Usted está aquí: miércoles 17 de agosto de 2005 Opinión BAJO LA LUPA

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

Bolsa petrolera iraní y fin del petrodólar

Osadía de la teocracia chiíta o acuerdo secreto

EN MEDIO DE la espesa humareda de la guerra "inminente" (sic) contra Irán de parte de Estados Unidos e Israel, propalada hasta el cansancio por los multimedia anglosajones -que parece más bien una guerra sicológica-mercadológica, a juicio de los sabios estrategas chinos-, como que suena paradójico que la teocracia chiíta de los ayatolas de Irán se atreva a lanzar en la primavera entrante una tercera bolsa petrolera, bajo el nombre de Consejo de Intercambio Bursátil, que compita con el duopolio anglosajón de la bolsa neoyorquina de intercambio mercantil (Nymex, por sus siglas en inglés) y la londinense Intercambio de Petróleo Internacional (IPE, por sus siglas en inglés).

MAS QUE LA posesión de armas nucleares propiamente dicha, para el decadente imperio estadunidense, a nuestro juicio, la osadía de la teocracia chiíta de crear una bolsa petrolera que compita en su esfera bursátil oligopólica pudiera constituir un agravio imperdonable de mayor envergadura, a menos que exista un acuerdo secreto (nada descabellado) entre Wall Street, La City, Tel Aviv y Teherán. El permitir la creación de una tercera bolsa petrolera en Irán representará la verdadera prueba del ácido que exhibirá las verdaderas intenciones de todos los jugadores. El ataque aéreo (más que una guerra "a la iraquí") contra las instalaciones nucleares de Irán de parte de Israel y/o Estados Unidos muy bien pudiera coincidir con el lanzamiento de la bolsa petrolera en la próxima primavera, en caso de ser real la afrenta insuperable.

HEYDAR MOSTAKHDEMNIN-HOSSEINI, quien encabeza el Consejo de Intercambio Bursátil iraní, confirmó los últimos detalles del lanzamiento cuyo software será realizado en "asociación con otros países" (Iranmania, 27 de julio). ¿Cuáles serán tales "países", cuando es bien sabido que son muy pocos los que poseen la tecnología de software en materia bursátil? ¿Se encontrará entre ellos la pérfida Albión, en sus legendarias triangulaciones subrepticias con Estados Unidos e Israel?

EN LA BOLSA iraní serán cotizados "petroquímicos, productos de petróleo y gas y el crudo", es decir, el reino energético anglosajón. Según Iranmania, en su despacho enviado desde Londres (¡ojo!), el "intercambio petrolero prosperará para hacer de Irán el principal (sic) centro nodal de redes para las transacciones petroleras en la región (¡super-sic!) y la mayoría de las negociaciones serán conducidas por Internet (sic)". En forma interesante "expertos"(sic) del duopolio bursátil anglosajón Nymex e IPE "confirmaron la factibilidad del proyecto". ¿No estarán al tanto los "expertos" anglosajones del Nymex y el IPE de las recientes bravatas veraniegas del vicepresidente Dick Cheney para extirpar el proyecto nuclear iraní de la faz de la Tierra?

LOS MUY SAGACES comentaristas de India calculan que un bombardeo israelí-estadunidense a las plantas nucleares de Irán sería "desastroso" para los intereses de Estados Unidos en el golfo Pérsico, "porque llevaría al cierre del estrecho de Ormuz y a la peor crisis energética de todos", tesis a la que se adhiere en un muy lúcido análisis nada menos que Pat Buchanan, conservador del Partido Republicano y ex asesor de varios presidentes ("¿Es real la crisis con Irán?", World Net Daily, 15 de agosto). El muy serio centro de pensamiento estadunidense Instituto Monterey de Estudios Internacionales (Sammy Salama y Karen Ruster, "Posibles consecuencias de un ataque preventivo contra las plantas nucleares de Irán", 12 de agosto) aduce que el bombardeo sería contraproducente para los intereses regionales de Estados Unidos porque "elevaría la estatura internacional de Irán y reduciría el alcance de las sanciones".

EN OTRA COLUMNA, en septiembre del año pasado, habíamos alertado sobre la transmutación bidireccional del petróleo, del ámbito geopolítico al financiero, con base en un reportaje del británico (¡ojo!) Terry Macalister, del periódico The Guardian ("Irán pone en tela de juicio el control occidental sobre el comercio del petróleo", 16 de junio de 2004). Un dato sobresaliente radica en que la nueva bolsa petrolera iraní cotizará el petróleo en euros ("Descanse en paz el dólar", Xymphora, 11 de agosto), lo cual podría estimular en teoría el bombardeo israelí-estadunidense. Hay que recordar que no faltaron analistas que consideraron que el pecado capital de Saddam Hussein, que hizo inevitable la invasión ilegal de la dupla anglosajona Bush-Blair a Irak, fue haber optado por una cotización en euros en lugar del dólar. En un cada vez más probable escenario de balcanización de Irak (el portal Debka del Mossad lo da por hecho con el lujo de sus nuevos nombres teocráticos y republicanos). ¿En qué divisa venderán su petróleo los kurdos de Kirkuk y los chiítas de Basora?

