Analistas también responsabilizan a la especulación
Casi la mitad del precio del crudo, a causa de la ''prima del miedo''
Montreal, 19 de junio. La semana pasada el barril de crudo volvió a rozar los 60 dólares y según analistas hay evidencias de que cerca de la mitad de ese precio se debe a la ''prima del miedo'' o quizá sea producto de la especulación de los negociantes.
Dos hipótesis -la especulación y la ''prima del miedo''- tratan de explicar los altos precios del petróleo en un mercado donde, muchos afirman, la demanda alcanzó un pico y la oferta es lo suficientemente amplia como para hacer bajar los precios.
La economista Andy Xie -de Morgan Stanley Hong Kong-, favorece la hipótesis de la especulación y estima que las importaciones de China, país que impulsó la demanda petrolera en los últimos dos años, bajaron 1.2 por ciento en los primeros cinco meses de 2005.
Al mismo tiempo, los inventarios estadunidenses subieron 6.4 por ciento en el primer trimestre, pero a pesar de esta baja en la demanda los precios del crudo fueron 50 por ciento más elevados en el primer trimestre de 2005 respecto al mismo periodo de 2004.
Para los primeros cinco meses el petróleo se cotizó a un precio 46 por ciento superior, en cifras anuales, lo cual -según Xie- sólo se explica por la fuerte especulación de los negociantes, y agrega que esto seguirá hasta que el mercado colapse, un día ya cercano.
El economista canadiense Vincent Lauerman, analista del mercado petrolero global del Instituto Canadiense de Investigaciones en Energéticos (CERI), coincide en que los precios del crudo no reflejan la relación entre oferta y demanda mundial.
Desde hace varios años, con el aumento de la tensión geopolítica en Medio Oriente, Lauerman vigila lo que define como ''la prima del miedo'', una ''prima de riesgo'' definida por temores o incertidumbres geopolíticas.
Usando todas las informaciones del mercado, dice Lauerman en el último número de CERI Energy Insight, el análisis indica que el actual precio del crudo en el mercado mundial está significativamente por encima de lo que garantiza la oferta y la demanda.
Esta diferencia es atribuible, según el análisis, a una serie de factores que crearon el elemento adicional al precio, lo que CERI llama ''la prima del miedo'', que en el primer trimestre de 2005 fue de 20.65 dólares por barril (WTI) cuando se vendía a un promedio de 50 dólares.
Esta prima fue de 11 dólares el barril en 2004, según Lauerman, cuando en 2003 sólo representó 0.40 centavos por barril. La evolución, según el modelo de Lauerman, muestra que esa ''prima del miedo'' tuvo variaciones importantes.
En el primer trimestre de 2004, cuando el precio promedio del WTI fue algo superior a los 35 dólares por barril, la ''prima del miedo'' fue de 1.26 dólares por barril.
En el segundo trimestre el precio del crudo se acercó a los 40 dólares por barril y la prima subió a 8.71 dólares; en el tercero el precio aumentó a cerca de 45 dólares y la prima subió a 16.10 dólares.
En el último trimestre de 2004 -cuando el barril se acercó a los 50 dólares-, la prima llegó a 17.75 dólares por barril.
Descontando el factor de esta prima, o basando el precio en la relación entre la oferta, la demanda y los inventarios, en realidad el valor promedio del barril fue de unos 30 dólares para todo 2004, según Lauerman.
En la hipótesis de la especulación, Xie afirma que el ciclo económico, incluyendo el de la demanda de petróleo, ya llegó al tope, y hasta el momento sólo se ha notado una desaceleración modesta.
Agrega que con los precios del petróleo en los últimos 18 meses ya se notan las inversiones en combustibles alternativos, como el gas natural y el petróleo sintético de las arenas bituminosas, sin hablar del renacimiento de la industria nuclear para generar electricidad.
La demanda, según Xie, también responde a los altos precios, como se ve en la popularidad de los autos híbridos y en las políticas de aumentar la eficiencia de los motores de combustión, algo que China adoptó, y en las medidas de conservación en las empresas.
Por todo esto (ciclo completado, demanda decreciente y aumento de combustibles alternativos y apreciación del dólar estadunidense en los últimos meses), los precios del crudo deberían bajar y no seguir desafiando la ley de la gravedad.
Para esta economista el problema se sitúa en que ''un gran número de instituciones financieras, con el fin de obtener ganancias, han devenido dependientes del negocio con las materias primas, con el petróleo en especial''. En otras palabras, están especulando.
''El sistema financiero sufre un exceso de capitalización. Hay mucha presión para aumentar las ganancias. El petróleo se ha convertido en la más importante fuente de ganancias y como les ha funcionado, la comunidad financiera sigue aferrada a esa posición'', agregó.