Usted está aquí: miércoles 10 de agosto de 2005 Mundo Fallo histórico en favor de 5 cubanos condenados en EU; tendrán nuevo juicio

Determina una corte de apelaciones que en Miami no tuvieron un proceso imparcial

Fallo histórico en favor de 5 cubanos condenados en EU; tendrán nuevo juicio

Confía la defensa en lograr su libertad; fueron acusados de conspiración para espiar

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Pinta en un barrio de La Habana en apoyo a los cinco cubanos condenados en Estados Unidos FOTO Reuters Foto: Reuters

Nueva York, 9 de agosto. En un triunfo legal después de siete años de cárcel, una corte federal de apelaciones desechó las condenas -incluso las de cadena perpetua- de los cinco cubanos acusados de conspiración para espiar, y les concedió un nuevo juicio al determinar que en Miami no era posible garantizarles el derecho de un juicio imparcial.

En un fallo dado a conocer esta mañana, el Tribunal de Apelaciones del 11 Circuito en Atlanta determinó que las condiciones políticas y sociales de perjuicio que imperan en Miami negaron un proceso imparcial a los cinco cubanos en 2001. Tres de las condenas revocadas eran de cadena perpetua, y las otras de 15 años o más. Los cinco fueron acusados de ser agentes del gobierno cubano, y uno de ellos fue acusado también por su supuesto papel en el caso del derribo de las avionetas de los Hermanos al Rescate en 1996.

Con el fallo "las condenas quedan anuladas y los acusados ahora no tienen antecedentes legales; todo vuelve a ser como al principio", declaró a La Jornada Paul Mckenna, abogado defensor de Gerardo Hernández, uno de los cinco cubanos, quien hasta hoy cumplía cadena perpetua. En teleconferencia hoy, abogados de los llamados Cuba 5 dieron la bienvenida al fallo, lo calificaron de "triunfo para el imperio de la ley" en Estados Unidos, y señalaron que esto renueva la esperanza en que este caso puede concluir con la liberación de sus clientes.

"Ha sido un largo viaje de siete años", dijo McKenna, mientras su colega, el famoso abogado Leonard Weinglass, señaló que el fallo "es histórico... nunca antes en Estados Unidos se ha emitido un fallo tan detallado sobre la sede de un juicio al evaluar la imparcialidad". La decisión, comentó, analizó cada faceta de la comunidad, los medios, las acciones de los fiscales, para concluir que en Miami no era posible ofrecer a estos acusados un proceso imparcial.

Según los abogados, anular las condenas implica que los cinco cubanos, cada uno en prisiones de alta seguridad en diferentes puntos de Estados Unidos, deberán regresar a Miami en condición de acusados, con borrón y cuenta nueva, y se buscará su libertad bajo fianza. A la vez, la oficina del fiscal de Estados Unidos en Miami tiene que determinar su respuesta al fallo.

De acuerdo con los abogados, la oficina del fiscal tiene dos opciones: solicitar que los nueve integrantes del Tribunal de Apelaciones revisen el fallo emitido por tres jueces de manera unánime, y/o apelar la decisión ante la Suprema Corte de Estados Unidos. Sin embargo, consideran que ambas opciones no tienen gran posibilidad de prosperar y, por lo tanto, el fiscal tendrá que decidir cómo abordar el caso cuando regrese a Miami. Y si se procede con un nuevo juicio, es casi imposible que se repita en Miami dada la opinión del Tribunal de Apelaciones, y se tendrá que negociar adónde trasladar el caso.

La oficina del fiscal de Estados Unidos en Miami aún no tenía respuesta pública al fallo, más allá de señalar que lo está evaluando, ni ha indicado sus intenciones sobre cómo procederá con el caso.

Antiterroristas encarcelados

Los cinco rechazaron las graves acusaciones en su contra, a pesar de estar sometidos a intensas presiones como sufrir meses de confinamiento solitario, y han mantenido que sólo estaban dedicados a investigar y tratar de impedir acciones terroristas contra Cuba por elementos dentro de la comunidad cubana exiliada en Miami.

Desde el principio del caso, había pruebas contundentes de que los cinco estaban dedicados a esfuerzos antiterroristas, y que esta información no sólo fue entregada a Cuba, sino que también fue presentada a las autoridades estadunidenses por el propio gobierno cubano, en una muestra de cooperación contra atentados terroristas.

