Aún no termina el caso: falta Concacaf

El viacrucis de la Federación Mexicana de Futbol podría no haber terminado ayer en Zurich.

Ante la Comisión Disciplinaria del organismo rector del futbol mundial, Alberto de la Torre y compañía no tuvieron más remedio que reconocer que engañaron hasta al mismo Joseph Blatter, presidente de la FIFA, con el dopaje de Salvador Carmona y Aarón Galindo.

En plena Copa Confederaciones de Alemania, Blatter negó que la separación de los dos jugadores de la selección mexicana fuera por dopaje, y avaló la versión de la FMF: "indisciplina grave".

La molestia de la FIFA se resolverá con algunos miles de dólares, y la separación duran- te dos años del doctor Zarur de la familia futbolística, pero a la FMF le podría aparecer un nuevo problema si la Concacaf pide cuentas también por el dopaje.

Porque, según la propia versión oficial de la FMF, se dieron cuenta desde el 15 de junio pasado que los seleccionados Carmona y Galindo dieron positivo un examen antidopaje. Es decir, tan sólo 11 días después de que México venciera a Guatemala en la eliminatoria mundialista, y luego de una semana de que el tricolor hiciera lo propio con Trinidad y Tobago, en el mismo camino a Alemania 2006.

En la FMF, y principalmente De la Torre (quien compareció ante las autoridades del país por estar involucrado en el caso de los cachirules) ya saben lo que es perderse una Copa del Mundo por hacer algo indebido. Sólo hay que recordar Italia 90.