Usted está aquí: domingo 24 de julio de 2005 Opinión ELOGIOS Y HEREJIAS

ELOGIOS Y HEREJIAS

Tino Camil

Pedro en el paraíso

ME MATARON A mi hijo,me lo mataron,
pero nomás que sepa yo quién fue y...

El borracho sigue borracho,
siempre ha estado borracho,

y lo cuidaba el hijo ahora muerto,

Julián el bueno.

Me mataron a mi hijo, me lo mataron,
pero nomás que sepa yo quién fue y...

Resplandece el cuchillo,
tú sabes. Adolescente, púber,

tu mirada (sabes) refulge: no

sabe cómo no saber.

Y lo que sabe quién no lo
sabe; sólo que mata, matará saberlo.

Del sombrío rosario de dolidas amenazas te apartas, Pedro,

hacia tu muerte. Ya tu vida,
como antes la del joven albañil

y pronto la del Jaibo, es el río

(tu madre pasará junto a tu
cuerpo y, cómo siempre, no

sabrá verte) que va a dar a la mar

que es el olvido.

os inolvidables olvidados, ya memoria del mundo, se exhibe para nuestra vergüenza en poquísimas salas de esta ciudad capital.

 
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