Busca incorporar a menores que no son acogidos por los programas tradicionales
Impulsa el DIF plan de adopción temporal
Sólo 20% de internos en albergues de la institución son prohijados de manera definitiva
El DIF promueve desde abril pasado la figura de ''acogimiento'' para integrar a niños que por diversas circunstancias no han sido adoptados.
Se trata de incorporar a los menores -especialmente los mayores de tres años, discapacitados o con antecedentes de padres seropositivos, alcohólicos o incapacitados mentalmente, a los cuales la institución considera discriminados- en grupos familiares por un lapso de un mes, un trimestre o un semestre, según el contrato entre las partes, sin que los menores pierdan la custodia del Estado.
A diferencia de la adopción, en este caso se flexibilizan los requisitos y se prescinde, por ejemplo, de la aplicación de exámenes toxicológicos o de enfermedades para los solicitantes, y los tiempos del proceso se reducen a dos meses en promedio, cuando en el otro caso se requieren alrededor de dos años.
Yolanda García, asesora de la subdirección general de Asistencia e Integración Social del DIF, explicó en entrevista que esta medida se fundamenta en la Convención de La Haya, que marca un principio de subsidiariedad en el que se señala que a todo niño en desamparo deberá, primero, buscarse una familia adoptiva que pueda respaldar, resguardar y garantizar la protección de sus creencias, idiosincrasia, cultura y raíces.
El principio que predomina en la institución, aseguró, es que los infantes en esa circunstancia no deben estar en una institución sino que, para este caso, debe existir una relación nacida de un sentimiento filantrópico y solidario.
''Con esta figura queremos formalizar ese acogimiento que se ha dado a través de la informalidad. Todos sabemos sobre niños que nacieron y crecieron al seno de una familia a la cual no pertenecían y queremos apoyarnos en ese sentimiento para impulsar el desarrollo de los menores", señaló la especialista en la materia.
El DIF cuenta con el Programa de Incorporación de Menores en Situación de Desamparo, con tres vertientes: la reintegración familiar, la adopción y, ahora, el acogimiento. Para aplicarla se estudian las solicitudes de adopción que fueron rechazadas una vez que se determinó que quienes lo pretendían en realidad no quieren ser padres sino tienen deseos de apoyar a los infantes. Se les incluye entonces a una lista y se analizan a los pequeños -ubicados en las dos casas hogar, para varones y niñas, con que cuenta la institución- para encontrar al más idóneo e integrarlo a determinado núcleo familiar.
La figura, también conocida como ''de protección temporal'', es una posibilidad frente a la falta de cultura de adopción que se tiene en México. La estancia de un menor en una familia bajo esta modalidad dependerá de las necesidades y expectativas de los involucrados. Al principio se realiza, una vez aprobado el trámite, un plan de inclusión que puede ser mensual, trimestral o semestral para ver cómo se desarrolla la convivencia, bajo supervisiones constantes, y ello influye para ampliar o suspender la medida si se comprueba que cambiaron las circunstancias para mantener a un menor en determinado grupo.
En México, sólo 20 de cada cien menores atendidos en casas hogar del DIF o de organizaciones sociales pueden liberar su situación jurídica y ser sujetos de adopción. A nivel nacional hay 150 mil niños en dichos centros, quienes fueron abandonados, son huérfanos o tienen padres con problemas de alcoholismo, drogadicción, enfermedades mentales o sida.
De entre ellos, los que tienen más de tres años, problemas de discapacidad, enfermedades crónicas o presentan altos grados de desnutrición, fueron producto de incesto o violación, o sus progenitores son adictos o portadores del VIH, son discriminados para ser sujetos de adopción en el país.
Según información del DIF, entre 2001 y durante los primeros meses de 2005, la instancia recibió 8 mil 819 solicitudes de adopción y de éstas se concluyeron dos mil 945. De los menores que se encuentran en las casas hogar del DIF, 95 por ciento sufrieron maltrato en algún momento de su vida y de ellos, en promedio, 50 por ciento está en situación de desamparo y la otra mitad tiene algún vínculo familiar pero no necesariamente se hacen cargo de ellos, y a larga se quedan solos. El cinco por ciento restante del total fueron depositados en la institución, por disposición judicial, debido a que sus padres pelean su patria potestad.