Usted está aquí: domingo 26 de junio de 2005 Opinión BAJO LA LUPA

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

PINR y el realineamiento del orden hexapolar

REPORTE DE NOTICIAS de Poder e Interés (PINR, por sus siglas en inglés), notable centro de pensamiento con sede en Chicago, alardea que alrededor de 30 consagradas instituciones del mundo abrevan de sus doctas evaluaciones. Se define como "organización independiente que utiliza fuentes abiertas de inteligencia para proveer servicios de análisis de conflicto en el contexto de las relaciones internacionales", y su abordaje se basa en los "poderes e intereses involucrados, dejando los juicios morales al lector".

ESTE ABORDAJE ES muy atractivo porque esteriliza el análisis de neofundamentalismos y travestismos "morales", muy peligrosos cuando son proferidos sin mesura desde la inmoralidad inherente a sus actores (v. gr. en México, la "renovación moral (sic)" de Miguel de la Madrid Hurtado, su lema de campaña, que degeneró en las inmundas redes de narcopederastia de Cancún solapadas por el salinismo-zedillismo-foxismo).

UNA CRITICA DE algunos círculos sectarios versa sobre la abundancia de autores israelíes de la escuela "realista", que no es un defecto sino, al contrario, una riqueza frente al despliegue de "poder" de sus correligionarios straussianos que dominan la Casa Blanca y el Pentágono, y con quienes a menudo colisionan. Además, descuellan en su seno profesores acreditados de India, Turquía, Rusia, Francia y el noreste asiático, por lo que otra crítica revela que su mayoría han sido becarios de instituciones de Estados Unidos, pero hay que reconocer que no se detecta que hayan sido intoxicados sin redención (el caso de los neoliberales del ITAM y el CIDE transformados en apátridas empleados de las trasnacionales de Texas y Florida).

EN MEDIO DE la cacofonía totalitaria de los multimedia controlados por las trasnacionales de la globalización financiera, PINR navega a contracorriente de las vulgares opiniones en boga (v. gr. las mentiras de destrucción masiva del bushismo-blairismo), pero va en el sentido correcto de las corrientes históricas braudelianas. Destaca el geopolitólogo Federico Bordonaro (de la escuela del "nuevo realismo" francés de François Thual y Aymeric Chauprade), quien acaba de asombrar con un excelente análisis sobre el retorno de la cultura "soberanista" en Francia, que ya repercute en la geopolítica de toda Europa (3 de junio).

TALES ANTECEDENTES SON esenciales para entender los alcances de un lúcido análisis de sus principales pensadores, Michael A. Weinstein y Yevgeny Bendersky ("El realineamiento mundial que viene", 20 de junio), que adopta la estructura del "orden hexapolar" que había avanzado Bajo la Lupa (el cual formulamos hace dos años en un foro internacional auspiciado por el Partido del Trabajo, de México).

PINR NO HABLA explícitamente de nuestro "orden hexapolar", pero enuncia a los seis "actuales centros de poder": los "centros de restauración que incluyen Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y los centros ascendentes de poder, China, India y Brasil". No cita a Japón, con el que pierden la cabeza los sesgados analistas anglosajones.

LA DERROTA MILITAR de la dupla Bush-Blair en Irak, que PINR suaviza como los "límites de la intervención de Estados Unidos", cristalizó la "configuración multipolar multifacial" de la política mundial: "el escenario de un poder estadunidense dominando cada región del mundo, una construcción ideológica, estaba destinado a ser contradicho por el ascenso de centros de poder regionales". Divide su evaluación del "futuro geopolítico" en corto plazo (cinco años), mediano (de cinco a 10 años) y largo (de 10 a 20 años). ¿Aceptarán las civilizaciones milenarias de India y China la cosmogonía americanocentrista de apresuramiento del tiempo y embotellamiento del espacio?

AUGURA PARA EL corto plazo un periodo de "paz relativa" y de "alineamiento estable" en que "ningún (sic) gran poder tiene interés en emprender iniciativas militares mayores". Son tiempos de "reagrupamiento y atrincheramiento para algunos" (es obvio que se refiere al bushismo unilateral), mientras "otros tratan de acelerar su ascenso mediante su crecimiento económico sostenido y la mejora de sus capacidades militares" (China, India y Rusia y Brasil).

ESTADOS UNIDOS QUEDO al desnudo con su geoestrategia militar, y desde su "vacío político", Condi Rice ha empezado a "forjar una clásica estrategia de equilibrio dependiente de alianzas con aliados regionales contra adversarios potenciales o percibidos". Estados Unidos sigue siendo una "potencia mundial con alcances globales", pero ha cesado de "nutrir la ilusión de actuar solo". No balbucea una sola palabra sobre el marasmo financiero de Estados Unidos que acelerará su decadencia irreversible. A propósito, el británico Eric Hobsbawm, quizá el óptimo historiador viviente del mundo (y no Francis Fukuyama, la chatarra degradada importada por el dispendioso IFE y su cohorte de parásitos consejeros, quienes no están actualizados), quien demuestra cómo el "mundo de supremacistas neoconservadores de Estados Unidos fracasará", después de fustigar que la "megalomanía de Estados Unidos está enraizada en las certezas de las colonias puritanas" (The Guardian, 25 de junio).

