Una joya tecnológica costosa y avejentada
Cabo Cañaveral, 9 de agosto. Los transbordadores espaciales estadunidenses, concebidos en los años 70 luego de la gloriosa era del programa Apolo para la conquista de la Luna, son una joya tecnológica costosa y antigua cuya última misión será finalizar la construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).
La NASA prevé que este tipo de nave entre al museo en 2010, luego de servir durante 30 años, y que sea remplazado por un vehículo de exploración con tripulación, el CEV (Crew Exploration Vehicle). El CEV deberá transportar a los estadunidenses a la Luna de aquí a 2020 para preparar misiones más lejanas aún, por ejemplo a Marte.
"El transbordador es un triunfo tecnológico, pero un fracaso comparado con los objetivos iniciales", explicó Alex Roland, ex historiador de la NASA y profesor de la Universidad Duke.
"Es una máquina increíblemente compleja, pero que nunca logró cumplir con lo que se suponía que debía hacer en el programa espacial: proveer acceso económico y seguro en la orbita terrestre base", estimó.
Para obtener el mayor apoyo del Congreso -que toma las decisiones sobre presupuesto- y del Pentágono, la NASA ha concedido favores a todo el mundo, explicó este experto.
El tamaño del transbordador fue determinado por el del satélite de reconocimiento militar más grande de la época, según Roland. "Terminamos construyendo un mal aparato que parece sobre todo un gran camión espacial", comentó.
La nave fue concebida para transportar en órbita los cargamentos más voluminosos y pesados, de más de 100 toneladas. Esta gran capacidad permitió transportar los módulos que formaron la ISS, cuya construcción comenzó en 1998. La estación se encuentra hoy a medio ensamblar, y de hecho el vuelo del Discovery tuvo entre sus misiones aprovisionarla y llevar piezas.
Para varios científicos, el aparato tiene una utilidad "bastante marginal", afirmó Richard Berendzen, físico en la Universidad de Washington. "En cuanto a la ISS, los logros científicos han permanecido por debajo de las expectativas", destacó.
Patricia Reiff, del Instituto de la Universidad Rice, subrayó el importante papel de la nave y del ISS para preparar los viajes espaciales. Desde su primer vuelo, en 1981, el transbordador mostró "que los hombres pueden trabajar en el vacío y que pudieron construir la ISS, la próxima etapa lógica en la exploración espacial", afirmó.
"Durante 30 años la NASA y los programas de vuelos tripulados se centraron en el transbordador y en las actividades de la ISS", declaró recientemente ante el Congreso Michael Griffin, director de la NASA.
Más allá del objetivo de ensamblaje de la ISS, mantener el programa de las tres naves -el Discovery, el Atlantis y el Endeavour- es esencial para preservar la capacidad necesaria de la NASA para el desarrollo del CEV, manteniendo el acceso de Estados Unidos al espacio, afirmó.
Afp