Consideran histórica la medida, luego de la opresión ejercida por el franquismo

Marcha multitudinaria en Madrid en festejo del sí al matrimonio gay

Un minuto de silencio por los fallecidos a causa del sida

Mañana entra en vigor la ley

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 2 de julio. Las calles de Madrid albergaron hoy una multitudinaria manifestación de tintes históricos, en la que centenares de miles de personas enarbolaron la bandera multicolor del arco iris, un símbolo inequívoco de la lucha de los homosexuales para celebrar la aprobación de la nueva ley que los iguala en derechos con respecto al resto de los ciudadanos de este país. La nueva legislación civil aprobada anteayer en el Congreso de los Diputados convierte a España en el cuarto país del mundo en permitir el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, además de que se reconocen los derechos de adopción y de numerosos beneficios sociales, fiscales y sanitarios previstos para los cónyuges.

El llamado "día del orgullo gay" se convirtió en una cita en la que centenares de miles de personas celebraron y brindaron por un logro histórico, que había sido el reclamo de un colectivo que sufrió durante décadas la marginación, la persecución y la represión por su condición sexual. El dolor y la huella del pasado más inmediato, el que se remonta a la dictadura fascista de Francisco Franco (1939-1975) -un régimen que los encarceló, humilló, torturó y encerró en centros siquiátricos- fueron recordados con cierta resignación, pues ahora -en julio de 2005- se festejó una victoria parcial de esta larga lucha por la igualdad y contra la xenofobia y la homofobia.

Los cerca de 2 millones de homosexuales que residen en España podrán a partir de este lunes, una vez publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la nueva ley de matrimonios entre homosexuales, contraer una unión civil que los igualará en derechos y obligaciones a las celebradas entre los ciudadanos heterosexuales. A partir de este lunes, todos los juzgados y asambleas municipales que tienen la atribución de celebrar matrimonios deberán admitir y dar cauce legal al enlace entre personas del mismo sexo, quienes además contarán con todas las garantías, obligaciones y derechos civiles reconocidos en la Constitución de este país. La ley fue aprobada gracias a la mayoría absoluta representada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Izquierda Unida, Esquerra Republicana de Cataluña, Partido Nacionalista Vasco y el grupo mixto (formado por legisladores nacionalistas aragoneses, navarros, vascos, gallegos y canarios. La cúpula de la Iglesia católica -con el beneplácito del Vaticano- y el derechista Partido Popular (PP) son los representantes de los sectores contrarios a la reforma jurídica, quienes consideran que el reconocimiento de los derechos de los homosexuales significa un atentado a la "institución de la familia" y la admisión de la "enfermedad de la homosexualidad" como algo "normal" en la vida cotidiana de la sociedad.

Esta ley desató un intenso debate político y social en la sociedad española, por lo que la manifestación de hoy fue una especie de respuesta a las movilizaciones civiles precedentes, en las que la cúpula de la Iglesia católica, el PP y organizaciones conservadoras de padres de familia habían expresado su repulsa a la reforma. Tras reclamar la derogación o "paralización" de la ley, además de respaldar las posturas más retrógradas y homófobas, los ultraderechistas finalmente no pudieron impedir que el mandatario español cumpliera una de sus promesas de campaña.

Incluso, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero decidió acelerar la aprobación de la ley, que en su cauce regular hubiera entrado en vigor en entre dos y cuatro semanas, para que el próximo lunes, una vez concluidas las fiestas del "orgullo gay", entre en vigor.

Por eso en el centro de Madrid se congregaron centenares de miles de personas -gays, lesbianas y demás personas, sin importar sus preferencias sexuales- para celebrar no sólo el reconocimiento de los derechos de un colectivo históricamente marginado, sino también para respaldar las iniciativas en materia social y civil del nuevo Ejecutivo español.

Bajo el lema de "Avanzamos, y ahora l@s transexuales", los manifestantes guardaron un minuto de silencio en recuerdo de todas las personas fallecidas víctimas del sida, para posteriormente manifestar en un comunicado que "con la aprobación, por fin, de la reforma del Código Civil que permite el matrimonio a parejas del mismo sexo hemos alcanzado la igualdad legal". Pero advirtieron: "debemos tener presente que esta felicidad todavía no es completa: las personas transexuales aún esperan la aprobación de la ley de identidad de género".

La manifestación contó con la presencia de diversos dirigentes políticos de la izquierda, entre ellos el secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo, quien señaló que "hoy es el día más feliz de mi vida, pues es el triunfo del sentido común, de la razón y del espíritu constitucional, porque la Constitución española también es de los gays y las lesbianas y, sobre todo, tener bien en cuenta que en otros países también hace falta que les llegue esta oportunidad".