A diez años de su creación han sido muy pocos los jueces a quienes se ha sometido a proceso
El Consejo de la Judicatura, castillo de la pureza, afirma López Obrador
La comunidad evangélica pide su intervención para erigir un monumento a la Biblia
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, propuso ayer llevar a cabo una reforma al Poder Judicial, así como revisar la función del Consejo de la Judicatura, pues a diez años de que ese órgano de justicia comenzó a funcionar han sido muy pocos los jueces y funcionarios del ramo que han sido sometidos a proceso. ''Es decir, no han castigado a nadie de los integrantes de este poder, como si se tratara del castillo de la pureza''.
Durante su conferencia de prensa matutina señaló que dicha revisión es un planteamiento que debe hacer el mismo Poder Judicial, pues no tiene porqué haber injerencia del Ejecutivo.
López Obrador consideró sano que se ventilen estos asuntos, que la gente esté más pendiente sobre el funcionamiento de los poderes, pues durante mucho tiempo el poder de los poderes era el Ejecutivo, mientras que el Legislativo y el Judicial sólo eran como sus apéndices. ''Entonces, estamos dando lo primeros pasos para que haya normalidad política y que la división de poderes que establece la Constitución realmente se lleve a la práctica''.
Por otra parte, el mandatario capitalino dijo que hace falta una renovación tajante de la vida pública, destinada a acabar con el aparato burocrático oneroso y que permita liberar fondos para el desarrollo social y la construcción de obras públicas.
Por otra parte, confió en que una vez que deje el cargo de jefe de Gobierno no se le aplique ''la ley del hielo'', como han vaticinado sus adversarios, quienes consideran que cuando renuncie al gobierno lo van a silenciar. ''Nos van a esfumar; a la mejor sí, pero yo creo que ustedes nunca nos van a abandonar''.
Interrogado respecto al trabajo que realizará a la salida del gobierno, expresó que el contacto con la ciudadanía para promover el proyecto alternativo de nación será impulsado por la misma gente, como lo hizo contra el desafuero: ''Colocó pancartas, corrió la voz, se movilizó. Así va a ser nuestra campaña''.
Insistió en que no va a aceptar fondos de procedencia ilícita, ni dinero de grupos de intereses creados, y que se va a actuar siempre con apego a la legalidad.
Respecto a que sus guardias de seguridad personal, denominadas gacelas, han sido entrenadas en Israel, dijo que esto es parte de un convenio de colaboración que suscribió la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal con otros países, y se trata de cursos que se dan periódicamente para actualizar a ese personal.
Petición al jefe de Gobierno
En carta dirigida al jefe del gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, la comunidad evangélica de México solicitó su intervención ante la delegada en Cuauhtémoc, Virginia Jaramillo, para que autorice la colocación de un monumento a la Biblia, frente a la Iglesia Metodista, en la calle peatonal de Gante, en pleno Centro Histórico.
El director general de la Sociedad Bíblica de México, pastor presbiteriano Abner López Pérez, explica que de manera ''inexplicable'' y sin ningún argumento sólido, la delegada Jaramillo ha negado reiteradamente el último de los permisos, aun cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ya otorgó las siete autorizaciones correspondientes.
Incluso, señaló que desde pasado 29 de enero, en el mismo lugar que se pretende colocar, fue develado dicho monumento en una ceremonia a la que asistieron los subsecretarios de Gobierno, Alejandro Encinas, y el de Población, Migración y Asuntos Religiosos de Gobernación, Armando Salinas Torre. La escultura, de 4 por 3 metros, sigue guardada en la Iglesia Metodista de Gante.
En la misiva, tras recordarle a López Obrador que la pluralidad religiosa constituye una de las riquezas sociales más preciadas del pueblo mexicano, que costaron sangre conquistar, el líder evangélico da cuenta también de que son innumerables los monumentos religiosos que tiene la Iglesia católica, uno de ellos el atrio de tres hectáreas para permitir las manifestaciones de fe en la Villa de Guadalupe, así como no pocos predios cedidos a la jerarquía católica bajo el régimen de comodato. Además, se le recuerda que dentro de poco tiempo, en algún lugar de la ciudad de México, será colocada una estatua del papa Juan Pablo II.