A JUICIO DE PINR, los "principales objetivos" de la actual política de "Washington incluyen su alianza con Tokio para contener a Pekín" (la tienen perdida), la "restauración de sus influencia en Suramérica frente a la resistencia de Brasilia" (con razón le han tupido a Lula), "estabilizar (sic) a Irak y Afganistán" (no le queda más que el recurso a la balcanización, donde pudiera emerger el nuevo Baluchistán entre los escombros de Pakistán, que quizá sea sacrificado a India), "estimular mayores movimientos proccidentales (sic) en la periferia inmediata de Rusia" (ya lo están haciendo mediante el megaespeculador George Soros, pero cuya consecuencia pudiera acelerar la alianza sino-rusa y, peor, el rearme de Moscú), y la "alianza con los estados periféricos de la UE para contrarrestar al núcleo franco-alemán" (con el concurso de la balcanización financiera de Blair; los cándidos países de Europa central harían bien en estudiar cómo la dupla anglosajona ha maltratado durante más de tres siglos a su 'periferia cercana' de Latinoamérica para darse cuenta de su espejismo geopolítico de 'salvación' de la mano de Estados Unidos y Gran Bretaña). Según PINR, "ninguno de estos objetivos depende para su realización de mayores intervenciones militares". Aquí se equivocan, porque ni Rusia ni China ni el núcleo franco-alemán se van a quedar con los brazos cruzados. Además, falta ver cómo va a quedar Estados Unidos después de su derrumbe financiero: basta leer al lúcido Paul Volcker, que en su entrevista a El País (19 de junio) repite sus asertos vertidos a The Washington Post (¿para levantarle el ánimo a los europeos?).

LA GEOESTRATEGIA DE la UE se basó en el "poder económico y cultural" y "llegó a su límite de integración y expansión hacia el este". Queda en la palestra el "futuro del estado de bienestar social" y la UE deberá repensarse como un "bloque de poder que contrarreste a Estados Unidos y adquiera mayor influencia en su negociación con China". Viene un aserto nodal: los "ajustes" en su consolidación y expansión no significan su declive como centro de poder, pero inhiben cualquier temeraria y potencialmente desestabilizadora iniciativa, que le concede ventajas a Washington y le quita presiones a Moscú".

EL ABORDAJE SOBRE India es muy sucinto y aduce que emprende una "estrategia dual de distensión y militarización". A nuestro juicio, India juega en forma muy inteligente y compleja, y se ha vuelto el pivote de la multipolaridad, donde concurren los intereses de varios jugadores (Rusia, China, Estados Unidos, la UE y, en menor grado, Japón, Irán e Israel), lo cual amerita un análisis multidimensional.

LO MAS SORPRENDENTE es que considera a Brasil -que experimenta novedosas políticas industriales, farmacéuticas y de software- como el "más dinámico de los centros regionales de poder: se ha envalentonado por el ascenso de gobiernos de centro izquierda en el Cono Sur que no se doblegan al modelo neoliberal de Washington".

LA RUSOFOBIA ES inherente al americanocentrismo y PINR no se escapa del estigma al dedicarle sus peores párrafos: "carece de recursos para una política exterior proactiva (sic), Rusia es la más comprometida de los centros regionales de poder y en el corto plazo es la que amenaza (sic) más la estabilidad global si su clase política toma una postura más desafiante conforme crecen sus derrotas geopolíticas". Las fobias suelen conducir a crasos errores de juicio; la única potencia militar a la par de Estados Unidos es Rusia, orillada por el irredentismo bushiano y la perfidia blairiana a responder a la balcanización de su periferia y a los planes de desintegración interna, promovidos por la dupla anglosajona. Por lo menos, PINR define correctamente que el centro de la batalla militar en los próximos cinco años será alrededor y adentro de Rusia.

CHINA, "DESPUES DE un plan geoestratégico de 20 años de una economía orientada a la exportación, así como de desarrollo y renovación militar", se considera un "poder ascendente que necesita tiempo para realizar su potencial como fuerza dominante en el este asiático", por lo que no tomará "ninguna acción militar precipitada que amenace sus mercados de exportación o invite a Estados Unidos a la intervención" (la que tampoco desea ni puede realizar Estados Unidos, al riesgo de costos enormes: financieros y militares). En el largo plazo, ambos se encuentran en el trayecto de la colisión.

INSISTIMOS: A VER cómo queda Estados Unidos después de la oficialización de su derrota militar en Irak y su derrumbe financiero con el desplome del dólar. Porque las batallas, solía esclarecer Sun Tsu en el siglo V a.C., es mejor ganarlas antes de ser libradas, y en este sentido, todo (en tiempo, espacio y persona) concurre contra Estados Unidos, una potencia depredadora y misántropa, que tendrá que reformarse y ser rehabilitada para reingresar al concierto de las naciones civilizadas del planeta, donde irrumpió como vulgar vaquero texano repleto de armas nucleares para imponer por la vía militar su globalización financiera feudal.

 
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