Los cinco cubanos, algunos de los cuales emplearon nombres falsos, señalaron que no tenían por qué registrar sus actividades como "agentes de un gobierno extranjero", ya que no se dedicaban a espiar al gobierno estadunidense, sino a grupos terroristas dentro de la comunidad cubana, entre ellos a algunos acusados de actos violentos como Orlando Bosch, y organizaciones militares como la encabezada por Luis Posada Carriles.

Unos cuantos meses antes de ser detenidos, el gobierno cubano compartió información con autoridades estadunidenses con pruebas de las actividades violentas en Miami dirigidas contra Cuba. La información fue entregada a la FBI e incluía documentos, fotografías y más, alertando de acciones que grupos ultraderechistas en Miami estaban considerando contra Cuba, y se prometió a los cubanos que las autoridades estadunidenses actuarían con base en esta información. Pero en lugar de perseguir a Posada Carriles, Bosch, o José Basulto (de Hermanos al Rescate), la FBI arrestó a la fuente de esta información, a los cinco cubanos, en septiembre de 1998.

De repente, buena parte de los medios, políticos locales, nacionales y más, participaron en un gran espectáculo donde los cinco cubanos fueron denunciados como "espías" del régimen de Fidel Castro, y acusados de asumir identidades falsas, no registrarse como agentes de un gobierno extranjero, de conspiración para homicidio y para cometer espionaje, entre otros, hasta completar 27 cargos en su contra.

Los fiscales, sin pruebas de que habían cometido algo parecido a homicidio o espionaje, emplearon el término más ambiguo de "conspiración", pero en los medios quedó como "espías cubanos".

En los 33 meses que transcurrieron entre que fueron arrestados hasta que empezó el juicio estuvieron encarcelados, se les negó fianza y durante unos 17 meses fueron sometidos a confinamiento solitario, se les mantuvo incomunicados entre ellos y hasta de sus familias y recibieron trato de prisioneros de máxima seguridad.

Después que sus abogados fracasaron en lograr que el caso se trasladara fuera del sur de Florida, donde para cualquier observador era obvio que no podría realizarse un proceso penal con un jurado imparcial, en 2001 los cinco fueron sometidos a un juicio viciado desde el inicio, y donde hubo numerosos incidentes que ponían en duda la integridad judicial de este caso.

Uno de los abogados recordó hoy cómo Basulto lo acusó de ser agente comunista de Cuba durante el juicio, otros recuerdan que el jefe de la oficina de la FBI saludó con un abrazo a Basulto durante el proceso, mientras el clima que imperaba en Miami -ocho meses después del caso de Elián González- era tal que no se podía ocultar la presión sobre el jurado, los medios y más para rechazar cualquier fallo que no fuera el de culpables.

De hecho, en su fallo los jueces de apelación señalaron que estas condiciones eran preocupantes tanto en torno de la seguridad de miembros del jurado, como por el potencial de disturbios en caso de que el veredicto fuera contrario a las expectativas de los cubanoestadunidenses.

Los jueces reconocieron que el fallo no sería popular entre algunos sectores, pero afirmaron que "una de nuestras libertades más sagradas es el derecho a ser procesado imparcialmente".

Después de ser condenados, al concluir el juicio que duro casi siete meses, con sentencias que sólo hace un mes una instancia de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas calificó de "arbitrarias", demasiado severas y resultado de un juicio de dudosa imparcialidad, los cinco fueron enviados a diferentes prisiones federales de máxima seguridad, y muchos de ellos no han visto a sus esposas y familiares desde ese tiempo. Además, dos abogados no habían logrado comunicarse con sus clientes para informarles del fallo varias horas después del anuncio, comentaron hoy, ya que tienen acceso muy limitado a los teléfonos.

Hoy, como fruto de esfuerzos de abogados y comités de apoyo en Estados Unidos y varias partes del mundo, se logró revertir el veredicto y anular las condenas con el fallo de los jueces del tribunal federal de apelaciones, quienes esencialmente concluyeron que queda comprobado que en Miami no hay garantías de un juicio imparcial para nadie que no esté de acuerdo con las posiciones de la cúpula política y económica cubanoestadunidense en esa región.

Así, siete años después de comenzar su juicio, todo regresa a donde empezó, con un nuevo proceso, pero con una gran diferencia: queda constatado que en ciertas esquinas de este país no hay garantías de un juicio justo e imparcial.

Los cinco cubanos son Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort y René González.

 
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