Usted está aquí: miércoles 3 de agosto de 2005 Política ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Narco y elecciones

No hay mando ni freno

Dinero que ensucia

Nuevo poder, contaminado

LA PRIMERA PARTE del drama de fin de sexenio ya está aquí, con el narcotráfico convertido en fuerza desatada frente a la cual la mayoría de los gobiernos estatales, y sobre todo el federal, se han rendido. Estalla la guerra de las drogas porque no hay gobierno, y no puede haberlo si el Presidente de la República se la pasa embebido en los asuntos de faldas de su esposa y si en el gabinete federal existe un total descontrol que permite a muchos secretarios hacer lo que mejor convenga para sí y para sus cuentas bancarias.

NO HA SIDO UN año sino un sexenio de Hidalgo (tarugo el que deje algo), a cuyo final desgarbado nos iremos enterando lenta pero incesantemente de los sabidos conflictos de intereses de la mayoría de los funcionarios federales (y de las medias naranjas voraces). Un periodo en que tan sólo se ha confirmado la prevista manipulación de lo público para beneficio de lo privado (un gobierno de empresarios y para los empresarios, prometió el empresario fracasado que sin embargo ahora tiene cuentas florecientes gracias a su paso por las arcas públicas). Lo que hoy se vive con escándalo (las granadas de Tonalá, el rescate mafioso de Hermosillo, los ajustes de cuentas por doquier) es el resultado natural del abandono presidencial del mando, de la desidia y la frivolidad con que se consume el calendario sexenal sin más proyecto que el cuidado de las espaldas mediante la promoción de un cómplice paniaguado hacia la sucesión. Vicente Fox ha creído que con ocurrencias, chistoretes y autodefensas a la palabra (soy honesto porque yo lo digo) podría controlar el gran aparato administrativo federal que ya se ha desmoronado, abriendo paso a la realidad cruda del narcotráfico que pelea en las calles no sólo porque no hay mando sino, además, porque determinados segmentos de ese gobierno apoyan o combaten a determinados grupos que entonces son encaminados a una guerra abierta entre mafias, pero también contra funcionarios facciosos e instituciones usadas como instrumentos a sueldo de persecución o protección.

LA SEGUNDA PARTE del drama está a la vista. La constitución del poder político que supla al foxismo se dará casi inexorablemente a partir del manejo oscuro y tramposo del dinero. De hecho ya se está viviendo ese proceso de conformación del nuevo poder, mediante el asomo de políticos cargados de sumas inexplicables que usan para promoverse (sobre todo en la televisión), con lo que están comprándose cargos, fueros y derecho al saqueo para el sexenio por venir. De darse en 2006 un triunfo madracista en las urnas (o fuera de ellas, gracias a la sabida alta tecnología electoral de la casa), será terrible la acometida de la plaga históricamente conocida por su capacidad de depredación presupuestal: negocios, concesiones, ventas, latrocinio directo, de todo habrá de darse para que los inversionistas de hoy recuperen con buenos réditos sus actuales operaciones de riesgo; de hecho, bastaría el repaso de las biografías de muchos de los conjurados tricolores de hoy para prever el tamaño del agravio que la nación podrá sufrir con su retorno al poder.

LA EXPECTATIVA DE UN triunfo blanquiazul tampoco es mejor: a lo largo del sexenio foxista ha habido un cuidado proceso de enriquecimiento de panistas colocados de pronto frente al tesoro público abierto frente al cual han pecado instalándose como funcionarios de cualquier cosa, así no se conozca ni se domine, o como promotores de "negocios" directos o triangulados que les han permitido hacerse de fondos para continuar con la patriótica tarea de seguir gobernando a los mexicanos (el ejemplo más crudo de esa putrefacción causada por el poder y la ambición lo da Santiago Creel, quien deambula por los desiertos políticos perseguido por los fantasmas de las maniobras que desde Bucareli hizo para ganarse espacio y privilegios mediáticos).

LA ESPERANZA PERREDISTA, o lopezobradorista, por más que use como consigna mercadotécnica la tesis de que no tiene dinero para gastar en una campaña que evidentemente costará, y mucho, tampoco es mejor aunque la ilusión ciegue a quienes desean apasionadamente tener algo en lo cual creer: la clase política que habrá de llenar la plantilla federal en caso de un triunfo electoral en 2006 no puede mover con sensatez más que a escepticismo: líderes partidistas largamente cebados en la degustación de migajas plurinominales de poder y en los arreglos en lo oscurito con fuerzas gobernantes presuntamente adversas, pelearán ahora para ocupar la nómina multiplicada; y la nueva camada, las redes, los comités ciudadanos, la sociedad civil, podrían acabar siendo en los arreglos de cúpula nada más una forma revolcada de restituir militancias priístas desplazadas o insatisfechas, tianguistas del futuro inmediato que comerciarán buenas voluntades populares y nobles ilusiones de cambio por posiciones y presupuestos.

TOCADA POR LA maligna realidad del dinero oscuro (buena parte de él proveniente de segmentos relacionados con el narcotráfico o, más en lo general, por la delincuencia "organizada") la escaramuza electoral venidera no construirá nada diferente de los ingredientes con los que hoy está siendo preparada. Narcotráfico, dinero oscuro y ambiciones desbocadas, mientras el país se deshace y nadie atina institucionalmente (porque no puede, porque el proceso de contaminación es múltiple y extendido) a frenar ese proceso de crisis que va en su primera etapa de escándalo.

ASTILLAS: EL LECTOR MARIO Hernández ([email protected]), quien es veterinario, se queja de que este "moroso tecleador de suertes políticas" no encuentre mejor manera de "tratar de menospreciar a aquellos 'políticos' que emplean o se comparan con animales" más que llamándolos "veterinarios". "¿Y nosotros qué culpa tenemos...?" pregunta don Mario, e invita a usar términos como "zoólogo, biólogo, o qué sé yo". El, por lo pronto, dice llamar a Santiago Creel "el inútil de Bucareli, o inútil precandidato"... Y, mientras Alejandro Encinas acaba de sentarse bien, ¡hasta mañana, jijos del muy radicalizado México (in)Seguro!

* Fax: 5605-2099 * [email protected] *

 
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