Usted está aquí: jueves 21 de julio de 2005 Cultura Con libro de memorias recuperan la voz de Antonio Gades a un año de su muerte

Rendirán homenaje al bailaor y coreógrafo en el Teatro de la Zarzuela de Madrid

Con libro de memorias recuperan la voz de Antonio Gades a un año de su muerte

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Antonio Gades (1936-2004) FOTO Tomada del libro de Memorias Antonio Gades Foto: Tomada del libro de Memorias Antonio Gades

Madrid, 20 de julio. Hace un año, una noticia provocó el estupor y la sensación de orfandad en el mundo de la danza y el flamenco: el bailaor y coreógrafo Antonio Gades había muerto en una clínica madrileña, víctima de una enfermedad crónica.

A un año de su muerte, su legado artístico está presente con la misma intensidad en la danza flamenca española, lo que demuestra la honda influencia de más de 50 años de creación activa y los frutos de su generosidad en la formación de jóvenes bailarines, que son los representantes de una escuela fiel a su visión de la danza y el flamenco, que definió como ''un extracto de fuego y veneno".

El libro de memorias Antonio Gades, editado por la fundación que el artista creó antes de morir para fomentar el baile flamenco, recupera su voz mediante escritos personales, en los que demuestra la singularidad de sus reflexiones en torno de la danza, el flamenco y el arte, así como extractos de las entrevistas que le hicieron a lo larga de su vida.

Además, el libro permite recordar algunos de los episodios más determinantes de su vida y sus apasionados alegatos políticos, en los que confirma su compromiso inquebrantable con los ideales socialistas y la Revolución Cubana.

Cuba, ''puerto de mi vida''

Antonio Gades, un referente de la danza flamenca en la segunda mitad del siglo pasado, murió a los 67 años, después de luchar hasta el final contra un cáncer que lo obligó a dejar los escenarios.

Nacido en Elda, Alicante, en 1936 -poco antes del comienzo de la Guerra Civil española-, el bailaor solicitó a sus familiares y amigos que, tras su fallecimiento, cumplieran con rigor sus últimas disposiciones.

Por eso la muerte de Gades no derivó en un entierro fastuoso ni solemne; al contrario, a la incineración de sus restos en un cementerio madrileño, únicamente acudieron sus allegados más íntimos y en ningún caso se permitió la entrada de cámaras de televisión o dirigentes políticos.

Unos meses después, el 25 de marzo de este año, se cumplió su última voluntad: las cenizas de Gades viajaron hasta Cuba, su ''patria" más querida y admirada, donde fueron depositadas en el Mausoleo del II Frente, en Santiago de Cuba.

En las memorias de Gades, Cuba ocupa un lugar especial, como se demuestra en los numerosas reflexiones que hasta hoy se hacen públicas. ''Cuba no es una aventura; es el puerto de mi vida".

Gades también rindió homenaje a su primera maestra en la danza: ''Pilar López me enseñó a estar en el escenario, dentro y fuera. Su primera lección fue de humildad. Me enseñó no sólo la estética, sino la ética de la danza, que consiste en hacer el baile como es, y no buscando el aplauso fácil".

Faustino Núñez Núñez, director de la Fundación Antonio Gades, explicó que ''este libro quiere ser un reconocimiento a la vida y la obra de Antonio Gades mediante algunas de las fotografías legadas a esa institución, subtituladas con sus frases más características".

Gades, señaló Núñez, fue ''el principal impulsor de la renovación del baile'' durante la segunda mitad del siglo pasado.

Además, se rendirá homenaje a Gades en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, donde en septiembre se interpretará una selección de piezas de las obras del llamdo ''Nureyev de la danza flamenca".

 
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