Las contradicciones del gobernador yucateco
Merida, Yuc., 8 de agosto. Entre contradicciones y reclamos, el gobernador Patricio Patrón Laviada reconoció, en la comunidad de rural de Hunucmá, que no se necesita un nuevo aeropuerto internacional para la capital yucateca, y comentó que la venta de los terrenos donde se asienta la actual terminal aérea propiciaría un desarrollo inmobiliario sin precedente.
El mandatario visitó esta mañana Hunucmá para exponer a los habitantes su megaproyecto aeroportuario, pero muy pronto se enfrentó a cuestionamientos. Los asistentes reclamaron que su administración haya utilizado al especulador Antonino Almazán Arteaga para adquirir casi 3 mil hectáreas a 72 centavos el metro cuadrado.
El ex dirigente municipal del PAN Anacleto Cetina Aguilar pidió al mandatario "no hacer cosas buenas que parecen malas", y que pague mejor las tierras a los ejidatarios. En respuesta, Patrón Laviada se comprometió a subsanar los precios de las tierras que vendieron los campesinos con otros subsidios como bombas de agua, materia prima y hasta despensas. Esto no convenció a los asistentes, entre quienes se encontraba el alcalde priísta Delio Pérez Quintal, de quien se comentó que él vendió tierras y recibió una mejor paga.
Al exponer el proyecto, Patrón Laviada cayó en contradicciones y hasta reconoció que no había necesidad de construir un nuevo aeropuerto, pero de inmediato reaccionó y, para tratar de borrar su aparente error, aseguró que la venta de los terrenos donde hoy se ubica la terminal Manuel Crescencio Rejón podría generar un amplio desarrollo inmobiliario en Mérida.
Varios asistentes externaron que, de construirse el aeropuerto en Hunucmá, el beneficio económico sería para grandes empresas, no para la comunidad. "Vamos a vender panuchos y salbutes (antojitos regionales) a los turistas, pero después ¿qué vamos a hacer cuando se instalen los empresarios?", preguntaron.
Patricio calló. Posteriormente intentó deslindar a su hermano Alejandro y al banquero Roberto Hernández de la supuesta compra y especulación de tierras. Otra vez obtuvo silencio como respuesta. Luis A. Boffil Gómez, corresponsal