Reivindican el derecho a desobedecer las intolerancias
Irrespetuoso comienzo de la Semana de las Mujeres Barbudas
De pelos y vellísimas lucieron una veintena de narradoras, poetas, periodistas, académicas, fotógrafas y artistas visuales durante la inauguración de la muy anunciada Inquietante e Internacional Se- mana de las Mujeres Barbudas, en la Casa Refugio Citlaltépetl. (La Jornada, 12/05/2005).
Estamos aquí, leyó la escritora Cristina Rivera Garza, en nombre de todas las barbonas y bigotonas, quienes cayeron en esa (des) gracia por desobedecer a sus padres y a todo tipo de intolerancia, y enlistó:
"Para mirarnos con asombro, para cruzar definiciones de género como quien cruza la calle, para echar relajo, para celebrar cierta masculinidad propia (y cierta ajena), para ser monstruosas (o para dejar de serlo), para preguntarnos ¿qué es ser hombre?, ¿qué es ser mujer?, ¿qué es ser otro?, para desidentificarnos, para mesarnos la (ergo) barba, para desobedecer, para dar la cara, para hacer una travesura, para ser tu espejo empañado, para pasarla bien."
Al sol lánguido de la tarde sabatina algunas de las desobedientes mujeres mostraron sin pudor sus piochas ante la discreta mirada de escándalo de los transeúntes de la colonia Condesa, como la dramaturga Bárbara Colio, quien en su nombre lleva la fama y a quien le informaban sin que les preguntara:
-Las mujeres vestidas de hombre se fueron por allá -señalándole la Casa Refugio.
-Pero si no estamos vestidas de hombre -les aclaraba la escritora bajacaliforniana acariciándose los pelos de la barba, pero envuelta en zapatillas y mallas beige y un vestidito negro.
Con su respuesta Bárba-ra, sincera al reconocer que nunca había logrado atraer tantas miradas como ese sábado, daba pie a un improbable debate sobre la gran diferencia entre lo que se ve y lo que se dice, o un análisis semiótico acerca de la validez relativa del famoso dicho: lo que se ve no se juzga.
Entre las bellas, velludas, velluditas también estaban Myriam Moscona, Francesca Gargallo, Mónica Nepote, Mónica Mayer, Carla Faesler y muchas más, todas respetables por irrespetuosas.
Pubis en la cara
Luego de una barbera y antioficial inauguración, todos los asistentes, velludos y lampiños, se desparramaron por los saloncitos de la casa refugio para ver a las peludas creadoras fotografiadas por Mariano Aparicio e Yvonne Venegas.
También pudieron apreciar las bárbaras intervenciones fotográficas (con barbas digitales) de Amaranta Caballero Prado y dos videos (en la semana proyectarán otros) de Adolfo Estrada, Maggie Valencia-Triana, Alpha Elena Escobedo, Xóchitl Zepeda-Blouin. En la espalda de una barbuda videograbada se leía: no tengo un pelo de tonta.
En el patio trasero de la casa también pudo verse una escena de una rasurada farsa melodramática -aunque el protagonista era una mujer barbuda de nombre Mauricio- de la obra Plagio de palabras. Debe reconocerse que el dilema del drama sí puso los pelos de punta (y las barbas a remojar) en su clasisismo: gay o no gay, esa es la cuestión.
Pegadas en las paredes, en carpetas se colocaron textos fotocopiados de varias creadoras peludas, para que fueran tomados por quien quisiera. En uno de ellos, titulado Inocencias barbadas, Ana Clavel bordaba sobre poblados pubis femeninos afeitados.
En otro, llamado La isla de las Mujeres Barbadas, Cristina Peri Rossi escribe en las primeras líneas:
"En el continente de la Utopía, rodeada de mares (el Mar de la Melancolía, el Mar de Leche, el Mar de la Menopausia y el Mar de Espejo), se alza la isla de las Mujeres Barbadas, aquellas a quienes el vello del pubis se les subió a la cara por su facultad de amar a otras mujeres."
¿Señora, por qué trae barba?
Mónica Mayer también puso sus fotocopias, tituladas La travesti involuntaria, donde cuenta que, aunque le encanta ser mujer, suelen confundirla con hombre.
Los debates en su familia sobre el leninista qué hacer se acabaron cuando la invitaron a participar en la muy espectacular Inquietante e Internacional Semana de las Mujeres Barbudas.
"¡Ponerme la barba fue increíble! Primero noté cuán desnudo había estado mi rostro. Después observé que me gustaba acariciar mi propia barba. Por último comprendí que no me molestaba disfrazarme de hombre, sino ser travesti involuntaria. Ahora me dicen: '¿Señora, por qué trae barba?'"
Contra el mito
En dos cuartillas firmadas por Sayak/Margarita Valencia Triana, fechadas en Madrid, tituladas Welcome to Hairy Tales y colocadas junto a uno de los videos, se advierte:
"Cuidado: Esto es una irrupción táctica contra los mitos criptoreligiosos que acompañan a la idea de cuerpo y género.
"Precaución: No somos drags vaciadas de contenido, ni fashionistas extremas. No somos kitsch-optimistas, ni exhibicionistas vulgares. Somos lúdico-práctico-críticas."
El material expuesto en esta irrupción táctica podrá apreciarse toda la semana en la Casa Refugio Citlaltépetl. El día 23, los Jueves literarios se asociarán a la semana barbuda. A la lectura podrán asistir todo tipo de hombres, mujeres y demás seres humanos con pelos en la cara. Un lugar virtual para saber más sobre este cruce de definiciones de género es: www.unblogpropio.blogspot.com.