Dos de cada tres que trabajan en EU son mexicanos
Migrantes dibujan el nuevo mapa laboral del continente: BID
Washington, 2 de julio. La mitad de los emigrantes latinoamericanos que envían dinero regularmente a sus familiares desde Estados Unidos ganan menos de 20 mil dólares anuales y no concluyeron los estudios secundarios, señaló un informe presentado esta semana en un seminario del BID en Washington.
"Es gente muy pobre" la que remesa cifras millonarias hacia América Latina, explicó el analista Sergio Bendixen, al presentar los resultados de varias encuestas realizadas por su instituto y publicadas en el libro Más allá que un pequeño cambio.
El 49 por ciento de las personas interrogadas aseguró ganar "menos de 20 mil dólares anuales", unas cifras que contrastan con los 45 mil 800 millones de dólares enviados el año pasado a América Latina, cuyo 75 por ciento procedió de Estados Unidos.
Según Bendixen, 66 por ciento de los emigrantes es de origen mexicano, 10 por ciento sudameriano, 9 por ciento salvadoreño y 6 por ciento cubano, dominicano o guatemalteco.
Un 55 por ciento tiene menos de 35 años, 47 por ciento no completó los estudios secundarios y más de la mitad (52 por ciento) lleva más de 10 años en Estados Unidos. Un 38 por ciento vive ilegalmente en Estados Unidos contra 57 por ciento que tiene la residencia o la ciudadanía.
Un 61 por ciento dijo mandar dinero de "manera regular". El promedio por envío es de 240 dólares. El envío cada año de miles de millones de dólares de parte de los emigrantes reveló la existencia de un "mercado laboral integrado" de las Américas, destacó el BID.
"Este es el mercado laboral integrado del Hemisferio Occidental", aseguró el director del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), Donald Terry, en un seminario sobre remesas celebrado en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Procede de Estados Unidos 90 por ciento de los envíos
Tras recordar que 90 por ciento de los 45 mil 800 millones de dólares de remesas llegados a América Latina en 2004 procedía de Estados Unidos, Terry precisó que "el dinero no se reparte solamente por México, Centroamérica y República Dominicana, sino por América Latina y el Caribe en su conjunto".
También en Estados Unidos, esos envíos ya no proceden únicamente de las regiones con una larga tradición de presencia de emigrantes latinoamericanos como California, Nueva York, Texas o Florida, sino de todo el país.
Al presentar sus conclusiones, el estadunidense Terry se declaró convencido de que "familia por familia, obrero por obrero, se está dibujando el mercado laboral" del continente y del planeta, con la gente abandonando los países del sur para buscar oportunidades en un norte con problemas demográficos.
"Cerca de 25 millones de adultos, nacidos en América Latina y el Caribe, dejaron su casa para trabajar en otros países, principalmente desarrollados, aunque no todos, y envían dinero a casa", explicó. "Esto es parte de la globalización. Es la realidad del mundo", sostuvo.
El presidente del BID, Enrique Iglesias, aseguró por su parte que tanto los países donde trabajan los emigrantes como los que reciben parte de sus ganancias "salen ganando" en este mercado integrado.
Los países del sur tienen "un impacto positivo en la macroeconomía, las familias, la calidad de vida", explicó, destacando el "nacimiento de crecientes ahorros" que "van a seguir aumentando en los próximos años".
En cuanto a los países ricos del norte, importan una mano de obra "más barata" que constituye "una fuerza mayor de dinamismo en la economía estadounidense, como lo es en la economía española o en las europeas", al gastar el 90 por ciento de sus ingresos en el país donde viven.
Terry, no obstante, se declaró "avergonzado" de que su institución, el BID, el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), hayan tardado tantos años en darse cuenta de los millonarios flujos de dólares que corren de norte a sur.
"La razón por la que no se tuvo en cuenta ese dinero es sencilla", explicó. "Tenemos que ser honestos: es porque tradicionalmente esa gente no cuenta", lamentó. "Tienen que abandonar sus casas para buscar trabajo y cuando lo encuentran siguen viviendo al margen" de la sociedad, añadió.
"No se quedan fuera del sistema financiero porque ellos mismos lo quieran, sino porque nunca interesaron a dicho sistema", sostuvo, antes de lanzar un llamado a la comunidad internacional para "promover una democracia financiera y la inclusión financiera".
"Ahora que sabemos" lo que ocurre con las remesas, "debemos dar a esa gente las mismas oportunidades que ustedes todos tienen en esta sala", para que sus familiares dispongan de mejores opciones para utilizar ese dinero, pidió el director del Fomin ante un selecto público.