NAVEGACIONES
Bolivia, agujero negro
El fracaso de Mesa
La difunta de Tanzozob
DIGANNOS, DEIDADES DE la masa continental, espíritus de la cordillera, advocaciones de la Pachamama, ¿qué va a ser de Bolivia? ¿Cómo saldrá ese país de su implosión en curso, de su derrumbe hacia sí mismo? ¿Cuánto falta para que nos toque a los otros la misma suerte? ¿Terminará algún día este huracán donde se centrifugan las formalidades democráticas, los designios transnacionales, las ambiciones oligárquicas y las aspiraciones populares?
TEMO QUE EL más reciente (y enésimo) fracaso de una presidencia boliviana es una derrota grave para la clase política que no conlleva, sin embargo, una victoria para nadie. Sospecho que las legítimas reivindicaciones de las comunidades sobre sus recursos naturales (agua, gas, petróleo) no construyen, por sí mismas, un proyecto de nación, sino que desembocan en un simple desencuentro nacional. Encuentro que las buenas intenciones iniciales del renunciante presidente Carlos Mesa se diluyeron, como terrón de azúcar en olla de agua hirviendo, en el caldero de demandas contrapuestas, encabalgadas y polarizadas de un país que no logra ponerse de acuerdo. Y se me viene a la mente un ejemplo simple de cómo las estrategias neoliberales han minado a nuestras naciones: nadie les preguntó a los bolivianos si les gustaba la privatización petrolera que emprendió, en su primer periodo presidencial (1993-1997), el babeante y perverso Gonzalo Goni Sánchez de Lozada. Miren nada más lo dicho al respecto por ese sujeto en la Cumbre de Desarrollo que se realizó en Copenhague en marzo de 1995: "La Ley de Capitalización refleja la idea de que el Estado no debe involucrarse en actividades productivas. Sin embargo, a diferencia de la privatización tradicional, nuestro modelo conduce a un aumento de la inversión y traslada la propiedad de 50 por ciento de las acciones de las empresas capitalizadas a todos los ciudadanos bolivianos y el otro 50 por ciento a los inversionistas privados que incorporan capital fresco, tecnología y administración moderna. Esta medida, además de mejorar los servicios, de generar más y mejores empleos, incorpora a los bolivianos a nuevos sistemas de seguridad social de largo plazo, basados en el ahorro propio (y) pretende dar a nuestra democracia representativa el carácter de una democracia participativa, pues con la presencia y movilización del pueblo organizado podremos derrotar la desintegración social, la pobreza, el desempleo, el deterioro ambiental y la dependencia" ¿Les recuerda algo?
http://www.un.org/documents/ga/conf166/gov/950312123855.htm
EN 2003, DESPUES de movilizaciones y represiones cruentas de diversos sectores, los bolivianos sacaron a Goni del Palacio Quemado, donde el señor realizaba un segundo ejercicio de desgobierno. Ahora los políticos bolivianos han descubierto que la mayoría de los ciudadanos está en favor de repetir lo hecho en 1971 por el asesinado Marcelo Quiroga Santa Cruz y renacionalizar los hidrocarburos, pero una medida semejante parece casi imposible en el entorno actual, en el que representaría la cancelación inmediata de la asistencia internacional que solventa buena parte de las necesidades del país andino.
Tras la caída de Goni, Carlos Mesa mostró alguna intención de enderezar el rumbo. Hace poco menos de un año convocó a la población a seguir el legado de Quiroga Santa Cruz: "Marcelo marcó un hito porque era un hombre valiente que siempre habló y actuó a cara descubierta, y no tuvo miedo a enfrentar su destino a pesar de los signos muy claros que vivió pocas semanas antes de su muerte", dijo Mesa, quien, por esas misas fechas, nombró ministra de Educación a María Soledad Quiroga Trigo, hija del homenajeado. A finales de mayo pasado, en el contexto de una huelga general del magisterio, la renuncia de esa funcionaria, quien es además una de las poetas más destacadas de la literatura boliviana contemporánea, marcó el principio del fin del intervalo mesiánico (por Mesa, no por el Mesías). En su carta de dimisión ejemplar, dijo: ''No es el tamaño de las dificultades a enfrentar lo que me lleva a adoptar la decisión de presentar a usted mi renuncia, sino el profundo distanciamiento que se viene produciendo entre los fines anunciados y los medios utilizados lo que me ha llevado a expresar mis diferencias, al punto de hacer insostenible mi permanencia en el gabinete".
