Polémica por implantación en animales de células cerebrales humanas
¿Puede un mono disfrutar o sufrir como una mujer o un hombre?
En la revista Science el grupo de científicos cuestiona el estatus moral de esos primates
Producen en Seúl puercos clonados con la finalidad de realizar trasplantes a personas
Washington, 14 de julio. En los diccionarios de biología aparecen bajo el concepto "quimera". Para los expertos en ética, sin embargo, los animales en los que se experimenta con células cerebrales humanas supone un asunto delicado.
Investigadores estadunidenses, en la edición de este viernes de la revista Science, abordan sobre todo al aspecto "moral": ¿Pueden los monos, a los que en el contexto de experimentos médicos se les implantaron células cerebrales humanas sentir, disfrutar o sufrir como humanos?
En las religiones judía y cristiana, los seres humanos, en su calidad de elegidos de Dios, estarían por encima de otras formas de vida, argumentan en Science los autores de varias universidades importantes de Estados Unidos.
También la filosofía kantiana separa al ser humano del mundo animal por su capacidad de pensar racionalmente. Entonces, ¿qué estatus corresponde a los animales que ya desde el feto o en edad avanzada llevan tejido cerebral o células madre humanas en su cerebro?
Las posibles respuestas dependen de varios factores, escriben los científicos: El tamaño del implante humano en comparación a la circunferencia del cerebro animal receptor, su estado evolutivo en el momento del implante, así como la especie animal, el tamaño del cerebro o la región en la que se implantaron células humanas.
Por ejemplo, los animales de laboratorio, que son criados exclusivamente para la búsqueda de terapias contra los males de Alzheimer o de Parkinson, pueden beneficiarse de células cerebrales sanas, sin que necesariamente registren sensaciones humanas, comentan los autores, que forman parte de un grupo de investigadores de distintas disciplinas -fundado en 2004 y con dos sesiones plenarias- que busca solucionar esta controversia.
En el caso de monos adultos y sanos, los expertos tienen menos reparos a la implantación de células humanas en su cerebro, ya que es muy poco probable que se produzca una modificación sustancial de la capacidad mental.
En el caso de las células madre humanas que se implantan a gran escala en un mono estrechamente emparentado con el ser humano en una fase temprana de su evolución, los expertos sí tienen reparos. Y más aún si es una región que regula funciones cerebrales importantes.
Para averiguar si se producen modificaciones relevantes, los expertos recomiendan hacer estudios detallados del comportamiento de los animales afectados.
Organos más aptos al hombre
En Seúl un equipo sudcoreano anunció haber producido puercos por clonación, cuyos órganos han sido genéticamente modificados para volverlos más aptos a un trasplante en el hombre.
El especialista Park Kwang-Wook, explicó que los animales habían sido modificados para incluirles el gen HLA-G, que reduce el riesgo de rechazo.
El rechazo inmunitario es el obstáculo mayor para los trasplantes de órganos, pero la introducción del gen permite reducir en 70 por ciento la toxicidad de las células en el organismo, dijo.
La industria de la bioingeniería se desarrolla con grandes avances en Corea del Sur, donde la ley autoriza las investigaciones en este controvertido campo.