A LA MITAD DEL FORO
Transición entrampada
Fox empuña la bandera y canta el Himno
Rechaza ayuda de EU contra el crimen
ENTRE HONORES a la bandera y coros de funcionarios que entonan el Himno Nacional, Vicente Fox hace el recuento de la pobreza rural que "ha disminuido" y la pobreza urbana que se "ha incrementado". No le gustan los cuestionamientos. Pide a sus colaboradores que no se desalienten. Pero hay instantes en que el mismísimo optimista mesiánico cae en la vieja, proverbial y honda tristeza reaccionaria: "Hay veces que uno se desanima porque no hay resultados ni comprensión", dijo en el casino militar del Campo Marte.
LOS GENERALES, jefes y oficiales del Ejército Mexicano saben que el sexenio ha entrado a la fase en que es obligatorio buscar a quienes sean capaces de asumir la Secretaría de la Defensa, bajo el mando civil del sucesor del alternante. Pasó la prueba de fuego el Ejército de la Revolución. El canciller Luis Ernesto Derbez pregona las glorias de participar en misiones de paz bajo el mandato de la ONU. En Waco, Texas, firmamos el acuerdo de defensa común con Canadá y Estados Unidos. El vecino del norte ofrece ayuda para combatir la violencia armada del crimen organizado, especie de terrorismo, dice el procónsul Antonio Garza.
VICENTE FOX OYE el aletear de las golondrinas y empuña la bandera para asegurar a los mexicanos: "quiero ser enfático; no hacemos operativos juntos, no aceptamos, no aceptaremos, no toleraremos intervenciones directas en operativos de ningún miembro de cuerpos policiacos o de seguridad de Estados Unidos en territorio mexicano".
DE LEJOS VIENEN las imágenes de los atentados en Londres, marco sombrío para la cumbre del G-8 con la triste figura de Lula en el retrato de grupo. Y la incontinencia verbal de nuestro Presidente ante los micrófonos. George W. Bush no ceja. Exige un campo de juego parejo, democrático y de libre mercado bajo la mirada vigilante del fiscal, juez y verdugo, del dueño de la verdad única en el mundo ancho y ajeno para los del sur pobre. Ahí estaban, en Torreón, Coahuila, en La Laguna, junto a San Pedro y lejos del reparto agrario, Arnold Schwarzenegger y Enrique Martínez. Frente a frente, actores en el papel de gobernadores y vecinos reunidos para promover la "migración legal". El de California promueve la implacable persecución de indocumentados en la tierra a la que inmigró.
AH, LA DICHA DE compartir la única frontera terrestre entre el norte rico e industrializado y el sur pobre y subdesarrollado. Puro win-win. Nada de operativos conjuntos. Eduardo Bours, promotor del Tucom y gobernador de Sonora, diría: si no resolvemos la seguridad estará en riesgo la soberanía de ambas naciones. Días antes, en la última reunión de los cinco aspirantes de Unidad Democrática a la candidatura presidencial del PRI, Tomás Yarrington habló de la amenaza del narcotráfico y la violenta disputa por la frontera y los mercados locales. El que sabe, sabe. El tamaulipeco dijo que conoce y ha padecido esa violencia: "no nos hagamos tontos... el riesgo, el amago es en Tamaulipas y es en todo el país".
Los cinco supervivientes del grupo que disputa la candidatura a Roberto Madrazo y le exige reglas claras -no ser juez y parte- acudieron al Consejo Nacional para pedirle que pospusiera su renuncia al cargo, en tanto se resuelve la prelación de Elba Esther Gordillo y se cubre con púdico velo la ineludible confrontación de intereses que une al interés superior de recuperar el poder. El priísmo sobrevivió al pánico de la orfandad, a la amarga entrega del poder, a la conciencia de que se perdió en las urnas lo que ya se había decidido en Los Pinos, para que la alternancia fuera mérito de "la vocación democratizadora de Ernesto Zedillo" y grata conclusión del cambio gradual amablemente solicitado por Washington.
MAS GOBERNADORES, alcaldes, diputados federales y locales, senadores que ningún otro partido, dirían los partidarios y partiquinos de Madrazo. Los votos duros, el sistema en pie y la capacidad operativa mucho más vigorosa que en los años finales del priato tardío hacen factible, quizá posible que el PRI ganara las elecciones en 2006. Pero son ellos mismos los únicos que pueden evitarlo. Disputar el poder, imponerse a como dé lugar, exhibir la cínica obsesión con el poder por el poder mismo, confirmaría la suspicacia de los ciudadanos hartos de la hegemonía y agobiados por el empobrecimiento de cinco lustros de crisis económica, crisis de las clases dirigentes. Caldo de cultivo para el voto útil que encumbró a Vicente Fox y hundió al PAN en la angustia existencial de haber ganado el poder y perdido el partido.
