Usted está aquí: miércoles 17 de agosto de 2005 Política Propone Roque Villanueva avanzar hacia el sistema semiparlamentario

El Congreso debe acotar excesos de gobernantes, dice

Propone Roque Villanueva avanzar hacia el sistema semiparlamentario

ROBERTO GARDUÑO Y ENRIQUE MENDEZ

La inexistencia de un pacto político nacional para garantizar la alternancia política tras las elecciones federales del año próximo deberá ocuparlo el mismo Estado con la fortaleza de la las leyes, la promoción de la inversión pública y privada, y un Congreso federal cuya tarea apunte a acotar las excentricidades y excesos de los gobernantes, expuso el senador priísta Humberto Roque Villanueva.

Participante en el foro Binomio derecho y política frente al desafío de 2006, celebrado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, el representante priísta desglosó su propuesta en tres vertientes destinadas a proveer de solidez institucional y económica al Estado.

En principio se pretende avanzar del sistema presidencial hacia el semiparlamentario, donde el Presidente de la República, electo popularmente, sea limitado por un primer ministro. A esto se sumaría una recomposición en las cámaras del Congreso general, aplicando la fórmula de cuatro años de duración por legislatura, lo cual significaría, anuncia Roque Villanueva, un incentivo para "poner de acuerdo a los poderes desde los primeros días del ejercicio de gobierno, sin esperar hipotéticas victorias electorales de mitad del periodo".

De tal forma, se incorporarían otros elementos políticos cercanos al parlamentarismo actual. Primero, la Cámara de Diputados deberá elegir al secretario de Gobernación por medio de una mayoría simple que consolide una alianza legislativa, y encomiende al funcionario la coordinación de una agenda legislativa; del mismo modo se aprecia la necesidad de facilitar la procuración de justicia y evitar su politización, si el procurador general de la República o la figura jurídica que lo sustituya es designado por el Senado de la República".

La explicación de Roque redundó en otorgar más atribuciones a los diputados federales, quienes nombrarían al secretario de Gobernación, con el compromiso de formalizar en seis meses una agenda legislativa viable, porque "no tenemos un diseño que permita que las fuerzas y los poderes de la Unión busquen más la cooperación que el enfrentamiento".

En el Senado se daría paso al nombramiento del procurador general de la República, con un compromiso distinto al de la Secretaría de Gobernación, con objeto de no incurrir en la irresponsabilidad de la procuraduría general en materia de seguridad pública, porque siempre se atribuye al Presidente de la República ese papel.

"Tenderíamos un puente institucional entre los dos poderes y sin llegar a la complejidad del régimen parlamentario, que impone un voto de censura o la disolución de las cámaras, porque no me atrevería a decir que México tenga la madurez suficiente para tener esas facultades", indicó.

 
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