http://166.114.28.115/20040718/politica/politica07.htm
http://www.avonvac.com/gisellegoni.html
http://www.wsws.org/es/articles/2003/oct2003/span-o24_prn.shtml
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/q/quiroga_marcelo.htm
http://166.114.28.115/20040718/politica/politica07.htm
http://www.un.org/documents/ga/conf166/gov/950312123855.htm
http://www.la-razon.com/versiones/20050607_005200/nota_249_177249.htm
http://www.opinion.com.bo/PortalNota.html?CodNot=81213&CodSec=5
http://www.boliviahoy.com/modules/news/article.php?storyid=9604
http://latino.msn.com/noticias/politica/efe/article2.armx
AHORA BOLIVIA HA vuelto a ser una dolorosa incertidumbre nacional, y no la única en el subcontinente. Aquí dejo unos links de medios bolivianos en línea para quienes deseen seguir el pulso de esa nación hermana:
http://www.lapatriaenlinea.com
http://bolivia.indymedia.org/es/trabajadores/
http://elpotosi.net/2005/0607/index.html
http://www.elalto.galeon.com/elalto.htm
SE VA ACUMULANDO, a manera de deuda externa de esta columna, una serie de mensajes de los lectores. Empiezo por consignar, casi completa y casi tal cual, la historia que nos envió, desde San Luis Potosí, Antolín Guerrero Márquez, a propósito de la difunta de Argaria, publicada aquí hace cosa de dos semanas: ''En 1997, en una comunidad de la etnia tének denominada La Brecha de Tanzozob, municipio de Aquismón, San Luis Potosí -tierra de progreso, bienestar, combate a la pobreza, seguro popular, premios estatales de periodismo de 50 mil pesos, requisa de ediciones de La Jornada San Luis y persecución de periodistas incómodos-, se vivió una tragedia que quedó en el silencio. En medio del silencio de la sierra, una madre murió después de que le nació la bebé número siete; la placenta no logró ser expulsada porque la indígena, desnutrida y fatigada, parió en lo que se le puede decir ''casa'', en el suelo (las indígenas paren de cuclillas, a ras de suelo, y muchos bebés murieron por asfixia al caerles encima la placenta), se desangró y dejó a siete niños huérfanos. Eso fue un domingo. El esposo, ya viudo, sin trabajo y al cuidado de cinco chamacos, la mayorcita casi de ocho años, se quedó con ellos solo. Sus dos primeros hijos, niños aún, habían emigrado al norte para conseguir dinero. Consiguió leche para darle biberón con auxilio de la hija ya mencionada mientras iba a buscar algo para comer.
"El viudo tenía que ir lejos de ahí (cinco kilómetros de vereda en la sierra, aproximadamente) a la clínica de IMSS, entonces llamado Solidaridad, para pagar con trabajo el derecho a la consulta; lo que acá se le conoce como fatiga o faena en contraprestación por el potencial servicio que pueden llegar a necesitar en la clínica. Ocho días después de la muerte de su esposa, el señor se levantó alrededor de las tres y media de la mañana, le habló a su hija para que avivara el fuego con la leña, calentara agua para su café y preparara el biberón para la bebé, pues ya le tocaba. Su niña, ahora en función de prematura mamá, cumplió con lo ordenado, en tanto su papá con la recién nacida se recostó en un sillón rustico con la bebé sobre su pecho. Cuando ya el café de la olla estaba preparado y la leche para la bebé, lista, la niña llamó a su papá sin conseguir respuesta, lo movió y no lo pudo despertar; corrió entre el monte a buscar a sus vecinos, quienes acudieron al llamado de la niña. Todo fue inútil: el señor había muerto con la bebé abrazada.
"Los indígenas tének le tienen pavor a los servicios de salud; acudir al hospital es sinónimo de muerte y prefieren morir antes que salir. A principios de este año el secretario de Salud, Fernando Toranzo Fernández, y algunos presidentes municipales de la Red de Municipios Saludables propusieron cárcel para las indígenas que parieran en su casa y a las que se les muriera el recién nacido -homicidio culposo-, pero en el hospital de Ciudad Valles, en septiembre de 2004, se murieron al menos 12 niños por contaminación (del área de) cuidados intensivos neonatales; se calcula que fueron 31 recién nacidos contaminados por Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa, una fotocopia al carbón de lo sucedido en Comitán, Chiapas, en 2003, y no pasó nada. Los servicios de salud tenían en cuenta bancaria alrededor de 60 millones de pesos sin ejercer, pero los hospitales y centros de salud no tenían ni siquiera alcohol para humedecer torundas; vaya, ni siquiera jeringas. Las indígenas siguen muriendo, sólo que ahora el factor de riesgo no son sus usos y costumbres, sino los servicios de salud. Gracias por compartir esta amargura."
La historia que nos ofrece Antolín ocurrió hace ocho años. En febrero pasado se realizó una "reunión histórica" entre varios empleados del gobernador y alcaldes de "municipios de muy alta marginación", el de Aquismón entre ellos, y "se comprometieron a unir esfuerzos y recursos para abatir rezagos y lograr el desarrollo integral de las más de 500 localidades donde persisten condiciones de pobreza". ¿Les suena conocido?
En Aquismón hay dos médicos por cada 10 mil habitantes, toda una fortuna si se le compara con Bolivia, en donde sólo hay 1.3, pero un horror en relación con los promedios de México (17), Estados Unidos (28) o Cuba (58). En el último de los links que siguen hallarán un episodio que retrata la indefensión de las mujeres tének.
http://www.e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/sanluispotosi/municipios/24003a.htm
http://www.slp.gob.mx/ver_municipio.cfm?id=aquismon
http://www.lumika.org/mexico/country_life/103.htm
http://www.sanluispotosi.gob.mx/ver_noticia.cfm?id=1086
http://www.scielosp.org/pdf/spm/v46n6/22565.pdf
http://www.uninet.edu/remi/2002/01/REMI0294.htm
http://www.smu.org.uy/gremiales/documentos/estadistica/numeromedicos.doc