Usted está aquí: jueves 9 de junio de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

El viejo desarrollo estabilizador y la renovación del cambio

Fox promueve la ''economía humanista''

TANTO LE GUSTO EL TÉRMINO que lo trae como juguete nuevo, aunque bien a bien no sepa de qué se trata ni dónde lleva las pilas.

APENAS EL MARTES descubrió que México tiene "una economía que yo diría que se define como desarrollo estabilizador", a pesar de que ese modelo se puso en práctica a mediados de los 50 y se desmoronó siete lustros atrás. Sin embargo, parece que alguien tuvo la cortesía de comentárselo y ayer intentó matizar: "hemos señalado que hoy estamos viviendo una nueva época de desarrollo estabilizador, y efectivamente conecta con una definición que se hizo de la tarea económica hace ya algunos años".

PREOCUPA QUE LA ECONOMIA mexicana esté en "una nueva época" del desarrollo estabilizador, un programa concebido tras la abrupta devaluación de 1954 (sabadazo de Gloria) en el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines, y promovido por Antonio Ortiz Mena desde que Adolfo López Mateos lo designó secretario de Hacienda y hasta que Luis Echeverría lo dejó fuera del gabinete, en diciembre de 1970.

NADA RARO SERIA QUE el presidente Fox creyera en su dicho, lo que de plano complica las cosas no sólo porque uno de los beneficios evidentes de esa etapa económica fue el destacado y sostenido crecimiento económico (lo que de ninguna manera empalma con el "cambio"), sino porque una de sus características fue mantener la inversión pública en niveles muy elevados y la economía prácticamente sellada ante la "influencia" del exterior.

EL BANCO DE MÉXICO resume así el desarrollo estabilizador: disciplina fiscal y monetaria; economía cerrada; alza fuerte y sostenida del PIB; crecimiento con base en la sustitución de importaciones; creciente inversión pública en infraestructura. Durante el periodo la inflación anual promedió 4.2 por ciento y la tasa de crecimiento (también como promedio anual) 6.7 por ciento, con alta generación de empleo. En 1964 se reportó el mayor incremento del PIB: 11.01 por ciento.

DE 1954 A 1970 EL PRODUCTO interno bruto real creció a un ritmo muy superior al de la población, lo cual hizo posible que también crecieran ininterrumpidamente y en términos reales el ingreso por habitante y los salarios reales, amén de que el tipo de cambio del peso frente al dólar se mantuvo en 12.50 unidades. Con la sustitución de importaciones, los empresarios mexicanos lograron que el gobierno frenara los flujos de inversión extranjera en los sectores productivos por ellos dominados, mientras la banca participaba decididamente en el desarrollo, mediante una agresiva política crediticia a favor de la industrialización.

POR ESOS AÑOS EL GOBIERNO incrementó sostenidamente la inversión pública y fortaleció la política de nacionalización de empresas y sectores productivos (ferrocarriles, electricidad, fertilizantes, azufreras, carreteras, presas, Metro, se funda el ISSSTE, la Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito; paralelamente, la "izquierda dentro de la Constitución", represión de ferrocarrileros, médicos, estudiantes, matanza en Tlatelolco, etcétera, etcétera).

EN SU ULTIMA CONVENCION bancaria como secretario de Hacienda (12 de marzo de 1970), Ortiz Mena resumía el desarrollo estabilizador: "el producto interno bruto real casi se duplicó, lo mismo que el per cápita a precios corrientes, resultado que debe atribuirse a una intensa dinámica en la mayor parte de los sectores productivos (dominados por el Estado); así, creció dos veces el de energía eléctrica (195 por ciento), una vez y media la construcción (147 por ciento), una vez un cuarto el del petróleo (125 por ciento) y se creó en el lapso más de otro tanto de lo que tenía México en industria en 1960 (119 por ciento); duplicó su contribución el comercio y casi lo logró el renglón de comunicaciones y transportes (91 por ciento). La agricultura y ganadería aumentaron 50 por ciento, más rápidamente que la población, que se elevó 40 por ciento; en cambio, la silvicultura y la pesca tuvieron un mínimo desarrollo de 25 y 20 por ciento, respectivamente, aunque la minería mejoró 35 por ciento".

ESE FUE, EN POCAS palabras, el "viejo" desarrollo estabilizador. Siete lustros después, el inquilino de Los Pinos da el banderazo de salida a "la nueva época, una economía humanista", que según él es "crecer como está creciendo nuestra economía a 4.4 por ciento el año pasado... ¿Para qué le andamos arriesgado con tesis dislocadas, con esperanzas inútiles de crecimientos efímeros de altas tasas, que al final terminan en lo que terminó ese diciembre de 1994?".

EL VOCERO PRESIDENCIAL Rubén Aguirre le hizo segunda: "... existe una serie de semejanzas con este modelo que imperó en los años 50 y 60, que fue parte fundamental para explicar los 40 años del milagro mexicano" (no más de 12, en realidad). Son nueve, versión del "cambio": estabilidad económica; confianza de los inversionistas; inversión sostenida extranjera y nacional; crecimiento sostenido, "moderado pero sostenido y en términos positivos"; bajas tasas de inflación; reducción de la pobreza extrema; mejora en la distribución del ingreso y en el poder adquisitivo del salario, "marginales, pero reales en términos de crecimiento positivo"; generación "de empleo y trabajo"; disciplina fiscal y bajas tasas de interés.

SI ENCUENTRA ALGUNA DIFERENCIA entre la "vieja" y la "nueva época", favor de notificarlo, aunque ya se adelantó el vocero: "se trata de no es exactamente el mismo, sino semejante al modelo que imperó en los 50, 60 con estas otras características que yo apuntaba; hay una condición histórica distinta, una nueva fase en el desarrollo del proceso globalizador que lo hacen distinto, pero también con algunos elementos semejantes, caracterizados por estos nueve puntos que ahora mencioné".

Las rebanadas del pastel:

¿QUÉ ES EL "CAMBIO"? FALDAS de Martita aparte, "decir que Dios les bendiga es un cambio chiquito, de lo que antes no se hacía" (adivinen quién lo dijo)... El dirigente panista, Manuel Espino, invita a su clientela: "nunca ha sido inmoral mentarle la madre a alguien que lo merece"... ¿Será Derbez, será Zedillo?: "el candidato de México (a la presidencia del BID) puede ser un mexicano (...) entre los que no se encuentra Francisco Gil Díaz" aclaró la Secretaría de Hacienda... Un solidario abrazo a Julio Hernández y su Marcha por el Periodismo Necesario

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