Usted está aquí: sábado 4 de junio de 2005 Sociedad y Justicia Confiesa adolescente haber violado y asesinado a un niño en Monterrey

Acusó a un homosexual del crimen, lo que motivó una persecución homofóbica

Confiesa adolescente haber violado y asesinado a un niño en Monterrey

DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL

Monterrey, NL, 3 de junio. Un joven de 14 años de edad, a quien se identificó como Edgar, confesó haber violado y asesinado al niño Carlos Antonio Rodríguez Mendoza, de seis años, después de que fue interrogado por elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones y se conviritó en sospechoso al incurrir en varias contradicciones.

Edgar declaró que propuso a Carlos Antonio irse a "mojar" al río La Silla, y estando ahí pretendió convencerlo de sostener una relación sexual y le ofreció su bicicleta. Como el niño estaba llorando y amenazó con que iba a denunciar el hecho con su mamá, decidió matarlo pegándole con un bloque de concreto en la cabeza.

El adolescente intentó desviar las investigaciones al comentar a la policía que vio cuando Carlos Antonio se fue acompañado por un "homosexual", pero que no había dicho nada a sus familiares porque pensó que era conocido o pariente de la víctima. Además, primero mencionó que se había ido con un niño, para después corregir y afirmar que se trataba de "un señor como de 33 años".

A los miembros de la Agencia Estatal de Investigaciones les pareció extraño que Edgar les diera datos muy concretos sobre las señas particulares y vestimenta del supuesto individuo que se había llevado al pequeño.

La falsa información proporcionada por Edgar provocó una verdadera "cacería" de la Policía Municipal de Guadalupe contra homosexuales, por las presiones de la opinión pública, que denunció su "falta de sensibilidad", ya que durante la madru-gada del jueves suspendieron la búsqueda de Carlos Antonio, debido a un "cambio de turno".

El presunto homicida sorprendió por su sangre fría, ya que acompañó a familiares de la víctima en un recorrido para buscar al niño que se creía extraviado y se mostró impactado cuando hallaron el cadáver a orillas del río La Silla.

Además de las contradicciones en que cayó Edgar, llamó la atención que vestía la playera al revés. Cuando le pidie- ron que se la pusiera correctamente se confirmó que tenía varias manchas de sangre.

También, la madre de Edgar entregó a la policía los tenis que había ido a lavar a su casa, los cuales también presentaban manchas hemáticas, de acuerdo con las pruebas periciales que practicaron los agentes investigadores. El adolescente fue internado en el Consejo Estatal para Menores.

 
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