Usted está aquí: miércoles 22 de junio de 2005 Política BAJO LA LUPA

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife Rahme

¿Demolición controlada de las Torres Gemelas y complot de Estado?

Morgan O. Reynolds, quien lanzó la bomba

NO LE HUBIERAMOS hecho caso si no hubiese sido publicado por The Washington Times (8 de junio de 2005), propiedad del reverendo sudcoreano Sun Myung Moon (a su vez, controlado por Daddy Bush) y uno de los rotativos predilectos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) para su diversión difusiva. En dicho medio el mensajero Morgan O. Reynolds, anterior jefe de economistas del Departamento del Trabajo en la primera administración de Baby Bush y anterior director del Centro de Justicia Criminal del Centro de Análisis de Política Nacional (NPCA, por sus siglas en inglés), con sede en Dallas, acaba de lanzar el equivalente a una bomba nuclear: desecha como "falsa" la versión oficial bushiana sobre el colapso de las Torres Gemelas (y su anexo, la otra Torre Siete); sugirió que se trató de un "ataque del gobierno contra Estados Unidos". La estrujante noticia proviene de una nota corta de la mesa especial de UPI (15 de junio de 2005), y nada extrañamente ha sido ignorada por los multimedia que controla el establishment. Reynolds no cree en absoluto que "19 terroristas árabes hayan sido más zorros que el ejército estadunidense". No dice que de los 19 citados por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), a los pocos días de los atentados, seis de ellos, más vivos que nunca (desde Marruecos hasta Arabia Saudita), hayan protestado airadamente porque no se encontraban "muertos" (sic), lo que no era "políticamente correcto" difundir en los multimedia que creyeron a pie juntillas la sarta de mentiras bushianas y blairianas.

LA ACUSACION DE Reynolds, quien denunció "complot de Estado", es tremenda: "si los tres rascacielos de acero del World Trade Center (WTC) se desplomaron por una demolición controlada (sic), entonces la hipótesis de una conspiración interna y de un atentado del gobierno contra el pueblo estadunidense sería incontestable", y concluye que "es imposible negar un debate científico sobre las causas reales del desplome de las Torres Gemelas y el anexo siete. La tesis oficial es contradictoria. Sólo una demolición profesional y controlada (sic) de los tres edificios puede explicar todos los elementos aportados a la investigación". Como clavo final al féretro de la tesis bushiana, agregó que los expertos en explosivos y en edificios fueron sistemáticamente alejados e intimidados durante todo el periodo de la investigación conducida por la Comisión Kean del gobierno.

COINCIDENTEMENTE, UNO DE los principales beneficiarios, para no decir operarios, del montaje hollywoodense del 11 de septiembre, Maurice "Hank" (sic) Greenberg, anterior mandamás de la reaseguradota mafiosa AIG, está siendo perseguido sin piedad por el fiscal de Manhattan, Eliot Spitzer. Para botana: el salinista Pedro Aspe fue miembro del consejo de administración de la reaseguradora criminal AIG. Cabe recordar que Aspe fue el causante del mayor desastre financiero de la historia de México y hoy se ostenta como entreguista oficial del petróleo mexicano a las trasnacionales texanas, en contubernio con el venezolano Andrés Rozental Gutman, medio hermano de Jorge G. Castañeda Gutman y cuñado del argentino Andrés Holzer, dueño del edifico Omega de paseo de la Reforma, vinculado con el Irán-contras, y quien apadrina al candidato presidencial del hankismo tropical.

SOBRE EL EDIFICIO "anexo número siete" del WTC, los dilectos lectores de Bajo la Lupa no se asombrarán que vuelva a salir a la palestra, ya que fueron alertados sobre sus turbios manejos financieros tras bambalinas (26 de septiembre, 3 de octubre y 22 de diciembre de 2004). Sea verdadera o falsa la versión oficial bushiana -a estas alturas es irrelevante, porque ya se echó a caminar la maquinaria bélica unilateral-, lo que llama la atención es que el anexo siete "no haya sido golpeado por ningún avión y solamente hayan ocurrido incendios menores en el séptimo y doceavo pisos del total de 42" (Big News, 13 de junio de 2005). Ojalá los científicos verdaderos, no los sometidos al mendaz régimen bushiano tan contumaz, eluciden las dudas de los asépticos escépticos sobre los "agujeros negros" del atentado del 11 de septiembre, que transformó la faz geoestratégica del planeta.

REYNOLDS, CONECTADO A sectores influyentes texanos, no es un pelagatos: académico emérito en economía de la Universidad A&M de Texas -con doctorado en economía por la Universidad de Wisconsin, prolífico autor de publicaciones eruditas y anterior profesor visitante del Comité Económico Conjunto del Congreso-, miembro destacado de la Sociedad del Monte Peregrino y del Instituto CATO, dos bastiones del ultraneoliberalismo, y fanático seguidor del economista austriaco Ludwig Von Mises. Suena curioso que los segmentos radicales del neoliberalismo rompan lanzas contra Baby Bush, cuando la reguladora bursátil de Nueva York (SEC, por sus siglas en inglés) ha empezado la fumigación del establo de Augias de varias empresas vinculadas con la globalización cleptoplutocrática, un verdadero neofeudalismo financiero. ¿Está a punto de operar un viraje económico el gobierno bushiano hacia el neoproteccionismo, que ha exasperado a los segmentos de la cleptoplutocracia neoliberal, que han enviado a un peso pesado académico a poner en la picota el montaje hollywoodense del 11 de septiembre?

