Usted está aquí: domingo 21 de agosto de 2005 Mundo Reflexión en Scotland Yard sobre su estrategia de "tirar a matar"

Apoyo irrestricto del gobierno británico a Ian Blair, jefe de la corporación policial

Reflexión en Scotland Yard sobre su estrategia de "tirar a matar"

Se mantendrá esa política para evitar atentados, reitera el ministro del Interior, Charles Clarke

Intentos de encubrimiento de las autoridades para distanciarse del ajusticiamiento del brasileño

AFP, DPA Y THE INDEPENDENT

Ampliar la imagen Un joven brasile�inde tributo a Jean Charles de Menezes, ayer en la estaci�el Metro de Stockwell FOTO Reuters Foto: Reuters

Londres 20 de agosto. La policía británica de Scotland Yard informó este sábado que ha iniciado una "reflexión" sobre su estrategia de "tirar a matar" tras la muerte por error del brasileño Jean Charles de Menezes, el 22 de julio, si bien afirmó que mantendrá esta política para impedir atentados suicida.

Esto ocurre en momentos en que el ministro del Interior, Charles Clarke, expresó todo su apoyo al jefe de Scotland Yard, Ian Blair, a quien se responsabiliza de la muerte de De Menezes, abatido por dos distintas unidades policiales en el Metro de Londres, al ser confundido con un atacante suicida.

Recientes investigaciones del incidente apuntan no sólo a una serie de errores que llevaron a la ejecución errónea de De Menezes, sino a indicios de que ha habido intentos de encubrimiento por las autoridades, para distanciarse de la responsabilidad por lo ocurrido.

En una entrevista que se publica este domingo, Blair admite que supo 24 horas después del asesinato que De Menezes era inocente.

El jefe de Scotland Yard declaró a The News of the World: "Alguien llegó a las 10:30 (del 23 de julio) y dijo el equivalente a 'Houston, tenemos un problema'", frase célebre pronunciada en 1970 por la tripulación de la nave espacial estadunidense Apolo 13, cuando estaba en dificultades.

"No empleó esas palabras, sino que dijo 'Tenemos una dificultad por una ausencia de vínculo'", añadió el jefe policial. "Pensé, 'es horrible, ¿qué vamos a hacer?'", dando a entender que su oficina no intentó encubrir el error policial.

La imagen de Scotland Yard resulta también dañada al conocerse hoy la versión de que la policía británica ofreció un millón de dólares a los padres del joven, Matozinho y María de Menezes, que éstos rechazaron alegando que el pago ofrecido es un soborno para obligarlos a desistir de pedir justicia.

Un portavoz de Scotland Yard desmintió la versión. "Lo único de lo que hemos hablado con la familia de Jean Charles de Menezes es acerca de ayudar a cubrir los costos del funeral", afirmó. "Rechazamos haber ofrecido un millón de dólares como indemnización".

La Policía Metropolitana lleva a cabo su propia revisión, anunció este sábado Len Duvall, jefe de la Metropolitan Police Authority, en las columnas del diario The Independent, sobre la política de "tirar a matar" y las circunstancias en torno a la muerte de De Menezes.

Esta revisión ocurre cuando Scotland Yard es cuestionada por la divulgación de documentos de la comisión independiente encargada de investigar la muerte del joven brasileño, donde se sugiere que una larga serie de errores condujeron a su muerte.

De Menezes, electricista de 27 años de edad, fue acribillado de ocho balazos, siete de ellos en la cabeza, por la policía, información entregada en el contexto de la investigación de los atentados suicidas del 21 de julio en Londres.

Esto ocurrió dentro de la operación antiterrorista Kratos, que autoriza a la policía a tirar a matar. Se decidió con base en la experiencia israelí con los atacantes suicidas, según la cual la única forma de impedir un ataque es disparándole a la cabeza al agresor, pues de otra forma éste podría aún detonar la bomba que lleva en el cuerpo, o bien un disparo al cuerpo podría, igualmente, hacerla estallar.

