MEXICO SA
Reduce el Banco de México pronóstico de crecimiento
Familia incómoda; las faldas más caras
Las rebanadas del pastel:
EL BANCO INTERAMERICANO de Desarrollo tiene nuevo presidente, tras la elección celebrada ayer en su ofician matriz en Washington: el ganador resultó ser el colombiano Luis Alberto Moreno, mientras que el gran perdedor fue -allá y acá- el mexicano Francisco Gil Díaz.
EL SECRETARIO DE Hacienda aseguraba que la nueva cabeza visible del organismo financiero "no es la persona idónea para desempeñar la compleja responsabilidad de presidir el BID". Sin embargo, a la hora de emitir su voto la mayoría de sus homólogos latinoamericanos consideraron exactamente lo contrario y se manifestaron en favor de Moreno.
CON LA INNECESARIA grilla promovida por el ex empleado de Avantel en torno a la elección en el BID y la "exclusividad" que decía tener a la hora de las decisiones, alguien podría suponer que hasta los dislates (en este mismo renglón) del inquilino de Los Pinos, del canciller Luis Ernesto Derbez y del vocero Rubén Aguilar parecen "alta política", dados los penosos resultados obtenidos por Gil Díaz. Hacía mucho que esa tercia no cumplía con la palabra empeñada.
EL HECHO ES que de la comunidad latinoamericana y caribeña representada en el BID (24 países), 75 por ciento -México incluido- votó a favor del colombiano, el mismo que Gil Díaz consideraba "no idóneo" para el cargo. Además, obvio es, Estados Unidos y Canadá hicieron lo propio, y junto a ellos Israel, Italia, Corea del Sur, Noruega, España y Reino Unido, naciones no regionales adherentes al BID.
UN SEGUNDO BLOQUE de naciones respaldó la candidatura del brasileño Joao Sayad. Además de su propio país, por él votaron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Haití, Surinam y Venezuela, para el caso latinoamericano y caribeño. Favorablemente, también, lo hicieron miembros extra regionales (Croacia, Francia, Portugal y Eslovenia).
LO PEOR DEL caso es que nunca se supo por quién votaría Francisco Gil Díaz, porque lo único que humildemente precisó es que no lo haría por sí mismo. Lástima. Ya será en otra oportunidad.
QUIEN NO DEJARA pasar la oportunidad de "desmentir" los más recientes pronósticos del Banco de México será el inquilino de Los Pinos y su avezado vocero. Resulta que la institución a cargo de Guillermo Ortiz Martínez (¿por quién hubiera votado para el BID?) ayer redujo su pronóstico en torno al crecimiento económico del país en 2005.
SI BIEN DICHO recorte fue mínimo, hay que contextualizarlo en el marco de la zarzuela escrita en 2001, cuando el Banco de México advertía (un día sí y el otro también) sobre la notoria desaceleración económica mexicana y mínimo crecimiento que ese año se alcanzaría, mientras el aferrado inquilino de Los Pinos seguía con sus cuentas alegres y reducía las diferencias a simples enfoques "optimistas" o "pesimistas".
NO LE ATINO el de la advertencia, pero mucho menos el de las cuentas alegres. En aquel año la economía mexicana reportó un comportamiento negativo y a la fecha el balance entre el "optimismo" y el "pesimismo" del "cambió" no va más allá de un raquítico 1.55 por ciento como tasa promedio anual de crecimiento del producto interno bruto.
EL HECHO ES que el Banco de México decidió recortar su estimación de crecimiento económico para 2005: de 3.5-4 por ciento originalmente proyectado, a 3.2-3.75 por ciento como máximo.
CON BASE EN la información más reciente, indica el Banco de México, el pronóstico revisado para 2005 incluye lo siguiente: la generación de empleos en el sector formal se aproximará a 430 mil plazas (una tercera parte de la demanda); se espera un déficit moderado en la cuenta corriente de la balanza de pagos, de alrededor de 1.5 por ciento del PIB; la inflación general anual continuará su tendencia decreciente y al cierre del año se ubicará por abajo de 4 por ciento, "siempre y cuando no se presenten situaciones de extrema volatilidad".
"CABE LA POSIBILIDAD", sostiene, que la actividad económica en Estados Unidos se desacelere de manera más pronunciada, si bien los indicadores oportunos sugieren que ésta se fortaleció hacia finales del trimestre. Esta posibilidad se podría derivar en caso de que se presionaran aún más los precios del crudo y sus derivados, o bien, de que se presentara una caída considerable en los precios de los bienes raíces, lo que podría conducir a un ajuste en el ritmo de expansión del consumo.
ANTE TALES ESCENARIOS, la economía mexicana se vería impactada por una menor demanda de sus exportaciones, con lo cual se reducirían las perspectivas de crecimiento y de generación de empleos. Adicionalmente, en el caso en el que la desaceleración económica tuviera su origen en mayores incrementos de los precios de los energéticos, este hecho también podría tener consecuencias adversas sobre la inflación.
UN SEGUNDO FACTOR de riesgo -que en realidad está íntimamente ligado al primero- se relaciona con la posibilidad de que el elevado déficit de la cuenta corriente de Estados Unidos se torne insostenible. En este caso se podrían generar fuertes presiones recesivas a nivel mundial y un incremento considerable de la volatilidad en los mercados financieros internacionales.
ENTRE LOS BUENOS indicadores mencionados por el Banco de México destaca el único que en una década -pero de manera especial en el último lustro- se ha mantenido al alza: las remesas familiares en el primer semestre de 2005 sumaron 9 mil 278 millones de dólares, lo que representa un crecimiento anual de 17.8 por ciento.
RESUELTO EL ENORME problema que al gobierno del "cambio" le significó la sucesión en el BID, ahora el inquilino de Los Pinos podrá continuar atendiendo los problemas generados por el primer escollo de su administración: la diva de Zamora y su parentela. Aún no cesa el ruido motivado por las faldas más caras del "cambio", ni la presunta violación de la ley por donar bienes públicos, sin olvidar la comisión de la Cámara de Diputados, cuando el IFAI ordenó a la Secretaría de la Función Pública entregar "información completa y detallada" del hermano de Marta Sahún investigado en relación con una denuncia interpuesta en el órgano interno de control del DIF... ¡Cada vez mejor, Vicente!