantes azules, Luis Roberto llevó a las cuerdas a su contrincante, aguantó los gritos en su contra y al final obtuvo los 200 pesos que se otorgaron a cada uno de los ganadores. "Entrenamos todos los días. Quienes nos ponen al tiro son Alejandro Barrera y El Pajarito Estrada. Venimos a ganar y mi parte ya la cumplí", comentó.

Narró que el 24 de diciembre de 1987 fue aprehendido en el estado de Puebla, y tres años después lo trasladaron a la penitenciaría de Santa Martha, donde un juez penal lo encontró culpable de los delitos de robo, privación ilegal de la libertad, portación de armas y lesiones. La sentencia fue de 23 años. De no alcanzar los beneficios de la libertad anticipada, el peso completo, que ayer ganó "en buena lid", tendrá que cumplir cuatro años y cuatro meses más de reclusión. "Soy primodelincuente, deberían otorgarme algún beneficio de preliberación. De verdad que la rehabilitación social sí existe. Yo era una basura, le entraba a la cocaína y a la mariguana, pero desde hace ocho años estoy seco".

Por su parte, el director del Centro de Ejecución de Sanciones Penales Oriente, Engels López Barrios, afirmó que estos encuentros deportivos son muy provechosos, pues "estamos logrando que los internos ocupen adecuadamente su tiempo en el deporte, que es una forma muy importante de rehabilitación social".

En el segundo duelo se enfrentaron boxeadores de 73 kilogramos. De nueva cuenta el equipo de Santa Martha Acatitla resultó victorioso. El Rockallero y El Norteño intercambiaron golpes, hubo mayor "juego de piernas" y al final la decisión de los jueces fue unánime: Santiago Valenzuela, quien purga una pena de 10 años, fue el ganador.

Familiares de los internos se congregaron para observar la función, que incluyó una exhibición de kick boxing del equipo del campeón nacional de esta disciplina, Gerardo Pipino Cuevas.

Arturo Gallegos Meza, uno de los entrenadores, indicó que sus pupilos "están bien físicamente. Lunes, miércoles y viernes entrenamos, y ellos por su parte corren todas las mañanas. Los veo bien. Técnicamente les falta algo, pero por condición no quedan. Yo no les manejo el discurso de que dejen la droga, porque sé que no me van a tomar en cuenta, pero ahora se están viendo los resultados".

Fue en el cuarto encuentro cuando ganó "uno de casa": El Rosty, en la categoría de peso ligero, arrasó a su contrincante, y en el momento en que el réferi le levantó la mano derecha, al dar a conocer la decisión de los jueces, volteó a ver a su madre, que se encontraba entre el público. "Es la primera vez que lo veo pelear, le pedí mucho a Dios que ganara y estoy orgullosa de él", dijo doña Laura, madre de El Rosty.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.