Un poema sobre el agua* Dana Gelinas
Son las más brillantes tolvaneras de este mundo, centrífugas, altísimas, aullantes, después de ellas los llanos parecen recubiertos de nieve; una harina de cal desinfecta cada mancha de clorofila. Verano de asbesto, invierno de acero, y, entre los dos, un aerosol irrespirable. No mires. No crece una brizna de hierba; sólo esferas de espinas que ruedan sobre el asbesto. Sin embargo, tras los muros del club nada se sabe. Sólo de abetos, de lilas, de prados. La poda de Casas&Gente. El pino de Navidad, fabricado en Massachusetts, con luces de Hong Kong y esferas del rey Midas, es una aparición cada diciembre, como la desenvoltura del prado inglés cultivado en unas cuantas casas, chupándose a diario un agua que podrían beber veinte familias.
*Este poema pertenece al libro Poliéster, |