Usted está aquí: viernes 10 de junio de 2005 Sociedad y Justicia Hallan empleo en la feria del Inapam casi 2 mil 600 ancianos

Los salarios ofrecidos, entre 2 mil y 3 mil 500 pesos

Hallan empleo en la feria del Inapam casi 2 mil 600 ancianos

ALMA E. MUÑOZ

Casi 2 mil 600 personas mayores de 60 años aseguraron un puesto de trabajo con ingreso mensual promedio de entre 2 mil y 3 mil 500 pesos, durante la tercera Feria Nacional de Empleo organizada por el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam).

En ese encuentro se ofrecieron a más de 7 mil 600 solicitantes 4 mil plazas de sueldo base y 6 mil de comisión, la mayoría para ayudantes, puestos de limpieza o cerillos en centros comerciales.

El director del organismo, Pedro Borda, reconoció que es poco lo que se ofrece a los ancianos pero, dijo, nos enfrentamos a varias limitantes, entre ellas las leyes del IMSS e ISSSTE, que impiden a los jubilados emplearse para conservar su ingreso mensual.

A los estands de los empleadores instalados en un salón del World Trade Center se presentaron lo mismo profesionistas, personas sin educación formal y gente menor a los 60 años en busca de una oportunidad para conseguir trabajo. Algunos, tras meses o años sin empleo, respondían a la pregunta de cuánto quiere ganar: "lo que venga es bueno", como ocurrió con Carlos Valencia, mecánico matricero desempleado y sin equipo propio como para iniciar un negocio por sí mismo.

Otros, como Raquel Joya Flores, de 66 años, con oficio de cigarrera, mesera y demostradora, acudió en busca de una oportunidad, luego de que falleció su marido, en julio de 2004, durante un percance cuando manejaba el coche de la compañía para la cual trabajaba.

Sin indemnización de por medio, con un pleito en la Junta de Conciliación y Arbitraje para ver si le corresponde alguna indemnización, hoy tiene, además, la responsabilidad de ayudar a su nieto para que siga estudiando en la Universidad de Chapingo.

En entrevista, el titular del Inapam subrayó que la feria se efectúa cada año para ayudar a los "más fregados" y no a los profesionistas. Aquellos que, de acuerdo con los análisis de la institución, presentan severas desventajas sociales y económicas como para llevar una vida digna. Inclusive, se mencionó en septiembre pasado, "no están en capacidad de realizar actividades productivas adecuadamente remuneradas -la tasa de analfabetismo de los adultos mayores es de 30.1 por ciento- y, por tanto, dependen de los sistemas de seguridad formales o de la ayuda de familiares y/o amigos".

Para dar contexto a la problemática que enfrentan los ancianos en su objetivo de incorporarse a la población económicamente activa, Borda recordó los resultados de la reciente Encuesta Nacional de Discriminación, aplicada por la Secretaría de Desarrollo Social: nueve de cada 10 personas adultas mayores consideró que son rechazadas para obtener puestos de trabajo por su edad; tres de cada cuatro siente que tienen pocas o nulas posibilidades de mejorar sus condiciones de vida, y poco más de la mitad dice tener menor libertad que el resto de los miembros de su familia.

De los 8.5 millones de ancianos que hay a escala nacional, 75 por ciento carece de seguridad social, y se calcula que sólo 30 por ciento está productivamente activo, la mayoría en el sector informal. El resto no cuenta con buena salud, mientras 50 por ciento del total no recibe ingresos o son inferiores a un salario mínimo.

 
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