NO SON LOS mejores momentos del dólar, que ha sufrido severas palizas en los principales centros financieros del planeta de parte del "nacionalismo económico", en el que también han sucumbido los congresistas estadunidenses (v.g. el caso de la petrolera texana Unocal, cuya adquisición fue negada a la petrolera estatal china, contra todas las supuestas leyes del hilarante libre mercado). En Japón, el glorioso Senado impidió la depredadora privatización por su entreguista cuan locuaz primer ministro J. Koizumi (el Fox del Lejano Oriente) de su legendario servicio postal, que maneja más de 3 billones de dólares, además de seguros y otro tipo de instrumentos, que representan el alma financiera del pueblo japonés y por cuyos bienes hacían cola las corredurías anglosajonas para su captura. Arabia Saudita, inmediatamente después de la muerte del rey Fahd, anunció la "repatriación de 360 mil millones de dólares invertidos en el exterior en los últimos 18 meses" (MENAFN.com, 7 de agosto). En forma significativa, el anuncio fue realizado por el ministro del Exterior, príncipe Saud Al-Faisal, quien señaló que "se habían instalado instituciones económicas para la repatriación de bienes financieros", sin explicar más. El feroz portal Xymphora asegura que la mayor parte de las inversiones sauditas se encontraban en Estados Unidos. Lo más interesante es que el reino wahabita no puede absorber esa enorme cantidad de dinero que "invertirá en otros países distintos a Estados Unidos". Lo relevante, sumado al cambio del anterior embajador saudita en Washington, apodado Bandar Bush (debido a su intimidad con la familia petrolera texana que ha dado dos presidentes), por Faisal al-Turki, es que se rompe el acuerdo tradicional celebrado entre el presidente Roosevelt y el rey Bin Saud de colocar el importe de la venta del petróleo en Estados Unidos, lo que indica que en cualquier momento el reino wahabita destinará su producción a India y/o China, en detrimento de Estados Unidos, lo cual le hará acreedor a mayores agravios de parte de la dupla Cheney-Bush. ¿Desestabilizar Arabia Saudita y bombardear Irán? El resultado sería la reconciliación entre sunitas y chiítas en el golfo Pérsico, cuando la dupla anglosajona atiza la guerra civil de las dos denominaciones religiosas en Irak, en Líbano y en Siria. Algo no cuaja en la compleja ecuación multidimensional, lejos del trivial pensamiento lineal, por lo que nos inclinamos a pensar que el objetivo verdadero versa sobre la desestabilización (sería mejor la balcanización) de Arabia Saudita antes de Irán, que sirve en estos momentos de espesa cortina de humo para las pérfidas jugadas de la dupla anglosajona Bush-Blair en el "arco de inestabilidad" que va desde el cuerno de Africa, pasa por el Medio Oriente, hasta el Cáucaso, Asia central y el Himalaya. Dígase lo que se diga, el verdadero triunfador de las guerras de la dupla anglosajona en Afganistán e Irak ha sido la teocracia chiíta de los ayatolas de Irán.

WILLIAM R. CLARK dimensiona su nuevo libro (Guerra del petrodólar: petróleo, Irak y el futuro del dólar, New Society Publishers, 2005) con la guerra del petrodólar, vinculada al euro y a la próxima bolsa petrolera iraní (Media Monitors, 5 de agosto): "una exitosa bolsa petrolera iraní consolidará al petroeuro como una alternativa de divisa para las transacciones del petróleo y, por consiguiente, acabará con el estatuto de la hegemonía del petróleo como la divisa del monopolio del petróleo, por lo que se requiere un abordaje gradual para evitar dislocaciones económicas precipitadas de Estados Unidos".

¿LA REPATRIACION DE las pletóricas inversiones sauditas, la creación de la bolsa iraní, la diversificación de las reservas monetarias de Rusia y Corea del Sur, y la revaluación del yuan (extensiva a la mayoría de las divisas asiáticas), forman parte del gradual abordaje integral del planeta para amortiguar el colapso del petrodólar?

COMO ESTUPENDO ANALISTA, Clark está al tanto de todas las amenazas contra Irán que resume el ya clásico estudio de Philip Giraldi, quien desnudó las diabólicas intenciones de Cheney para bombardear aun con bombas atómicas las plantas nucleares de Irán, en caso de un ataque terrorista nuclear en suelo estadunidense, del que le echarían la culpa a la teocracia iraní ("En caso de emergencia, bombardear Irán", American Conservative, primero de agosto). Pero también sopesa las fuertes reticencias del Pentágono, que por cierto ha empezado a pelearse en público sin la más mínima reverencia a su majestad infantil Baby Bush, sobre sus recientes juegos de guerra en los que llegó a la conclusión de que era mejor adoptar la postura diplomática que la guerra donde saldría Estados Unidos muy mal librado (peor que en Irak) y cuyos hallazgos son resumidos por James Fallows (Atlantic Monthly, diciembre de 2004).

MAS IMPORTANTE RESULTO el hallazgo categórico de estimación de los servicios de inteligencia en The Washington Post (2 de agosto) de que Irán se encontraba muy lejos aún, a "una década", para poseer bombas nucleares. Clark concluye que lo mejor para Estados Unidos consiste en un compromiso para operar con la Unión Europea y la OPEP un sistema dual de divisas para la venta del petróleo, donde convivan el euro y el dólar, que sería la síntesis de la próxima bolsa petrolera iraní.

 
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