Afirman Almeyra, Luis Javier Garrido e Ilán Semo
Rechazo al proyecto de dominación, el "no" a la Constitución europea
Los especialistas Luis Javier Garrido, Ilán Semo y Guillermo Almeyra coincidieron ayer en que el "no" a la Constitución europea por franceses y holandeses es uno de los más importantes rechazos al proyecto de dominación económica, política y cultural que se ha registrado en los últimos años en aquellas regiones.
Tanto la izquierda como la derecha, que llamaron a votar por ese proyecto, dijo Garrido, fueron derrotadas por un pueblo ciudadano, por lo que el "no" también es una lección para los latinoamericanos.
En la mesa de reflexión La crisis de la Unión Europea y sus implicaciones, que organizaron La Jornada y Casa Lamm, Almeyra explicó que esa comunidad se ha construido como unión de capitales y bancos, pero no de los pueblos.
Indicó que la Unión Europea (UE) no es cualitativamente diferente a Estados Unidos. No es oposición, sino adversario potencial y también aliado, y la construcción capitalista está en "un callejón sin salida", pues los pueblos se han opuesto mediante una serie de acciones, y una de ellas es el "no" a un proyecto que, como el de la Constitución europea, representa la reducción de las conquistas sociales y democráticas.
En su intervención, Garrido subrayó que el proyecto de Constitución se construyó al margen de los pueblos. Sin embargo, el voto en Francia y en los Países Bajos mostró que el proceso "está enturbiado" y, a su vez, hay vocación cada vez mayor de la gente para participar en las decisiones.
Pero no se entendió que fue un "no" a la pérdida de la identidad nacional, a que las decisiones de sus países "se tomen por un gobierno sin rostro" de las transnacionales, un "no" de las clases trabajadoras a perder sus conquistas sociales y a que los pueblos europeos aparezcan como "cabús de Washington y de su política genocida".
También es una llamada de atención para la "izquierda institucional" y los "partidos socialistas", que en los últimos 30 años han hecho "la política de la derecha", aseguró.
Manifestó que Europa está doblegada al gran capital y ha perdido su capacidad soberana. Los órganos de gobierno cada vez tienen menor capacidad de decisión y operan bajo la influencia de los grandes poderes transnacionales, de tal forma que es necesario revertir ese proceso.
Por su parte, Semo habló de varios tipos de Europa, una social y otra de mercado que cada vez está más ligada a la "norteamericanización" del viejo continente, en el sentido de desregular derechos sociales y privatizar la educación, entre otras medidas. Pero también existe un voto xenofóbico, que es de la extrema derecha.
En ese sentido, expresó que lo que "sí ha calado en la sociedad europea es la xenofobia, la discriminación a los inmigrantes turcos, polacos, a la sociedad árabe, al Islam. Hoy en día, añadió, éstos son los "móviles" más bajos y perversos que se utilizan para movilizar a los europeos.