LA PARTIDA, DE HECHO, la fe en la brega de eternidad. Vino la alternancia y se va entre el sonido y la furia de un diálogo entre idiotas, entre la bruma de lo absurdo esgrimido como razón de Estado y la justificación de tropiezos verbales elevada a edición incunable de sellos de correos con la efigie de Memín Pinguín. Jorge G. Castañeda, el estratega del todo se vale, todo ha sido legitimado por el voto popular, acude al Capitolio y declara ante legisladores del imperio que la imagen de Memín Pinguín es indudablemente un arquetipo racista. El académico al día, el demócrata que no resistía reprochar a los reporteros no leer inglés, se desliza suavemente donde da tumbos el PAN, donde tropieza su amigo y antiguo jefe, Vicente Fox. Será, dicen, candidato del partido Nueva Alianza, criatura de la maestra milagrosa, de la ausente Elba Esther, quien gana batallas a distancia y estrecha el espacio que separa a Roberto Madrazo de Enrique Jackson, Arturo Montiel, Manuel Angel Núñez, Enrique Martínez y Tomás Yarrington.
CON RAZON DICE el ilustrado señor Castañeda: "me parece muy bien que haya partidos nuevos. Los que me preocupa son los partidos viejos". La dicha inicua de perder el tiempo, diría Renato Leduc. La maestra sabe del poder y de la fuerza del dinero en los juegos, encuentros y desencuentros del poder político y sus avatares con los grupos de poder real. Supo cambiar la secretaría general por la presidencia de su partido y no hay poder presidencial que le prepare el golpe intestino, como es tradición en el ascenso y caída de los líderes del magisterio. Algún resabio ancestral la llevó a acercarse al mandatario en turno. Así fuera de otro partido. Jugó y perdió. Pero en el camino acumuló espacio y mecanismos de fuerza, el mando sindical incontestado, la fragmentación de la federación de trabajadores al servicio del Estado y su propio partido, Nueva Alianza.
Y AHI QUEDA LA PRELACION en los estatutos, para recuperar algo del naufragio. Así fuera en la marcha de los cangrejos y entrampados en una honda tristeza reaccionaria. No será únicamente por la edición de consejos a padres de familia en alianza contra natura; rencuentro en la cumbre con los herederos de quienes desorejaron maestras rurales y colgaron profesores que llevaban al aula el veneno laico, agrarista, sindicalista y, para colmo, socialista. Después de todo, en el partido que reunió a las izquierdas dispersas, sumó tribus y clanes, apóstatas del priato y apóstoles de la democracia sin adjetivos, el PRD, se oye todavía el sonido imponente del portazo que dio Cuauhtémoc Cárdenas al salir y negarse a disputar la candidatura presidencial a Andrés Manuel López Obrador.
ESPACIO, TIEMPO PARA debatir proyectos, ideas, programas, objetivos, reclamaba el hijo del Tata. Yo lo respeto; no me voy a pelear con él, respondió el estratega de Nacajuca. Y se quedó con la quinta y los mangos. El candidato del PRD será, es, López Obrador. Aplauden los feroces enemigos de la candidatura única, del poder incontestado y la facultad de asignarse el papel de fiel de la balanza, árbitro de última instancia, donador de toda expectativa y dueño del cerrojo que abre o cierra la puerta al futuro. Leonel Cota Montaño declara que han convenido establecer una comisión para crear "un frente amplio, social y progresista", que haga uno solo los planes disímbolos del ingeniero y el candidato indiscutido. Cronos devora a sus hijos: los mortales se animan a formar su propio frente para confrontar la candidatura de... Marcelo Ebrard.
BEJARANO HA VUELTO. Como Edmundo Dantés, rico y ávido de venganza. Uno es esclavo de lo que dice y dueño de lo que calla, decía Francisco Franco. Bejarano guardó silencio. Y aunque las imágenes hablen, López Obrador reivindica lo que sabe y lo que para él vale su operador: nada se dice ahora de que un precandidato panista gasta millones en espots televisivos, declara. No dice Santiago Creel porque con nadie quiere pelear. Y porque Francisco Barrio, el santurrón que habla directamente con Dios, abandonó la pelea y denunció que, hoy como ayer, en la alternancia como en el autoritarismo sexenal del PRI, hay sucesor designado, hay quien recibe apoyo directo del gobierno: candidato oficial, pues. Me critican la entrega de concesiones para juegos de azar, me acusan para favorecer al PRI porque lo concesionado quebrantó su monopolio en el negocio de las apuestas. Quod eris demonstrandum, hombres de poca fe.
TRISTE, MELANCOLICO, doloroso adiós del cambio que siguió al instaurado por quienes presumían que iban a gobernar hasta bien entrado el siglo XXI y entregaron el poder en el umbral del tercer milenio; en el año 2000 del portento foxiano, del fin del pasado, de la restauración del conservadurismo de escapulario cristero y reminiscencias de La Profesa; el que a nombre de los patrones iba a instaurar el gobierno de y para y por empresarios.
LULA TRISTE Y ANGUSTIADO en Gleneagles. Lula triste y agobiado en París, en el desfile del 14 de julio. Cargos de corrupción en Brasil. No acusa la oposición, escribe Fernando Henrique Cardoso, "sino gente de adentro, de la alianza gubernamental que, además de acusar, confiesa e invita a los demás a que confiesen". Razones de sobra para entender la tristeza que trasluce el líder.
LO NUESTRO ES PASO cansino de la transición entrampada en honda tristeza reaccionaria. Vieja historia. Historias de viejas.