EN MEDIO DEL desmoronamiento de la popularidad artificial de Baby Bush, es nuestra hipótesis que si no fuese una "filtración controlada" por la misma familia Bush, entonces Morgan O. Reynolds ya compró boleto para el cementerio más cercano a su hogar, a menos que sea el emisario de un grupo poderoso del establishment en el Texas donde habrían empezado a brotar las escisiones profundas cuando el Titanic financiero acentuó su hundimiento.

LOS LECTORES DE Bajo la Lupa no se asombrarán de la temeraria teoría de Reynolds, puesto que siempre ha sido nuestra hipótesis operativa que se trató de un montaje hollywoodense, diseñado para cándidos, carentes de sindéresis y adictos al unilateralismo del oligopolio mediático. ¿Daddy Bush le da el pase de guardia desde ahora a Hillary Clinton para preparar en ulteriores y mejores circunstancias el ascenso presidencial de su hijo Jeb? Por cierto, la graciosa Bárbara (dicho sea con respeto), esposa del ex director de la CIA y madre de todas las batallas de la dinastía Bush, acaba de adoptar como "hijo" (¡súper sic!) a William Jefferson Clinton. Hay que recordar que durante el juicio del entonces presidente Clinton por el escándalo de Mónica Lewinsky, Bárbara, la madre de todas las batallas, se pronunció contra su defenestración. En las filas del senador perdedor John Forbes Kerry corrió la versión de que los clintonianos del Partido Demócrata se esfumaron en las últimas semanas para permitir la relección de Baby Bush. Favores con favores se pagan. Inclusive, el carismático Clinton programó una operación cardiovascular en el paroxismo de la campaña para no comprometerse demasiado con Kerry. Así, no es de extrañar que exista gran química entre Daddy Bush y Clinton, quienes viajan juntos de arriba para abajo, lo cual fue notorio durante el periplo asiático para ayudar a las víctimas del tsunami.

SI A NIVEL macroeconómico no se puede soslayar el contexto de la fase terminal del sistema financiero de la globalización y la grave crisis de los ominosos hedge funds (los "fondos de cobertura de riesgos"), en el ámbito de la política doméstica Baby Bush no ha podido colocar al tóxico John Bolton como embajador en la ONU y ha sido frenado por los aguerridos demócratas en dos ocasiones (The Washington Post, 20 de junio de 2005).

HAY PLETORICAS FISURAS : desde la desacralización del Corán en los mingitorios a cargo de la petrolera Halliburton en la cárcel de Guantánamo, que divulgó The Washington Post y fue obligado a desmentir, hasta la confesión inesperada de Garganta Profunda, el entonces segundo de a bordo de la FBI en la etapa nixoniana y quien pasó su información a la dupla Bernstein-Woodward, del Washington Post (¿represalia vengativa del establishment?). ¿Habrá otras gargantas profundas en fila, dispuestas a revelar lo impronunciable de la dinastía Bush?

LAS FISURAS SE notaron hace unos dos meses, cuando se insinuó la intimidad camaral de Baby Bush con un periodista que además proveía servicios sexuales (sic) a los visitantes muy especiales a la Casa Blanca, y el fétido escándalo del Gannongate (Daily Kos, 23 de febrero de 2005, y The Nashua Advocate, 25 de abril de 2005). En este tenor, un grupo bipartidista de cuatro miembros de la Cámara de Representantes, entre ellos dos iconoclastas, Ron Paul (republicano de Texas) y Dennis Kucinich (demócrata de Ohio), presentó un proyecto de resolución para el retiro del ejército estadunidense de Irak. Como si lo anterior fuera poco, 38 republicanos se aliaron a los demócratas para suavizar el Acta Patriótica. Además, el influyente senador Chuck Hagel (republicano de Nebraska) arremetió contra el manejo de la cárcel de Guantánamo.

DESPUES DE SU impactante reporte sobre el presunto fraude electoral en Ohio, el representante John Conyers (demócrata de Michigan) inició audiencias en el seno de su partido sobre la filtración del memorándum de Downing Street (sede del primer ministro), el cual desnuda que Bush había decidido emprender la guerra contra Irak con bastante antelación, pese a lo endeble de las pruebas. El asunto del memo de Downing Street puede crecer y ser motivo de defenestración. En dado caso, ¿quién será defenestrado antes, Bush o Cheney? ¿O ambos? ¿Por qué cuatro años más tarde empiezan a salir a la luz pública las dudas, para decir lo menos, sobre la demolición estructural de las Torres Gemelas y el anexo siete (que también se evaporó sin el choque de los aviones)? Como hubiera acotado el insigne comunicólogo canadiense Marshall McLuhan, no solamente el medio en esta ocasión es el prestigiado mensajero (independientemente que se esté o no de acuerdo con sus ideas peregrinas), sino también el contexto coyuntural con dedicatoria define el contenido de la asombrosa noticia.

 
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