Análisis interno revela preocupación por la mezcla de preferencias

Edomex: busca el PRI recuperar terreno en el corredor azul y la huella amarilla

CIRO PEREZ SILVA ENVIADO

Toluca, Mex., 28 de junio. La estrategia del PRI en la contienda por la gubernatura del estado de México, que se realizará el próximo domingo, se centra en conservar el universo de votantes en los municipios que gobierna, ubicados casi en su totalidad en la zona rural, y reposicionarse en los municipios del llamado corredor azul, en el poniente, que encabeza el PAN -como Tlalnepantla e inclusive en la capital, Toluca- así como en algunos de las alcaldías ubicadas en la huella amarilla, en el oriente, bajo control perredista, aunque en estas últimas en menor porcentaje.

Según un análisis de la dirigencia nacional del PRI, municipios como Coacalco, Metepec e inclusive Cuautitlán Izcalli -este último gobernado por Alfredo Durán Reveles, hermano de José Luis, quien perdió la postulación panista a la gubernatura ante Rubén Mendoza Ayala-, representan zonas con altas probabilidades de triunfo o, en el peor de los casos, en las que el tricolor podría recuperar parte del terreno perdido en los pasados 13 años.

Destaca también la expectativa que el priísmo tiene en Tlalnepantla, municipio que gobernó el actual candidato del PAN a la gubernatura. Lo anterior, aseguran, "por la caída que Mendoza Ayala ha tenido en sondeos electorales en el estado".

Se trata, indica el análisis, de alcanzar votación superior a la que en 1999 obtuvo el actual gobernador, Arturo Montiel Rojas, quien ganó por diferencia de 227 mil 716 votos, respecto de la coalición PAN-PVEM -partido este último que ahora conformó alianza con el PRI-, en un escenario tendiente a reducir el abstencionismo, cercano a 53 por ciento, que se registró en ese momento.

La votación válida entonces fue de 3 millones 249 mil 150 de una lista de 7 millones 114 mil 257 ciudadanos. En esta ocasión, de una lista definitiva para las elecciones del 3 de julio de 8 millones 869 mil 630 ciudadanos, el PRI, según el ex gobernador César Camacho Quiroz, espera obtener al menos 2 millones de votos.

La preocupación del PRI tiene su origen, en un primer análisis, en la pérdida de la hegemonía que mantuvo prácticamente hasta las elecciones de 1990 en los municipios de la entidad. De acuerdo con el análisis de Rosalía Vera Núñez, investigadora del Centro de Estudios sobre Marginación y Pobreza del Estado de México, considerando el total de votos obtenidos en los comicios de 2003 para renovar ayuntamientos, PAN, PRD y PRI obtuvieron cifras muy cercanas.

El PRI obtuvo 34.38 por ciento de los sufragios; el PAN, 28.45, lo que hace una diferencia de apenas 5.93 por ciento, y el PRD 24.02 por ciento, sólo 4.43 por ciento detrás del PAN.

Dicha información indica, entre otros aspectos, el reposicionamiento del tricolor luego de la derrota presidencial de 2000 y la de las elecciones municipales en esta entidad, las cuales fueron coincidentes en tiempo, mientras los panistas retrocedieron respecto de esos procesos electorales al registrar en 2003 una disminución de 9.55 por ciento de los sufragios, en tanto el PRD manifestó un crecimiento de 3.85 por ciento.

Con estos resultados, los tres partidos consiguieron mantenerse en zonas geográficas específicas de la entidad, aunque en más de la mitad de los 124 municipios se dio alternancia en sus respectivos gobiernos. La investigadora sostiene, además, que la competitividad se mantiene entre estas tres fuerzas políticas.

Entre PAN, PRD y PRI las diferencias electorales en 2003 fueron mínimas. 65.32 por ciento de todos los municipios, fueron ganados por diferencia menor a 10 puntos y en 30.64 por ciento de los municipios, esta diferencia se redujo a 5 puntos porcentuales, además de que se incrementó la presencia de los partidos "pequeños", como el Partido del Trabajo (PT) o Convergencia.

"Papel destacado de coaliciones"

En una serie de reflexiones acerca de la situación política del estado de México, Vera Núñez afirma que las alianzas o coaliciones juegan un papel destacado e, inclusive, pueden ser el factor que incline la balanza en un sentido o en otro. Como ejemplo señala que el PVEM aportó una cantidad pequeña, "pero significativa" de votos al triunfo priísta.

En el proceso electoral de 2003, para renovar las alcaldías, el PRI ganó en 68; el PAN en 24 y el PRD en 23, mientras que el PT y Convergencia ganaron nueve municipios, caso similar al de las diputaciones que se eligieron en el mismo proceso. EL PRI obtuvo 24 representaciones al Congreso local; el PAN 11 y el PRD 10, mientras los otros partidos no ganaron ninguna diputación.

Todas estas cifras, evidencian un notable avance de los partidos distintos del PRI, partido que en 1987 obtuvo el triunfo en 120 de las 121 alcaldías que existían entonces, mientras el PAN ganó el municipio restante.