Sin embargo, testimonios y fotos difundidas por el canal ITV, obtenidos en fuentes cercanas a la comisión independiente encargada de la investigación del asesinato, muestran que el joven no tuvo un comportamiento sospechoso, contrariamente a lo afirmado en un primer momento por la policía.

En su edición del sábado, el diario The Guardian avanza las pistas acerca de la reflexión que ha iniciado Scotland Yard, destacando que la policía británica quiere conservar la opción de "tirar a matar", pero estudia cómo reducir los riesgos de asesinar a inocentes.

"El debate será profundo y nada teórico", declaró un alto oficial de la policía citado por el diario. Varios editoriales han señalado que ahora los londinenses no sólo están a merced de atacantes suicidas, sino también de agentes que pueden disparar a matar al juzgar "sospechoso" cualquier comportamiento de los transeúntes.

The Independent difunde hoy más errores cometidos por la policía en el caso. Hasta ahora se ha dicho que De Menezes salió de una casa que estaba siendo vigilada porque ésta fue vinculada con uno de los sospechosos de colocar bombas que no explotaron en el transporte público, que fueron descubiertas el 21 de julio.

En realidad, lo que estaba bajo vigilancia era un complejo de varias casas, en el que De Menezes no vivía; sólo estaba de visita en la casa de un amigo.

Sin embargo, por razones que no han quedado claras, al parecer su aspecto "asiático" llamó la atención de uno de los agentes de vigilancia que empezaron a seguirlo mientras tomaba un autobús que lo llevó a la estación del Metro.

Fue entonces cuando ya se había llamado, como refuerzo, a unidades armadas de policías vestidos de civil con órdenes de "tirar a matar" cuando se tratara de sospechosos de llevar bombas.

En la estación del Metro, como se ha comprobado, el joven brasileño no ingresó sin pagar, ni fue perseguido desde la entrada de la estación hasta el andén, como se dijo en un primer momento.

Frío y cruel asesinato

Otros testimonios, incluidos los de agentes involucrados en la operación, apuntan a que cuando De Menezes estaba dentro del vagón y el tren aún no avanzaba, al menos un agente ingresó y mirándolo le dijo que él era policía.

El joven, alarmado por varios hombres uniformados que se aproximaban corriendo, se puso de pie al percatarse de que aparentemente él era objeto de la persecución.

Uno de los agentes lo rodeó con sus brazos y lo obligó a sentarse de nuevo. Después ingresaron otros policías al vagón y uno o varios de ellos dispararon a la cabeza del hombre, quien permanecía inmovilizado y acorralado.

Al parecer, el grupo de vigilancia achaca la culpa de lo ocurrido a la unidad armada a la que llamaron como refuerzo por actuar abruptamente, mientras que los agentes armados afirman que el error fue de los vigilantes, quienes fueron los primeros en asegurar que De Menezes era un sospechoso.

En todo caso, el actuar defectuoso queda evidenciado inclusive por el hecho de que, según las órdenes que tenían ambos equipos, la prioridad era no permitir que el sospechoso ingresara al vagón del Metro, quien nunca intentó huir, pues se dio cuenta hasta el último segundo que era perseguido.

Está también en tela de juicio la versión de las autoridades, días después del asesinato y luego desmentida, según la cual De Menezes estaba ilegalmente en Gran Bretaña, razón por la cual habría "huido de la policía".

Las autoridades comprobaron que su estatus era legal, pero en su pasaporte se halló un sello falso añadido, cuyo origen se ignora y que hace sospechar de un encubrimiento posterior para reforzar la versión de que hubo una "huida".

Asimismo, The Independent informó hoy que desde 2003 hay un operativo secreto que impide a brasileños jóvenes ingresar a Gran Bretaña debido al hallazgo de pandillas de traficantes de personas.

De Menezes llegó al país antes de que se pusiera en vigor la operación, pero no se excluye que las autoridades quisieran usar la existencia del mismo para alegar su supuesto estatus ilegal.

 
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